“3/4 DE DESTINO” [PARTE 5]

V

 

Beatrice iba caminando a un ritmo preocupante y con la cabeza gacha, por el tercer piso de la mansión hacia su habitación. Ésta era, a diferencia de la de Kaito, mucho más lujosa, con grandes roperos, un sofá de terciopelo y una gran cama con dosel cubierta de hermosas cortinas de encaje, todo combinado con sus colores favoritos, blanco y amarillo. Sin embargo, estaba desordenada y con mucha ropa tirada en el suelo.

Beatrice entró y se sentó en la cama agarrando sus piernas y agachando su cabeza sobre ellas, haciéndose bolita.

—Kaito, de nuevo salió lastimado y otra vez por mi culpa. Él, incluso, ha evadido el tema de lo sucedido en el pueblo —se dijo triste y agregó llorando —él seguro sabe que ese día, yo tenía los portales de bolsillo en mi bolso, pero mi pánico me impidió recordarlo y pensar claramente. Refiriéndose al ataque en la aldea Calay.

Probablemente Kaito lo había pensado, pero nunca había querido conversarlo con ella para evitar lastimarla.

—Señorita Beatrice ¿le sucede algo? —preguntó Clara, su sirvienta, tocando la puerta.

—No te preocupes Clara, estoy bien, sólo necesito estar sola.

—Señorita Beatrice, Naomi está en camino, seguramente ya se encuentre con ellos... Así que, por favor, no llore, quédese tranquila —dijo Clara, quien conocía muy bien lo sensible que era su ama.

—Gracias Clara ­—susurró Beatrice aún desconsolada.

 

VI

 

Debido a la situación nadie podía dormir con tranquilidad, exceptuando Hanae, la cual no se enteró de nada.

Ahora mismo ya estaba casi amaneciendo, estaba lo suficientemente brillante para ver como Elisa, esperaba en la entrada de la mansión, mientras juntaba las hojas que había en el suelo.

—Ojalá estén bien… —susurró Elisa preocupada y desanimada— No… No Elisa, con Naomi seguro estarán bien.

Intentó levantarse el ánimo así misma.

Incluso con sus orejeras tapándole sus orejas, fue capaz de escuchar el sonido de un carruaje llegando.

Elisa tiró la escoba al suelo, provocando que algunas de las hojas que juntó con tanto esfuerzo se desparramasen… Pero eso daba igual.

—Rin… ¡Rin…! —dijo con alegría y alivio.

La joven pensó en ir directo hacia ellos, pero…

—No… Primero le tengo que avisar a la señorita Alisse…

La chica entró a la residencia, dejando la enorme puerta abierta.

El carruaje llegó a la altura de la entrada…

—Llegamos… Llegamos, Kaito…

 

VII

 

Años atrás

 

—Rin… ¡Rin! —dijo susurrante una suave voz femenina, en un oscuro lugar donde había barrotes.

"No llegué a odiarlos a todos".

Estaba muy oscuro, pero llegaba una pequeña luz blanca…

Las cadenas sonaron…

—¿Qué pasa? —preguntó la pequeña Rin.

"Por culpa de ella".

—¡Tengo algo que contarte!

—¡Esta bien, pero no eleves tanto la voz!

"Sus brazos y sus piernas estaban modificadas"

Rin se había acercado a los barrotes de la celda y posó sus manos sobre estos. Sus muñecas estaban encadenadas, por eso cada vez que se movía sonaban las cadenas.

"Su mandíbula también, estaba hecha de metal… Pero aun así".

Rin vio a la chica que estaba al otro lado de la celda.

—¿Qué sucede Hal? —le preguntó Rin, mirándola directo a los ojos y vio la sonrisa de Hal al reflejo de la luna.

"Me parecía la niña más bella del mundo".

—¿Sabes…?

"Con su cabello rubio y ondulado, su sonrisa tan agraciada, sus ojos esmeralda…"

Hal le pasó un pan a Rin…

—Escuché a unas señoritas que hablaban sobre algo llamado "local" o "taberna".

—¿Qué es eso? —preguntó Rin.

—La verdad no lo sé…

Rin la observó incrédula…

La niña de los ojos rojizos hacía arcadas cada vez que intentaba comer pan, pero se lo comía igual, por mucho que le costase.

—¡Pero dicen que venden cosas deliciosas en una ciudad! Llamada…Fre…Fre… ¡Algo de Eris!

