Los Últimos Muros Entre Ellos

Alicia se sentó en el borde de la bañera y observó cómo el último del agua fluía hacia el desagüe, con pétalos de rosa esparcidos sobre el fondo cobrizo. Mientras el sonido resonante del agua moviéndose hacia las tuberías permanecía en sus oídos, no pudo evitar sentir cierta insatisfacción.

Detrás de ella, el agua de la ducha salpicaba contra el suelo de azulejos marrones y dorados.

—El agua está perfecta —dijo Axel desde el interior.

Ella se levantó del borde de la bañera y miró al hombre que amaba, de espaldas a ella mientras dejaba que el agua fluyera sobre su cuerpo.

Alicia mordió su labio mientras se tomaba un momento para apreciar su forma. Las líneas fuertes de músculo que decoraban su espalda, la redondez firme de su trasero. Piernas gruesas y poderosas.

Mientras tanto, Axel se aseguró de que Alicia quedara retorciéndose y agarrándose tan fuertemente a la bañera que, por un momento, pensó que había rajado el revestimiento de cobre. Aún así, se quedó con ganas.