aspirantes

Los siguientes días fueron un revoltijo de cosas. Teníamos que buscar en otras carreras a las personas necesarias para el proyecto. Lo peor era que no podíamos dar demasiada información hasta que se firmaran los contratos de confidencialidad.

Los primeros que intentaron contactarnos solo querían saber qué estaba sucediendo, pero se asustaron o prefirieron no involucrarse por sus propios estudios.

Fue casi lo mismo con cada uno de los especialistas necesarios, al menos hasta que recibí una carta de un viejo amigo mencionando a un chico de diseño talentoso, aunque no muy sociable. Y, a falta de alguien más, decidí intentar contactarlo.

Fue bastante difícil encontrarlo. Me tomó algunos días averiguar dónde solía pasar el tiempo.

La imagen que encontré no era exactamente la que esperaba: cabello largo plateado con visos celestes, dos enormes alas de lumina decorando su espalda con un azul rey, y un vestido celeste claro hasta las rodillas, de espalda descubierta pero sostenido desde el cuello. Aunque no podía ver su rostro por el caballete de pintura, ella daba una presencia etérea; parecía una Cinfine.

Aun sin poderle ver la cara, decidí hacer un poco de ruido e impedir que se asuste, dañando la pintura.

Dio un pequeño brinco y pareció esconderse tras el lienzo.

Solo pude verla y preguntarme cómo había vivido hasta ahora. No tenemos discriminación ni nada parecido; la mayor parte del tiempo los que terminan aislados son los más antisociales, como yo, o demasiado enérgicos, como Fleim, de los que es difícil seguirles el ritmo.

Pero la chica frente a mí solo parecía ser tímida, no antisocial. Si lo fuera, ya habría escapado.

Esperé a que ella hablara primero, para no asustarla demasiado. Y mi paciencia fue recompensada.

Una voz demasiado dulce para ser real me preguntó casi en un susurro:

—¿Por qué me buscas?

—Estamos haciendo un proyecto y necesitamos un equipo. Estás estudiando para ser diseñadora y un amigo te recomendó.

Su rostro se asomó levemente desde detrás del lienzo. Ojos de color celeste diamante, piel anormalmente blanca, pestañas largas y una contextura delgada. Realmente parecía una Cinfine.

—¿De qué se trata el proyecto? —su voz cada vez se hacía más estable.

—No puedo hablar plenamente de ello debido a que es confidencial. Primero tendrías que firmar los contratos. Solo puedo decir que tiene que ver con las naves.

Mi voz monótona pareció darle estabilidad y algo de valor, porque después de unos momentos salió de detrás del caballete.

Piel anormalmente pálida, una figura fina y delicada que daba una esencia de fragilidad. Rostro pequeño en forma de corazón, cabellos ondulados hasta su cintura, de un plateado con visos calipsos. Ojos celestes que recordaban a diamantes, pestañas largas y gruesas. Llevaba zapatos bajos con amarre de enredaderas hasta la rodilla de un tono azul claro, además de un vestido celeste. Sus alas de lumina eran enormes, casi 70 cm más altas que ella y con un metro de extensión a cada lado. En otras palabras, llamaba mucho la atención.

Unos años después de que se creara la matriz genética y que se pusieran creativos mezclando genes, se creó una pulsera mágica para ocultar ciertos rasgos. Fue creada con la intención de que las partes que fueran incómodas o extremadamente grandes no molestaran a la persona. Lo único que hacía era transformar o desvanecer cierta parte hasta que el usuario decidiera apagarla. Fue muy conveniente para las personas con alas o cola; sentarse en un sofá era mucho más cómodo sin la extremidad.

A medida que la conversación avanzaba, me di cuenta de lo increíblemente sola que se sentía. Regularmente a la gente no le gustaba mi tono de habla monótono, pero a ella parecía tranquilizarle. Los únicos casos en los que había notado un comportamiento similar era con aquellos acostumbrados a hablarle a computadoras o inteligencias artificiales en los laboratorios.

Solo recuerdo que pensé que mis amigos de casa no tenían razón esta vez, y que mi voz podía dar confianza a alguien.

Después de terminar las negociaciones, ella decidió firmar el precontrato, que le permitiría tener la información básica del proyecto y decidir si participaría en él.

Recuerdo haber pensado que acababa de enviar a una Flupin a un Luxsur, ya que era Fleim quien llevaba los contratos.

Después de dejarla de camino a las salas de firma, me dirigí a un lugar en el que no quería estar: la sala de técnicos. No era mi lugar favorito. Las pocas veces que había ido, solían llamarme "hermanito menor", ya que uno de mis tantos hermanos se había graduado de allí, y es uno de los pocos lugares en la academia que tiene un profesor permanente, que no es una inteligencia artificial.

Al llegar, lo primero en recibirme fueron un grito y un abrazo por parte de la profesora.

Ella era bajita, casi 1.40 de altura, de complexión delgada pero atlética, cabello castaño anaranjado y ojos color dorado miel, con rendijas de algún depredador como pupilas. En vez de las orejas comunes, las de ella estaban sobre su cabeza, con forma de algún animal canino, al igual que su cola y colmillos. Ambas, orejas y cola, del color de su cabello. Por lo que me dijo mi hermano, a pesar de su apariencia bastante infantil, ella ya es una anciana, de la época de la locura genética. Su madre quería algo pequeño y abrazable, así que mezcló sus genes con los de algo así, y salió ella.

