—Solía evitarme como si no existiera. Hubo momentos en los que simplemente pasaba junto a mí—¡no! caminaba a través de mí —dije, aún sollozando mientras le confiaba mi corazón—. Aunque no podía contarle sobre los Alfas, sí hablé de mi padre y mi madrastra.
—Helanie, dime dónde están, y los mataré de la peor manera posible —dijo, agarrando mis manos de nuevo—. Me alejó ligeramente, lo suficiente para hacerme entender su punto, aunque todavía estaba cerca, mis manos descansando en su pecho y mis ojos fijos en los suyos.
—Si tan solo pudiera contarle todo. Simplemente no podía. Si le contaba sobre los Alfas y él iba tras ellos, tendría que proporcionar pruebas. Entonces no podría tomar mi venganza. Se volverían vigilantes, y eso no podía arriesgarlo.
—Nunca comprenderán hasta qué punto estoy dispuesta a llegar para hacerles inclinarse ante mí.