Luna

ZINA

Zina estaba demasiado emocionada por lo que tanto Sybril como el Adivino podían enseñarle. Tan emocionada que había decidido pasar esa noche en el Templo después de que el Adivino reveló que el poder de un Vidente estaba en uno de sus momentos más poderosos en la luna llena.

Así que en lugar de optar por una noche en la cama de Daemon disfrutando del último día de su celo, Zina tomó la pastilla que Sybril le había dado, la cual tuvo éxito en apagar su celo ya que no era el pico del día de la luna llena. Por otro lado, Daemon no envió ninguna palabra; ella supuso que el hombre estaba demasiado ocupado con sus asuntos como para preocuparse por ella.

No como si él no estuviera al tanto de su paradero actual, si los treinta guardias que rodeaban el santuario opaco significaban algo.