“MI ÚNICA AMIGA” [PARTE 3]

V

 

—¡Hoy! ¡Sí, hoy! ¡Finalmente iremos a la capital! —exclamó Beatrice abriendo los brazos a viva voz y prosiguió— O eso me gustaría decir, pero Henry me dijo que fuéramos a "Fretaella" la ciudad más cercana…

Eso, mientras se encontraba en el jardín de la residencia, observando como Rin, entrenaba físicamente a Kaito.

Hanae también se encontraba ahí, sentada comiendo unas galletas.

—¡Tú puedes! —animó la Semihumana a Kaito con la boca llena de galletas.

Kaito estaba bloqueando con la Katana azul "Amaru", los ataques dirigidos hacia él. Un día averiguó, por mera casualidad que, si se concentraba, podía hacer que sus pendientes, volvieran a tomar la forma de espada, sin la necesidad de usar una "Dominación". Aunque de poco le servía, debido a que nunca había blandido una espada en su vida, era tosco y muy tieso con sus movimientos. Por suerte tenía buenos reflejos, para lo suave que era el entrenamiento, claro.

Rin solo estaba usando una espada de madera.

—Creo que deberíamos descansar… —recomendó Rin.

—Yo… yo creo lo mismo —dijo Kaito, agotado— Por cierto, no entiendo por qué estamos haciendo esto ¿No sería mejor que me enseñes a usar magia?

Rin miró al joven en el suelo y luego se dispuso a mirar a la melliza.

—Yo tampoco entiendo por qué estamos haciendo esto ¿No debería entrenarlo Hazard o Naomi? Yo también apenas sé blandir una espada —declaró Rin, confundida.

—Hazard está muy ocupado, no podemos molestarlo… Y si Naomi lo entrena podría terminar matándolo ¿no?

—Oh… Es cierto ¿Cómo no lo pensé? —comentó Rin sorprendida por la deducción.

—¡Sé que soy débil! ¡Y quiero dejar de serlo! Pero… ¿Pero en ese caso no debería enseñarme magia?

—Lo siento amo, pero me temo que yo no le puedo enseñar a usar magia elemental. No tengo buena afinidad con ningún elemento, además desconozco la teoría —declaró de forma muy calmada Rin.

—¿En serio? ¿Y tú magia de herencia?

—Yo tengo magia única… Creo, y no la uso por la misma razón que Naomi no lo entrena…

En general Rin no sonaba muy segura de sus conocimientos de la magia, se notó en su forma de flaquear al hablar del tema.

Por otro lado, Kaito quedó un poco decepcionado al ver que todos los caminos para volverse más fuerte podrían terminar matándolo.

La última opción dentro de la gran lista de "cosas que hacer en otro mundo", de Kaito, era la de morir, mucho menos después de aquella terrible noche. Pensó que fallecer en un lugar donde nadie lo conocía sería muy triste, además de patético, teniendo en cuenta "el por qué estaba ahí". Luego caviló que como ya no estaba en su mundo original, era como si hubiera muerto ya. Tanto especular y pensar lo agotó.

—Creo que mejor me voy a dar un baño… Antes de partir.

—Yo misma iré a prepáraselo —dijo Rin y se inclinó— con su permiso, señorita, amo…

La criada se retiró.

—Bueno Kaito, aprovecharé de pasarte esto…

—¿Mmm?

La chica empezó a hurgar dentro de su bolso que solía llevar con ella, hasta encontrar lo que buscaba.

—¡Toma! —dijo estirando el brazo y soltando su mano empuñada, le entregó a Kaito lo que parecían ser unas monedas.

—¿Qué es esto? ¿Son monedas?

—¡Sí! ¡Son monedas Aladas! —declaró Beatrice— Son el método de comercio del Reino.

Las anteriormente dichas "Monedas Aladas" eran literalmente eso, monedas con un símbolo de alas, aparentemente de dragón, o eso parecían. A Kaito le parecía que eran monedas de plata.

—¿Y qué? ¿Solo las aceptan en este reino? —preguntó mirando una de las monedas detalladamente.

—Bueno… En realidad, las aceptan en más reinos, aunque no en todos; pero te servirán prácticamente en todas partes… Creo…

—Tu seguridad muchas veces es preocupante —dijo el muchacho olvidando las monedas y mirando a la chica con decepción.

 

VI

 

Kaito estaba en la bañera de la mansión, que más que bañera parecía una piscina. Se había metido con ambos pendientes en sus orejas, el vapor que generaba el calor del agua tapaba todo el suelo.

