—Tu humilde cuerpo mortal sí que guarda algunos secretos. ¡Cuando te capture, te estudiaré a fondo!
Entrecerró los ojos mientras miraba a Ye Chen. La ferocidad en sus ojos se intensificó.
—¡Dedo Demoníaco!
En el siguiente instante, alzó su mano y absorbió toda la energía negra en la punta de su dedo, haciendo que se volviera negro.
¡Su dedo tembló ligeramente!
El aire a su alrededor quedó completamente desgarrado.
El espacio comenzó a vibrar.
¡Zumbido!
Un resplandor negro, aproximadamente del tamaño de un brazo, salió bruscamente de su dedo. El resplandor negro rasgó el cielo mientras una potencia extremadamente aterradora estallaba de él.
—¡Sable de Conciencia Divina!
Ye Chen permaneció impasible. Su Conciencia Divina brotó de su palacio de bola de barro. Mientras el espacio temblaba levemente, un largo sable dorado se consolidó a partir de su Conciencia Divina.