IV
Subcapítulo Especial
"Rin la Esclava"
"Lo comprendo… mi corazón también, mi mente, mi maná y todo mi cuerpo. Yo sé cómo se siente estar encadenada".
Sé obedecer… Siempre he sido capaz de cumplir las órdenes que me dan al pie de la letra, por eso no dudé. Incluso cuando el camino es obvio necesito una guía, porque nunca he sido capaz de tomar decisiones por mí misma, después de todo así me criaron, así crecí.
Yo no recuerdo haber tenido familia, para ser más exacta… No recuerdo haber tenido padres y ningún enlace sanguíneo con nadie.
Desde el inicio encaminé un recorrido triste y desolado… Patético ¿no? Luego empecé a desvalorizar mi vida, al darme cuenta de que rodeada de esclavistas y esclavos… Yo… tenía un "Trato especial", porque alguien importante quería comprarme. Debido a eso nunca sufrí mayores daños, pero… Pero… Ver a los demás sufrir era aterrador. Cada día era igual… Encadenada, otro día, encadenada, día tras día tras día… Encadenada y ver a través de mis ojos el sufrir de los demás. No les importaba la edad, el sexo, la raza, lo único que les importaba era su valor.
A pesar de que los diferentes reinos y razas prohibieron desde hace cientos de años esa asquerosa práctica, siempre hay malas personas escondidas, que logran salirse con la suya… Siendo un clan que ha logrado perdurar, a pesar de todo.
Yo tenía una amiga que, al otro lado de la celda, tomaba mis manos para calmarme, se sentía tan tranquilizante, a pesar de que ella también portaba el mal que hasta el día de hoy me persigue. Me dolía ver a alguien de su edad así. Ella me daba de comer, me cuidaba y el día en el que se dieron cuenta de lo que ella hacía, nunca más la volví a ver…
Yo sé, yo sé que hay malas personas escondidas que hacen lo imposible para satisfacer sus egoístas deseos… Imbéciles.
Hace años atrás, cuando tenía 13 o 14 años… Me rescataron… Un chico rubio, que logró liberar a varios esclavos, incluyéndome. Ese chico era Ross Novatravel, luego conocí a su hermana. Ella me pareció tan adorable a diferencia de su hermano, como me salvó la vida, solo me pidió que trabajara para ellos y tal y como ven eso hice.
Con mi misma edad, llegamos el mismo día a la mansión, junto a Elisa y Clara… Quien nos instruyó fue nuestra admirable Naomi, todo iba muy bien. Una noche Naomi me encontró despierta y se enojó conmigo, llevaba varios días sin dormir, pensaba que primero tenía que darme permiso para descansar, de verdad que se enfadó mucho, me puse a llorar, como es sensible Elisa igual se puso a llorar. Clara intentaba animarnos, sin éxito alguno, pero todas esas sensaciones hicieron que me diera cuenta de que todo iba muy, pero muy bien. Sin embargo, un día llegó el propósito por el cual "Supuestamente estaba yo allí "Un tal héroe", aunque de Héroe no tiene nada… Fue desagradable ver que a quien iba a servir era alguien que portaba el mal que aún dañaba mi corazón, ese brazo… Intenté librarme de él, pero Ross se negó.
De apoco fui acostumbrándome a él y en poco tiempo logré diferenciar que él y mi pasado, no tenían nada que ver, pero aun así… Era difícil.
Sentí como si las cadenas de mi pasado me volvierán a rodear… Esa es la razón por la cual entiendo, comprendo… Esa sensación.
Nunca fui capaz de tomar decisiones, por eso no dudé ni un segundo cuando ese chico de pelo blanco me dijo que huyera… Cuando tal vez había una mejor opción.
Nunca fui capaz de elegir mi propio camino, pero ahora, por lo menos ahora… tengo que pagarle una deuda, por haberme protegido.
IV
Rin iba en un carruaje a gran velocidad siendo perseguida por Inracanis corrompidos y otras bestias que se veían atraídas por el maná de Kaito. En una gran planicie que tenía pocos árboles.
El carruaje era empujado por lo que parecían ser lobos gigantes, más grandes que los Inracanis, dos exactamente y Kaito iba dentro de la carroza.
—Son demasiados… ¿Por qué nos persiguen tantos?
La criada, cuando una bestia se acercaba demasiado, sin parar la carroza sacaba sus cadenas para eliminar a quienes les amenazaban.
