Seis largas y gruesas raíces se balanceaban en el aire como serpientes listas para atacar, y Peter contuvo la respiración mientras sus ojos se agrandaban y su corazón latía en su garganta. Las seis raíces se dispararon de inmediato y se envolvieron alrededor de las extremidades y cuerpo del monstruo.
La bestia se debatía y tiraba de las raíces, tratando desesperadamente de morderlas mientras emitía gruñidos y rugidos y chasqueaba su mandíbula sobrecrecida hacia ellas. Pero poco podía hacer mientras las raíces la apretaban y estiraban sus extremidades lejos de su cuerpo.
Peter observó horrorizado cómo los gruñidos de la bestia se convertían en resoplidos y lamentos, y finalmente, con varios sonidos de estallido y chasquido, dejó escapar un grito de dolor antes de quedarse inmóvil. Peter no podía apartar la vista mientras las raíces continuaban tirando y estirando hasta que la bestia fue despedazada.