El Juego de las Rimas

El interior del edificio era aún más inquietante que el paisaje exterior. Las paredes estaban cubiertas de inscripciones que parecían moverse con cada parpadeo. Luces parpadeantes iluminaban el camino como si algo los estuviera guiando a propósito.

Ari miró alrededor con una mezcla de fascinación y repulsión.

—¿Esto es una mente o una pesadilla?

Dano frunció el ceño, observando las inscripciones.

—Parece más bien un acertijo en espera de ser resuelto.

De repente, la risa de Hacker resonó por toda la sala, profunda y burlona.

—¿Acertijo? Oh, querido intruso, qué pequeño pensamiento. Aquí no hay solución, solo tormento constante.

Ari giró, buscando la fuente de la voz.

—¡Muéstrate, cobarde!

La figura de Hacker apareció en el centro de la sala, pero esta vez estaba más claro que nunca que no era completamente él. Su cuerpo parecía deformado, partes de él estaban cubiertas de sombras líquidas que se movían como si tuvieran vida propia.

—¿Cobarde? Qué palabra tan vulgar, prefiero un reto que resulte singular.

Dano levantó un arma, aunque no estaba seguro de qué haría contra algo como eso.

—¿Qué demonios estás haciendo, Hacker? ¿Por qué hablas así?

Hacker rió, un sonido profundo y escalofriante.

—Un juego sencillo, no más que un truco. Hablar en rimas será su único vínculo.

Ari levantó una ceja, incrédula.

—¿Rimas? ¿De verdad? Esto es un chiste.

Pero al intentar decir algo más, su voz se detuvo, y cuando habló de nuevo, no tuvo opción.

—Esto no es normal, ¿qué pasa conmigo? ¡Te juro que voy a romper tu ombligo!

Horrorizada, Ari se tapó la boca. Dano miró con ojos abiertos, luego intentó hablar:

—¿Qué le has hecho? Esto es ridículo. Pero si lo deseas, hablaré en versículo.

Hacker rió de nuevo, disfrutando de su confusión.

—Una pequeña maldición, para hacerlos jugar. ¿Seguirán su camino o se querrán marchar?

Danthor se adelantó, intentando enfrentarse al villano.

—Tu truco es vano, no lograrás tu misión. Dime, criatura, ¿cuál es tu ambición?

Hacker lo ignoró, dirigiéndose a Dano y Ari con un movimiento de su mano. Las sombras en la habitación comenzaron a alzarse, formando figuras humanoides que los rodeaban.

Ari desenvainó su arma con un gruñido, aunque su lenguaje seguía forzándola a rimar.

—¡Ven si te atreves, monstruo asqueroso! ¡Te haré pedazos de forma glorioso!

Dano trató de calmarla mientras preparaba su propia defensa.

—Cálmate, Ari, debemos pensar. Este juego es suyo, pero podemos ganar.

Las figuras de sombras avanzaron lentamente, como si se burlaran de ellos con sus movimientos lentos y fluidos.

—Un paso en falso y su destino será trágico, —dijo Hacker—. Pero si quieren un final, resuelvan este mágico.

Dano miró alrededor, buscando pistas. Finalmente, fijó su mirada en una inscripción en la pared que brillaba débilmente.

—¿Es esto un acertijo? ¿Un rompecabezas oculto? O tal vez una trampa, un engaño absoluto.

Ari se acercó, leyendo las palabras con cuidado mientras trataba de mantener la calma.

—"Habla con cuidado, responde lo justo. Una palabra fuera y todo será un susto."

Danthor observó desde un lado, su luz titilando con preocupación.

—Piensen con lógica, aunque rimen sin razón. Este juego es peligroso, no es pura diversión.

Hacker aplaudió lentamente, sus ojos rojos brillando con malicia.

—Oh, qué emoción, han decidido jugar. Pero el tiempo se agota, ¿lograrán triunfar?

Las figuras de sombra seguían acercándose, y Ari no pudo contener más su frustración.

—¡Basta de tus juegos, basta de actuar! ¡Voy a destruirte, aunque tenga que rimar!

Hacker extendió un brazo, y las sombras se detuvieron de repente. Su rostro se torció en una sonrisa siniestra.

—Si quieren seguir, deben responder. ¿Qué es lo que vive sin ver el amanecer?

Dano frunció el ceño, reflexionando sobre la adivinanza.

—Algo que vive, pero que nunca ve el día… —murmuró, buscando las palabras que rimen con armonía.

Ari cruzó los brazos, impaciente.

—Un murciélago, quizá, o un pez del fondo. Dime si acierto, no pierdas más el mundo.

Hacker los miró en silencio durante un largo momento, antes de reír.

—Muy bien, avanzan, pero esto es solo el comienzo. Responder mal será su mayor deshonra.

Con un movimiento de su mano, las figuras de sombras se desvanecieron, y la puerta al fondo de la sala se abrió lentamente.

Dano tomó la mano de Ari y comenzó a avanzar.

—Sigamos ahora, antes de que vuelva. Este juego retorcido nos obliga a andar.

Danthor los siguió, flotando cerca mientras los observaba con preocupación.

—La entidad se burla, pero no se confíen. Cada palabra dicha, un peligro define.

Hacker los vio desaparecer por la puerta, sonriendo con satisfacción.

—Avancen, pequeños, hacia su final. El juego es mío, y no hay rival.