Una vez Inei se alejo de la puerta principal le tomo casi media hora llegar hasta el salón principal del clan, dentro de toda la ciudad de Lihen. La residencia del clan Nozen era la más grande dentro de las familias nobles de la ciudad, esto a que ellos mismos, cosechan sus propias verduras y frutas, al igual que crían su propio ganado.
"Hmm..."
Inei detuvo caminar cuando un murmullo de Scathath resonó en su mente.
"¿Ocurre algo maestra?". Pregunto Recostando su cuerpo a uno de las barandas del puente en donde se encontraba, su mirada se fijo en el atardecer a lo lejos junto con las olas del mar chocando con las rocas.
"Solo pienso en los planes para tu entrenamiento...Mientras estabas bajo la cascada, me di cuenta que no hay muchas cosas o zonas que te puedan ayudar a crecer, necesitas experiencia en combate real, con gente de tu nivel o más fuerte que tu, por eso he decidido lo siguiente...".
Inei trago saliva ante el tono serio que adopto Scathath al final de su oración, se retiro de la baranda y reanudo su caminar hacia el salón principal, el cual ya se veía a la vista.
"Te daré lo que queda del año, para que pases tiempo con tu familia, para el siguiente año. Tu y yo nos iremos a viajar por este imperio hasta que se cumpla el pacto de sangre, luego de eso y una vez hayas posicionado a tu familia de nuevo en la capital de este imperio, nos iremos al condado central...Tengo amigos que nos pueden ayudar con tu crecimiento".
Inei asintió, con un suspiro paso por el gran marco del salón, su vista se fijo al fondo del lugar donde las espaldas de dos figuras bastantes altas, parecían estar discutiendo algo. Inei las reconoció al cabo de dar unos pasos más.
Se trataban de su padre y su tía Lucia.
"¿Qué estarán discutiendo...?"
Se pregunto mentalmente el joven acercándose cada vez más a ellos.
Lucia sintió la presencia de Inei justo cuando él ya se encontraba a su lado, lo que la hizo sobresaltarse.
—¡Demonios, Inei! —exclamó, llevándose una mano al pecho—. ¿Puedes dejar de caminar como un maldito fantasma?
Inei sonrió con ligereza.
—No es mi culpa que no estés atenta, tía.
Lucia chasqueó la lengua y cruzó los brazos, fulminándolo con la mirada.
—Si no supiera que te encanta hacer eso, pensaría que lo haces sin querer —gruñó.
Xiay, en cambio, apenas le dedicó una mirada rápida antes de regresar su atención a Lucia.
—No tiene importancia ahora —intervino él—. Terminemos con lo nuestro primero.
Inei arqueó una ceja, notando que, a pesar del tono tranquilo de su padre, la tensión en el aire era evidente. Su tía tenía el ceño fruncido, y aunque su postura era firme, la rigidez de sus hombros delataba su molestia.
—¿Qué sucede? —preguntó Inei, entrecerrando los ojos.
Lucia suspiró, pero fue su padre quien respondió.
—Nuestro clan atrajo muchas miradas de las familias nobles, debido al último movimiento que hicimos, o mejor dicho. Hiciste. Algunas están inquietas, otras… demasiado interesadas.
Inei no necesito más detalles, desde que su fama como prodigio del clan nació, algunas familias se vieron interesadas en forjar lazos, otras tomaron este talento como una amenaza para sus planes.
—¿Alguien en particular ha hecho un movimiento? —preguntó, cruzando los brazos.
Lucia y su padre se miraron por un breve instante antes de que ella respondiera:
—El Clan Yuwen.
El ambiente para Inei pareció volverse más pesado. El Clan Yuwen era el segundo clan más influyente en la ciudad, después de los Nozen.
Inei exhaló lentamente.
—Y... ¿Qué es lo que quieren?
Una expresión sombría cruzo por el rostro de Xiay antes de responder
—. Han propuesto un matrimonio entre una de sus hijas y tú.
Inei no pudo evitar reír, aunque su tono estaba cargado de ironía.
—¿Y creen que aceptaré algo así?
Lucia rodó los ojos divertida por su respuesta.
