Disco Divino...?!

—En el noveno peldaño —apareció un espíritu de oso montañés, su forma masiva se alzaba imponente. El oso rugió y los rayos descendieron como una avalancha.

Kent sintió el poder chocar contra él, anclándolo pero también estabilizando su núcleo. La energía del oso lo hizo más resiliente, capaz de resistir una fuerza tremenda.

Finalmente, en el décimo peldaño, emergió un espíritu de lobo, cuyos ojos brillaban con un azul eléctrico. El lobo aulló y el cielo respondió con un rayo tanto feroz como preciso.

Kent lo enfrentó sin inmutarse, absorbiendo la energía. Sus sentidos se agudizaron aún más y sintió una aguda conciencia de su entorno.

Cada paso lo había acercado más a dominar los rayos divinos. El cuerpo de Kent era ahora un vaso de poder increíble, sus canales de aura refinados y expandidos por las energías de los espíritus.

Alzó la vista hacia los peldaños restantes, sintiendo el aumento de poder dentro de sí.