Axel soltó otro gemido mientras la navaja se introducía de nuevo en la herida. Comenzaba a sentir los efectos de la pérdida de sangre. Su mente se estaba volviendo brumosa y su cuerpo se sentía pesado.
Se lamió los labios, enfocando sus ojos en Román para estabilizarse.
Román agarró su barbilla bruscamente.
—No va a ser tan fácil, viejo amigo —gruñó.
Román soltó la barbilla de Axel y se alejó.
La cabeza de Axel se inclinó hacia adelante. Su cuerpo estaba sostenido únicamente por las raíces que aún lo ataban.
—No puedo dejarte arruinar el plan —susurró Román, apareciendo de repente a su lado.
—¡AAHHH! —Axel gritó mientras el dolor ardiente de un cuchillo caliente se esparcía en su vientre.
—Cauterizar la herida debería darnos algo de tiempo —Román sonrió mientras sostenía el cuchillo para apuñalar la herida en el vientre de Axel.
A medida que el dolor recorría su cuerpo, la mente de Axel se desvanecía en sus recuerdos.
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