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CAPÍTULO 446
~Punto de vista de Zara~
No esperé. Abrí la puerta del coche y corrí hacia adentro.
El pasillo era majestuoso: mármol blanco, accesorios dorados, enormes pinturas; pero nada de eso importaba. Subí las escaleras de dos en dos.
—¡Siona! —grité.
—¡Aquí arriba! —respondió desde una de las habitaciones a la derecha.
Apenas mis pies tocaban el suelo mientras corría. Y ahí, sobre la gran cama de terciopelo, Snow estaba tendido, quieto como el hielo, su rostro pálido, labios teñidos de azul, los signos de su alma alejándose demasiado.
—No, no, no… —Me tambaleé hacia adelante, las lágrimas nublando mis ojos—. Snow, por favor…
Siona estaba cerca, sus ojos rojos pero calmados, un paño en su mano.
—Está estable, apenas. Pero el vínculo… se está desvaneciendo. ¿Lo conseguiste?
—Lo tengo —susurré.
Mi mano temblaba mientras metía la mano en el bolsillo y sacaba la escama. Siona jadeó.
—Eso es…