¡Aún no ha terminado!

Simón pensaba frenéticamente en un plan para salvar a sus tropas del veneno. Con cada segundo que pasaba, más y más luchadores caían en el campo de batalla.

Aunque Simón se cubría con distorsiones espaciales, sin un ejército, sería un sueño diurno para él obtener la herencia del dios de la guerra. Con una mirada impaciente, Simón observaba la cara de Kent. Todo lo que veía era una cara cubierta por una máscara. Aunque podía ver todos los rasgos, la verdadera cara de Kent estaba cubierta por la máscara del velo de la bestia.

Finalmente, Simón decidió usar el encanto supremo que había ocultado durante décadas. Alcanzó el anillo espíritu y sacó una pequeña pagoda del tamaño de un dedo. La obtuvo durante la herencia del Dios del Espacio. Es un objeto de un solo uso que puede crear una poderosa barrera espacial.