—Sabia que dirías eso, después de todo ninguna mujer joven o de tu edad te interesan. ¿Será que al pequeño genio le gustan mayores~?
Inei se sonrojo un poco ante el tono bromista de Lucia, apartó la mirada de ella con el ceño fruncido. Lo que causó que Lucia y Xiay soltaran una ligera risa.
—Yuwen...
Susurro Inei con una expresión pensativa.
—Creo recordar que mi primer hermano tenía una relación secreta con la hija mayor del viejo ese...
Dijo en voz alta pensando que era un pensamiento. Pero pronto se dio cuenta de su error al ver la boca semi abierta de su padre y las cejas alzadas de su tía.
—Así que es por eso que la niña decidió salir de la protección del viejo...
Dijo Lucia con una expresión pensativa como si estuviera uniendo las piezas.
Inei torció los labios en una mueca, desviando nuevamente la mirada queriéndose hacer el inocente.
—Bueno... Eso va contra las reglas del clan...
Dijo Xiay acariciando su barba.
—Pero, si su intención es fortalecer lazos, podemos hablar con tu hermano y la chica...
—Ehem!
Inei se aclaro la garganta, volviendo a mirar a su padre.
—¿Hay... Alguna otra familia que ha hecho algo o ha dicho algo...?
Lucia sin poder resistir mucho ante la actitud nerviosa de Inei, lo abrazó de la cabeza y lo enterró en sus pechos, comenzando a despeinarlo sin piedad.
—¡Eres tan lindo cuando estás nervioso! ¡Podría comerte a besos!
—¡Tía, suéltame ya! —protestó Inei, intentando zafarse—. ¡Esto es acoso!
—Ay, deja de quejarte, si hasta te estás poniendo rojo~ —bromeó ella, soltándolo al fin con una sonrisa traviesa en los labios.
Inei se acomodó el cabello con torpeza, y justo cuando iba a decir algo, la voz grave de su padre rompió el momento.
—Ahora hablando en serio, Hijo… ¿Qué planes tienes ahora?
El joven se quedó en silencio por un instante, su expresión se volvió más sobria mientras su mirada se dirigía hacia el suelo por un momento.
—Mi maestra habló conmigo hace unos minutos —empezó, levantando luego la vista.
Xiay y Lucia intercambiaron una mirada breve pero significativa.
—¿Entonces? —preguntó Xiay con el ceño levemente fruncido.
—Me dará lo que queda del año para estar con ustedes... con la familia. Pero el próximo año —hizo una pausa, respirando hondo—. Viajaremos por todo el imperio. Ella dijo que necesito experiencia real, enfrentar a personas de mi nivel o incluso más fuertes. Solo así podré avanzar.
Lucia apoyó un brazo en su cintura mientras lo miraba con detenimiento, sin su habitual sonrisa.
—¿Vas en serio? ¿Tú y ella solos?
—Sí. Y después de que se cumpla el pacto de sangre, si podemos posicionar el clan nuevamente en la capital. Me iré con ella al condado central. Hay viejos conocidos de ella que me pueden ayudar a crecer más.
Xiay entrecerró los ojos con expresión pensativa, luego asintió lentamente.
—Ese tipo de entrenamiento no es algo que pueda encontrarse fácilmente... y menos con ese tipo de conexiones, una maestra de ese calibre... Si ella lo considera necesario, debe serlo.
Lucia chasqueó la lengua.
—Aunque me desagrada la idea de que te vayas así, tan pronto... —murmuró, cruzando los brazos—. Al menos tienes un objetivo claro. Y si es por ti… y por este clan, no seré yo quien te lo impida.
—No voy a irme sin despedirme, tía. Y todavía tenemos varios meses —dijo Inei con una sonrisa tranquila—. Quiero aprovechar cada momento antes de partir.
Xiay le dio una palmada en el hombro con fuerza, como solía hacer cuando quería mostrar orgullo sin decirlo abiertamente.
—Entonces aprovecha. Porque lo que te espera allá afuera… no será fácil.
—No espero que lo sea —respondió Inei con firmeza—. Pero no vine a este mundo para que lo fuera.
Lucia sonrió otra vez, con esa chispa indomable en la mirada.
—Bien dicho, chico. Vas a ser una tormenta en este imperio…