El aire frío de la noche traía una tensión casi tangible mientras los Siete Sabios se reunían alrededor del fuego ritual.
La cumbre del Monte Meru estaba bañada por el tenue resplandor de las estrellas, y un pesado silencio se cernía, roto solo por el susurro ocasional del viento.
Kent se encontraba cerca del borde del sitio ritual, con su arco tensado y su carcaj brillando con energía divina.
Sus mascotas estaban estacionadas en sus posiciones designadas, listas para desatar su furia ante el primer signo de peligro.
El Primer Sabio Paras estaba frente a Kent. En su mano, llevaba un pequeño frasco ornamentado lleno de un líquido dorado en remolino. Extendió el frasco hacia Kent.
—Esta es la Poción de Energía Vital. Bébetela. Te sustentará durante estos siete días. No sentirás hambre, ni sed, ni necesidad de dormir. Pero ten cuidado, Kent. Los demonios no cesarán. Mantén siempre tu arco listo, tus dedos descansando en la cuerda del arco. Todo este ritual depende de ti.