Hagamos un trato ( cap 23 )

Negro. Todo era negro.

Una vez más, Morgan abrió los ojos, lentamente, notando que estaba de nuevo dentro de su mente otra vez. Se levantó con esfuerzo y se sentó en el suelo.

-Ahhh... una vez más estoy aquí...

(dijo Morgan, cansado )

Al girar la cabeza, vio al hombre de cabello negro y ojos azules, agachado ligeramente, mirándolo fijamente con una sonrisa confiada en el rostro.

-Buenos días, señorito

(dijo el hombre de manera despectiva.)

Morgan, al verlo, frunció el ceño.

-¿Y ahora qué quieres?

(preguntó Morgan, irritado).

-Oh, nada... solo vine a ver al señorito que finalmente decidió convertirse en un hombre.

(respondió el hombre, burlándose.)

-¿Ah? ¿A qué te refieres?

(preguntó Morgan, confundido.)

-¿Cómo que a qué me refiero?

(Dijo hombre mientras reía levemente)

-No sé si te has dado cuenta, pero compartimos el mismo cuerpo. Veo y escucho todo lo que tú ves y escuchas, incluso tus propios pensamientos. Y por lo que vi, finalmente te decidiste a hacer lo que se tiene que hacer.

El hombre mostró una gran sonrisa, una sonrisa malvada.

-¿Ah? ¿De qué estás hablando?

Morgan frunció más el ceño, confundido y molesto.

-A lo que me refiero, niñito,

(dijo el hombre,seriamente)

-Es que finalmente te diste cuenta de que esas ideas tuyas no sirven en este lugar. Y por fin estarás dispuesto a hacer lo que sea necesario para sobrevivir aquí.

El hombre soltó una leve risa.

-Te equivocas

(respondió Morgan, con voz fría.)

-¿Ah?

el hombre desdibujó su sonrisa, su rostro ahora más serio.

Morgan se levantó con decisión y apuntó al hombre con el dedo.

-Sí, me decidí. No sabía cuál era mi propósito en este mundo, pero ahora lo sé...

(dijo Morgan con seguridad)

-Voy a salvarlos. Voy a ayudarlos a todos. No dejaré que nadie pase por lo que pasaron esas personas, nunca más.

Morgan dijo esto con orgullo y firmeza, mirando al hombre a los ojos.

- Ya veo...

el hombre asintió, y una ligera sonrisa burlona apareció en sus labios

-En ese caso, entiendes que para lograr ese objetivo, tendrás que eliminar a los que se interpongan en tu camino.

El hombre rió, como si ya supiera la respuesta.

-Te equivocas.

Morgan lo cortó, sin dudarlo.

-Ese es el camino que he decidido tomar, pero yo no voy a matar a nadie. Yo no soy así. No soy como tú, ni como ellos, que creen que la única solución es acabar con la vida de quien se interpone enfrente. Voy a cambiar este mundo, y lo haré sin quitar una sola vida.

Morgan sonrió con seguridad, como si sus palabras fueran la verdad más absoluta.

El hombre frunció el ceño, claramente irritado. Se levantó de golpe y se puso frente a Morgan, más cerca de lo que había estado antes.

-No lo creo...

( dijo el hombre fríamente)

-Después de todo lo que has visto, ¿sigues con esas estupideces? ¡¿No te has dado cuenta?! ¡En este mundo te comerán vivo si sigues con esas ideas! Si quieres sobrevivir y hacer el cambio que dices que harás, tendrás que hacer lo que sea necesario, cueste lo que cueste.

El hombre lo miró, desafiante.

-No me interesa lo que tú pienses o lo que otros piensen. Yo haré las cosas a mi manera, porque eso es lo que es correcto.

( dijo Morgan con la mirada llena de determinación y una gran sonrisa de confianza )

-Un idiota...

el hombre lo miró con desprecio al escuchar su respuesta.

-Simplemente un niño idiota. Eso es lo que eres... Pero está bien, haz lo que quieras. Tarde o temprano te darás cuenta de que esas ideas en tu cabeza solo son eso... ideas. Y ideales falsos. Este es el mundo real.

( dijo el hombre con un tono de desprecio )

Morgan no se inmutó. Solo Sonrió.

-Te probaré que hay otra manera. Siempre hay otra manera.

( Dijo Morgan lleno de confianza )

El hombre lo miró fijamente, como si hubiera encontrado algo interesante en su respuesta. Se tocó la barbilla y luego apuntó a Morgan con el dedo.

-En ese caso, hagamos un trato. Si eres tan seguro de que puedes hacerlo a tu manera...

( dijo el hombre con una sonrisa malvada y a la vez confiada )

- Si me demuestras que esa otra manera de la que hablas realmente existe, yo te daré el control total de este poder, y yo desapareceré para siempre. Y cuando tengamos que luchar... lo haré por ti. No quiero morir aún. Mientras tú tengas el control, moriremos pronto. Así que yo seré quien luche en tu lugar. ¿Qué me dices?

-Acept.

Pero antes de que pudiera terminar su frase, el hombre lo interrumpió, mirando fijamente a los ojos de Morgan.

- Pero...

el hombre levantó una mano, y el aire a su alrededor se volvió denso

-Si en algún momento llegas a pensar en asesinar a alguien por venganza o ira si te alejas aún que sea un poco de esos ideales tuyos, entonces me quedaré con este cuerpo, y tú perderás para siempre. No podrás regresar.

La mirada del hombre se volvió fría, intimidante.

El hombre extendió su mano, y un fuego azul brillante emergió de ella.

-¿Aceptas?.

( preguntó el hombre con un tono atemorizante )

Morgan vio la mano, pero sin dudarlo, la tomó. Con una mirada decidida, dijo:

-Acepto.

El hombre observó la sonrisa de Morgan, y su propia sonrisa se ensanchó, confiado.

-Entonces tenemos un trato, niño. Veremos quién tiene razón. Será un placer trabajar contigo... compañero.

La imagen del hombre comenzó a desvanecerse lentamente, hasta que desapareció por completo. Morgan parpadeó y, al abrir los ojos, se dio cuenta de que ahora se encontraba en un lugar completamente diferente. Estaba acostado en una cama lujosa, en una habitación que parecía una oficina de gran prestigio.

Se levantó rápidamente, se frotó los ojos y, al analizar la habitación, se dio cuenta de que llevaba ropa nueva. Miró a su alrededor y, en un escritorio, vio a una mujer que revisaba papeles con una concentración absoluta. Su piel era grisácea, sus ojos turquesa y su cuerpo, de apariencia reptiliana, tenía escamas y una cola de reptil.

Morgan se sintió completamente perdido, sin saber dónde estaba ni quién era esa mujer. En el momento en que se movió ligeramente para sentarse en la cama, la mujer levantó la mirada, sin despegarse de sus documentos.

-Veo que ya despertaste.

(dijo ella, calmada, sin apartar la vista de los papeles.)

-Do,¿Dónde estoy?

(preguntó Morgan, tomándose la cabeza, con una leve migraña.)

La mujer dejó los papeles y lo miró, sonriendo. Abrió los brazos en una bienvenida y su mirada tenía una mezcla de seducción y misterio.

-Bienvenido a la Academia Nytingale.

Fin del capítulo.

Próximo capítulo: Academia Nytingale