—¡Ah! ¡Este baño es increíble! se siente genial, pero no entiendo la necesidad de los nobles de tener tanta extravagancia —afirmó Kaito, relajado.

—Se ve que lo estás disfrutando —dijo Amaru.

—No lo negaré —confesó Kaito y añadió burbujeando—¡Aaamaarruuuuu…!

—¿Qué sucede Kaito, acaso no sabes nadar? —preguntó Amaru.

—No, no es eso, desconocía tu buen humor —indicó Kaito con los brazos sobre los bordes de la bañera.

—Entonces ¿qué ocurre? ­—preguntó Amaru.

—¡Nada! ¡Solo quería decirte que hoy iremos a la ciudad!

—Sí... los he escuchado, con respecto a eso…

—¿Qué cosa?

—Desde aquí puedo sentir que a la ciudad a la que van se acerca un frente frío, algo preocupante —manifestó Amaru.

—¡Wow! No sabía que venías con la función de meteorología incorporada, además ¿cómo puedes sentir eso desde acá, que estamos tan lejos del reino? Pareces un celular moderno, aunque tu apariencia es medieval.

El muchacho no podía aceptar perder la oportunidad de lanzar cualquier referencia o comparación con su mundo, para él era maravilloso que no entendieran absolutamente nada de lo que estaba diciendo.

—No entendí nada de lo que dijiste, pero presumo que te estás burlando de mí. Como sea, ten cuidado porque no tengo un buen presentimiento.

—No te preocupes, estaré bien. Gracias de todas formas, Amaru, como siempre.

El muchacho se relajó por completo en la gran bañera cuando, de repente, lo sorprende algo que no esperaba.

—Kaito, Necesito pedirte algo… —dijo otra voz.

En ese instante el muchacho abrió los ojos por completo y no dudó ni un segundo, era quien creía que era.

—¡¿Ryu?! ¡¿Eres Ryu?! —preguntó emocionado el muchacho.

—Sí, soy yo, necesito pedirte algo y hacerte una advertencia.

—Llegas de la nada, además justo cuando me estoy bañando y para pedirme algo, que descarado.

—¿No crees que no hay mejor momento para conversar con calma que este? —preguntó Ryu— Además te estás tomando demasiadas libertades, parece que se te olvidó que soy un dragón.

Kaito se dio cuenta que Ryu no tenía la misma actitud que Amaru. Sin embargo, él estaba seguro, "Deja Vu", le dio una sensación muy agradable cuando blandió la Katana roja, por primera vez.

—Perdón… Dime ¿Por qué no me hablaste hasta ahora?

—Estaba evaluando nuestro contrato y hay algo que deseo probar.

El joven estaba confundido, a diferencia de Amaru, no sabía cómo interactuar con Ryu. Él tenía entendido que lo había salvado esa terrible noche, pero no recuerda nada de lo que hizo. Desconocía sus intenciones, incluso su forma de ser.

—¿Y qué me quieres pedir?

—Hoy, cuando vayas a la ciudad, antes de partir… Quiero que me dejes aquí.

—¡Espera! ¡¿Por qué?! —preguntó exaltado Kaito.

—Tranquilo, Amaru estará contigo. Como te dije, hay algo que deseo probar.

—Kaito, no te preocupes, creo que sé que quiere intentar —comentó Amaru.

—Tanto suspenso y misterio me está molestando… Si somos uno, podrían decirme que es.

—También reduciremos el uso de las dominaciones, pero no solo porque es un daño para nosotros, sino porque nos podrían encontrar…

—¿Encontrar? ¿Quiénes?

—Si pudiéramos usar todo nuestro poder, no habría problema. Sin embargo, aquella noche, en la que hiciste contrato conmigo, estoy seguro, de que seres muy poderosos detectaron mi presencia desde la distancia. Y como desconocemos sus intenciones es mejor ser cautos. Si activamos una segunda vez una de las dominaciones, seguro nos encontrarán.

El muchacho estaba liado, no comprendía la situación, mucho menos cómo reaccionar a eso.

Se relajó en el borde de la bañera y se puso a mirar el techo pensativo.

—Kaito, te puedo prometer algo… En caso de peligro, usaremos la dominación, y te prometo, no… Te juro que no te dejaré morir…

Ryu no obtuvo ni una respuesta por parte de Kaito, luego de eso simplemente salió de la bañera y se preparó para salir, dejando a Ryu en la residencia tal y como se lo había pedido.

Él se fue con un mal sabor de boca, pesando en que tal vez… Y solo tal vez… Estaba…

 

"MÁS SOLO DE LO QUE CREÍA"