Es tan anciana que es la autoridad máxima en ingeniería técnica, así que su nombre es Técnica Majister. Recuerdo que mi hermano solo quería terminar pronto de estudiar y fue uno de los pocos en graduarse antes, debido a que esta anciana solía pedirle matrimonio. Por suerte para mí, yo no le gusto de esa manera. La única razón por la que él no hizo nada contra ella fue porque solo solía pedirle matrimonio de la nada, cuando estaba trabajando, y nada más.

Después de soportar el abrazo por unos segundos, ella me soltó e inmediatamente sugirió que la visitara más seguido. Lo cual negué fácilmente, aludiendo a más trabajo académico.

—¿Y qué te trae por aquí, hermanito menor? —su tono de voz burlón realmente me ponía los nervios de punta.

—Estoy buscando un técnico y un mecánico para un proyecto. El problema es que entra en el ámbito confidencial y no he podido convencer a nadie.

Solté un ligero suspiro al terminar de hablar, a lo que ella me miró fijamente por un tiempo.

—Sabes, creo que conozco a quienes necesitas, pero debes tener cuidado. Suelen ser un poco excéntricos.

Su risa al terminar sus palabras no me causó demasiada confianza y mi nerviosismo solo aumentó.

Poco después, recuerdo que me llevó a una de las salas especializadas para grandes explosiones. Y al abrir esa puerta de aleación de estrellas, solo salió humo de una explosión reciente. Ya no sabía si había sido una buena idea aceptar su oferta de conocidos, pero ya me encontraba allí.

Cuando el humo se calmó y se despejó, me sorprendió lo que vi: gran parte del laboratorio con quemaduras y hollín de explosiones. Además, cerca de una de las paredes, dos jóvenes, uno abrazando al otro, llorando fuertemente y repitiendo las palabras: "No mueras, no me abandones, hermano mío", mientras el otro se encontraba inconsciente en sus brazos. En definitiva, una escena bastante extraña.

Que duró hasta que la Técnica se aclaró la garganta. Y la escena dio un giro de 180 grados. El joven que lloraba dejó caer a su aparente hermano al suelo, se secó las lágrimas mientras daba una vuelta, sacudió su ropa con un hechizo de limpieza dejándolo ordenado y perfecto, luego pasó sobre los escombros con facilidad y sin ensuciarse nuevamente, para pararse de un salto frente a nosotros, con una sonrisa amable, fingiendo como si la escena anterior no hubiera sucedido.

Recuerdo que quedé impresionado y desconcertado al mismo tiempo.

Pero antes de que comenzara a hablar, un quejido se escuchó del otro cuerpo en la habitación. Entre refunfuños y quejidos, se enderezó, al menos hasta que levantó la cabeza y nos vio...

Después de eso fue una secuencia casi reflejada a la anterior, hasta pararse frente a nosotros. Y fue cuando los tuve enfrente que me di cuenta: ambos eran gemelos.

Los gemelos eran muy raros en nuestra especie, un par por cada 300 años aproximadamente. Solían nacer por fallos en la matriz o solo de forma natural, siempre con una cualidad mágica compartida y con una conexión psíquica anormal. Si uno moría, el otro seguiría luego, como ambas mitades de un todo. Y yo me tuve que encontrar a los más extraños del universo.

Ambos de un tono de piel bronceado miel, de ojos verde lima, de contextura delgada aunque baja. Se notaba que eran unos años mayores que yo, pero eran un poco más bajos en comparación. Llevaban blusas color verde sueltas, pantalones plomos y su bata de laboratorio. Algo en ellos me resultaba familiar. No fue hasta que vi el color castaño anaranjado de su cabello que me di cuenta, y la voz de la Técnica lo confirmó:

—Estos son Uno y Dos, mis hijos. Estarán a tu cuidado. Son los mejores en sus estudios. Uno es un pupilo técnico y Dos es un mecánico. Te los prestaré por un tiempo.

Ambos extendieron sus manos y dijeron al mismo tiempo:

—Nos nombramos Soun y Ecco. Encantados de conocerte.

Mi perplejidad fue divertida para ellos. Ambos sonrieron con astucia. Solo pude sonreír de vuelta y juntar mis palmas con las suyas, y responder:

—Encantado y divertido de conocerlos. Me nombré Lunix.

Fuimos una gran alianza en la investigación. Me hubiera gustado que nada hubiera pasado.

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Luminas.: se parece mucho a una mariposa, solo que de cuerpo pequeño y delicado, con alas enormes de colores llamativos como azul rey, rojo pación, verde bosque. Suelen propagar el polen o las esporas, comen y producen miel.

Cinfine,: criatura mitológica en la mayor parte del universo, suelen ser conocidas como hadas, en oniria se les pide que ayuden con los jardines y los bosques ya que les gusta cuidar la flora y la fauna, suelen vestir flores o ropa que se les da de regalo, solo comen frutas pequeñas como vallas.

Flupin: es una criatura esponjosa y herbívora, suele comer pasto y vallas, vive en los prados de elicio, son en mayor parte una especie de algodón, aunque tienen unas pequeñas alas en su espalda. Tienen la capacidad de negar su gravedad y al llegar la noche se esconden entre las nubes.

Luxsur: principal depredador de los flupin, se parecen a los lobos de la tierra pero son mas grandes, su pelaje es negro medianoche y parece salpicado de cúmulos de estrellas, suelen ser ciegos pero tienen un oído y olfato extraordinario, solemos dejarlos en paz ya que solo comen animales pequeños y aunque no se comen a los flupin en sí, suelen comer su pelaje y alas.