—Por suerte logré enviar un mensaje a la residencia antes de irme, junto con la ruta que tomaríamos, pero el amo Ross no está en la mansión hoy, espero que alguien pueda llegar pronto…
El mensaje que envió fue a través de un espíritu mensajero, pero claramente ilegal, ya que previamente debía llevar a cabo un trámite un poco extenso. Sin embargo, Rin se había percatado que no solo donde estuvieron ellos habían atacado la ciudad. Entonces, gracias al caos generado, rápidamente pudo realizar el envío.
Como estaba muy oscuro, Rin no era capaz de ver muy bien lo que había frente a ella, por ende, en un momento tuvo que frenar en seco porque había demasiadas bestias adelante, pero eran débiles y las eliminó, siguió avanzado, pero luego se daría cuenta de algo al afilar la mirada.
—¡¿Cómo nos encontró?! —dijo al ver que a unos 30 o 40 metros se encontraba "Destino" corriendo a la misma velocidad que el carruaje.
Rin se dio cuenta que Destino tenía un carámbano clavado en su hombro.
—¿Logró liberarse de él? —se preguntó la criada.
Y de pronto Destino saltó desde esa misma distancia, directamente hacia Rin. Ella reaccionó parando la carroza y se subió rápidamente al techo. Bloqueó la patada entrante de Destino, cubriendo sus brazos con sus cadenas, usándolas como escudo.
Luego Destino se alejó y logró rodear de bestias la carroza. Dejando sin escapatoria a Rin.
La criada entró al carruaje para ver cómo estaba Kaito, por suerte él parecía estar intacto.
—¿Qué hago? Dime… ¡¿Qué hago?!
La pobre estaba desesperada al ver que cada vez estaban más cerca. Gritaba y rogaba porque no se acercasen más.
—¡Aléjense! ¡No se acerquen…! ¡No sé qué hacer…! Díganme…
—Niña Cálmate —dijo Amaru.
—Esa… ¿Era la voz de la dragona?
—Ya hiciste suficiente.
Ella se percató que, en el cielo oscuro y estrellado, empezaron a brillar unas luces naranjas rojizas, como un juego de estrellas.
—Magia de fuego… —susurró mientras miraba por la ventana.
Destino retrocedió aún más y pensó: "De todas las personas de esa mansión justo tenía que ser ella".
Tal parece que Destino no toleraba la llegada de quien había generado esas llamas en el cielo.
—¡De todas las personas tenías que ser tú! —gritó molesta— ¡Naomi! ¡Doncella de fuego!
La criada de ojos escarlata estaba a unos 100 metros de distancia de la carroza, firme y de brazos cruzados.
Las llamas que se encontraban en el cielo empezaron a descender a gran velocidad, sonaban como misiles cayendo, he impactaron sobre las bestias abriendo camino al carruaje.
Naomi desde donde se encontraba parada, de la nada desapareció, y llegó rápidamente cerca del carruaje y ella misma se rodeó de las bestias y al caer, flexionó una pierna y la otra la estiró, posó una mano sobre el suelo y la otra la extendió, luego dio una patada con la pierna estirada, dando una vuelta completa, destrozando las extremidades de todas las bestias.
—Rin… Haz que la carroza se mueva, directo hacia la mansión —ordenó Naomi.
—¡Sí, Naomi!
La criada del "héroe" no dudó nuevamente y se retiró.
La chica de cabello rojizo no dejó de ver como el carruaje se iba sano y salvo.
De la nada, sin dejar de mirar la seguridad del carruaje, detuvo un ataque de Destino, con la mano.
—¡El "héroe" tiene una aliada innecesariamente fuerte…!
Naomi no dijo nada, y la mano que sostenía de Destino, la rompió con el mínimo esfuerzo.
Luego la pateó, y Destino salió disparada lejos.
Al impactar, expulsó una gran cantidad de sangre. No podía respirar bien. De hecho, el intentar respirar se le hacía insufrible.
—Ah…eh…e —intentó hablar, pero no pudo.
Naomi le había destrozado la garganta.
El cuerpo de Destino estaba despedazado, lleno de sangre, pero de alguna forma seguía con vida. La Criada escarlata se acercó lentamente hacia ella.
Destino era capaz de ver el cielo estrellado y la bella luna desde el suelo donde quedó tirada. Sin embargo, ese hermoso panorama sería opacado por la mirada carmesí de Naomi.
—Veo que eres resistente, te pido disculpas por no haber podido matarte con ese último ataque.
A Naomi le llamo la atención ver que Destino no parecía tener miedo.
—Bueno… Hasta aquí llegaste.
La sangre se esparció por todas partes…