Su Mayor Defensor

Ashleigh frunció el ceño ante su madre confundida.

—¿Tú? —preguntó en voz baja—. Pero... ¿por qué harías eso?

Corrine tomó una profunda inspiración.

—Para proteger a Invierno.

—No entiendo... —susurró Ashleigh—. Invierno no está bajo ataque. Entonces, ¿cómo mantiene a Axel encerrado aquí abajo protegiéndolo?

Corrine apretó la mandíbula y apartó la mirada.

—Hay más para ganar una guerra que lanzarse de cabeza al combate —suspiró—. Siempre has confiado demasiado en la simpleza de una pelea para resolver tus problemas.

—¿Qué?

Corrine volvió a mirar a Ashleigh con irritación.

—Cuando eran niños, si tenías una discusión con tu hermano, siempre elegías luchar para decidir quién tenía razón y quién estaba equivocado. Luego, al crecer, cuando alguien te cuestionaba o te hacía sentir insuficiente, tu reacción inmediata era desafiarlos. Discutir o pelear con ellos sobre algo que sabías más.

Ashleigh apretó la mandíbula, girando la cabeza.