Acto III — Capitulo 21 — Rekien

Para el día siguiente despues de reunirse con su padre, Inei se levanto más temprano que desacostumbre, todo con el objetivo de fortificar su cuerpo, a medio día. Con el sol cayendo sobre su torso desnudo. Quemándolo.

Inei se encontraba sentado en posición de loto, Sobre la única roca que puede soportar varias veces su cuerpo. Mientras Scathath lo golpea con el látigo de fuego blanco, creando cicatrices en su piel. Cicatrices las cuales desaparecen de inmediato o se quedan en su piel, dependiendo la cantidad de fuerza que ejerza Scathath sobre el balanceo del látigo. 

La intención de este entrenamiento es estabilizar las grandes reservas de Arcam que posee Inei, y aumentar o crear el Rekien de Inei unificándolo con el suyo. Aunque es una tarea difícil debido a las reservas del chico. 

Tras ya medio día sin avances, Scathath decidió para de golpear su cuerpo y pensar en una mejor solución para aumentar el Rekien del chico. Floto hasta el y se sentó en la misma posición frente a el.

—Inei —llamó Scathath, su voz más suave de lo habitual.

El joven abrió los ojos lentamente, con el cuerpo marcado por las cicatrices recientes, algunas todavía humeantes, otras ya sanadas por la regeneración de su llama. El sudor le bajaba por la frente, y el calor del sol, sumado al dolor del entrenamiento, le mantenía al límite.

—¿Sí, maestra?

Scathath lo observó en silencio por unos segundos. Su mirada grisácea brillaba con intensidad, como si estuviera viendo más allá de su carne, más allá del Arcam visible en su superficie.

—Mientras escaneaba los flujos de Arcam dentro de ti... noté algo —dijo finalmente—. Tus canales son vastos, incluso para alguien de tu nivel. Pero hay una desconexión... una separación entre los tres centros principales de poder: el núcleo de Arcam, el corazón y el cerebro.

Inei frunció el ceño, enderezando ligeramente su postura. Algo en el le decir que si Scathath hablaba de esa manera, era porque se avecinaba algo importante... o peligroso.

—¿Desconexión...? ¿Qué implica eso?

Scathath asintió con lentitud.

—Significa que, aunque tus tres centros funcionan con fuerza, lo hacen de forma independiente. No hay una verdadera sinergia entre ellos y es una de las razones por la cual el Rekien no es muy notorio en tu cuerpo. Si quieres avanzar como un alquimista hecho y derecho, debes unir estos tres puntos.

—¿Y cómo se logra eso?

—Debes refinar tu Arcam en un hilo que una los tres puntos, Imagina y construye una ligera cuerda que vaya desde tu núcleo hasta el corazón y por ultimo a la mente. 

Inei desvió sus ojos de Scathath ahora con una expresión pensativa.

—Eso suena...Fácil de hacer.

—Je.

Scathath dejo salir una leve risa y miro a Inei con una mirada que lo desafiaba a intentarlo, Inei hizo una mueca pensando ahora que sería complicado. Pero queriendo intentarlo, empezó a refinar su Arcam...

—Hmm.

—¿Qué pasa pequeño discípulo?— Scathath lo miro con una sonrisa divertida, lo que hizo que Inei frunciera el ceño. — Jajajaja, ya ya, acércate, déjame enseñarte a moldear tu Arcam.

Scathath colocó su un dedo en la frente de Inei, sintiendo un leve calor entrando en el, comenzó a ver los pasos a seguir para formar una cuerda de Arcam, y estos quedaron grabados en su memoria.

Entonces, juntado nuevamente sus manos, el Arcam en su núcleo comenzó a moverse, refinándose así mismo con ayuda de la llama eterna en su interior.

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—¿Y bien? ¿Es confiable el alquimista que dices?

En un salón poco iluminado, un joven de cabello castaño se arrodillaba bajo en el intermedio de una escaleras, mostrando respecto hacia el hombre oculto en las sombras que se sentaba en un trono de oro.

—Le estoy apostando mi confianza a ese hombre, es un alquimista de segundo grado y su maestro es un reconocido en las ciudades vecinas. Es una nuestra única oportunidad para tomar ventaja en el mercado...

Los dedos del hombre resonaban en los descansa brazos del trono, sus ojos brillaban de un tono carmesí amenazante.

—¿Has escuchado los rumores?

Pregunto con voz fría provocando escalofríos en el joven de cabello negro que mantenía la cabeza baja.

—¿Los rumores acerca de Inei...?

—Si... Se dice que el mocoso desafío a la futura patriarca de la secta del loto y que ha conseguido una maestra con un poder capaz de destruir montañas.

Tras decir eso se levantó del trono, entonces la figura alta y corpulenta del hombre se reveló, eran casi dos metros de altura, sus pasos resonaban en la alfombra como los de un gigante.

—Ya es suficiente con que el monstruo de Xiay esté, y a ahora su hijo... Tengo miedo, un miedo que no sentía desde hace varios años atrás...

La imagen de una mujer de cabello negro, flotando en el aire con ayuda de unas alas rojas en su espalda llego a la mente del hombre como un recordatorio del terror que vivió en el pasado.

—Es por eso que te pregunto, hijo mío. Este alquimista que dices, ¿Es confiable? No quiero que mi familia sea aniquilada por errores de terceros.

El joven hombre alzo su cabeza levemente para ver a su padre, su expresión demostraba que estaba pensando muy bien sus palabras.

—Mejor dicho...¿Qué pide ese hombre por sus servicios?

Pregunto el gran hombre acercándose a la ventana del gran salón.

—El pide mujeres... y me dijo que si le ofrecemos a la mujer más hermosa de la ciudad, no nos pedirá más y hará todo el trabajo que le pidamos...

El gran hombre miro de reojo a su hijo y apretó el barandal de la ventana.

—Nunca confíes en los hombres que piden a mujeres a cambios, son los más asquerosos y tramposos.

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La noche ya había caído y en lo más profundo del bosque de la residencia de los Nozen, en el medio del lago.

Una gran roca gigante flotaba alrededor de otras más pequeñas, y justo en el medio de la gran roca.

El cuerpo de Inei estaba rodeado por una aura roja tormentosa en forma de loto.

Scathath que estaba sentada a pocos metros de el, lo miraba con ojos abiertos mientras refinaba algunas hierbas con su fuego blanco.

Sus ojos escaneaban todo el sistema nervioso de Inei, el como el Arcam fluía ahora con rapidez y eficiencia por todo el cuerpo, el como su corazón había creado una nueva chispa de poder.

El [Rekien]

Scathath sonrió con una chispa maliciosa.

—Tch... Este chico es una maldita joya —murmuró—. Su talento es igual... no, superior al de su madre.

Sus ojos se entrecerraron. Entonces, lo sintió.

Thun, Thun, Thun.

Las ondas del aura empezaron a latir como un corazón. El Arcam ambiental, que normalmente fluía libre por la zona, comenzó a ser absorbido violentamente hacia Inei.

—¡¿Qué demonios?! —exclamó, dando un salto hacia atrás.

Y en ese instante...

¡BOOOOM!

Un gran pilar de fuego se eleva desde el cuerpo de Inei hasta chocar con el cielo. Causando en todos los alrededores un intenso temblor.