—¿Y?

—¿Cómo qué y? ¡Tenemos que ir… Juntas!

—¿Eres tonta o qué?

—¡Ah! —exclamó Hal, a lo que Rin reaccionó con un "Shhh", para hacerla callar.

Se calmaron…

—No podemos salir de aquí… Y aunque pudiéramos no tendríamos a donde ir…

"Pero lo mejor de ella…"

—¡Claro que podemos! —dijo sosteniendo las manos de Rin al otro lado de la reja…— ¡Quiero que vayamos juntas!

"Era su hermoso corazón…"

En ese momento, al ver el entusiasmo de la pequeña "Demonio de hierro" Rin empezó a reír. A lo que Hal reaccionó alterada.

—¡Ey! Silencio… ¡No te rías!

Pero reía y reía…

—Jaja… Jaja… Jem… ¡Que tontería!

"Si no me equivoco… Esa fue la primera vez que pude reír…".

 

VIII

 

Kaito estaba durmiendo en su pieza, mientras Rin dormitaba sentada a la espera de que él despertase. Alisse, también se encontraba ahí, leyendo un libro. En ese momento el joven despertó, miró el techo y dijo.

—Estoy seguro… Esto ya lo viví, pero esta sensación no es precisamente por mi Deja Vu.

—¿Sueles hablar solo al despertar? Suena algo triste —dijo Alisse que estaba sentada junto a Rin.

—No… Parece que esta vez es diferente —pensó al ver que estaban esperando por él y luego dijo— ¡Dame tu reporte de la situación Alisse!

—Nuevamente llegaste herido… Patético como siempre —señaló Alisse como de costumbre muy simpática, bueno esa actitud de la chica animaba al joven.

—Mmm, ah sí, ya recuerdo —dijo chocando su mano empuñada sobre la palma de la otra y al hacerlo se dio cuenta de: —¡Oh! ¡mi brazo, ya está bien! ¡Gracias Alisse!

—¿Por qué me agradeces a mí? yo no tengo la habilidad de reparar o armar brazos artificiales, solo puedo instalarlos —confesó la doncella.

—Entonces, ¿quién lo reparó? —preguntó Kaito.

—Ella —señaló mirando a Rin aun dormida.

—¿Rin? ¿en serio? pero…

—Ella estuvo toda la noche cuidando de ti y al mismo tiempo reparó tu brazo. Evidentemente debido a su pasado como esclava de esos lunáticos, ella aprendió mucho sobre las extremidades artificiales y gracias a ese conocimiento, logró reparar el tuyo —declaró Alisse—. Sin embargo, déjame decirte algo… Estuvo todo la noche temblando…

—Ah… —Reaccionó el joven con algo de culpa.

—Ella siempre sufrió por su pasado, aunque hace como que ya no le afecta, pero es fácil darse cuenta de lo contrario —dijo mirando a Rin.

El joven decidió responder con silencio, pero no pudo evitar su sorpresa al escuchar lo dicho por Alisse.

—Sin embargo, no te vayas a confundir mucho menos a confiar. Puede que ella te haya aceptado, pero no significa que haya logrado superar su pasado, debes tener eso en cuenta —advirtió Alisse mientras miraba a Rin y luego centraba su mirada en el muchacho.

Él suspiró.

—Mmm… Tienes razón… —dijo con una sonrisa entristecida ante las filosas palabras de Alisse.

—¡Bueno! ¡Como ya estás en buenas condiciones! ¡Me voy! —exclamó levantándose de golpe.

Esa poca pisca de preocupación le dolió a Kaito, aunque tampoco le sorprendía un comentario así viniendo de ella.

Kaito igual se levantó y dijo:

—Yo igual… No me gustaría despertar a Rin, con tus gritos —comentó el muchacho posando sus manos sobre su cadera.

La chica lo miró mal, como de costumbre y suspiró.

—Vamos…

Ambos caminaron hasta la entrada de la habitación, pero Alisse se paró justo en la puerta.

—¿Qué pasó Alisse? —preguntó mirando a la pequeña chica.

Alisse miró con los parpados a medio cerrar, con un rostro de indiferencia total y absoluta.

—¡Adiós! —exclamó cerrando la puerta, muy fuerte,

—¡¿Por qué me cerraste la puerta?! —gritó el chico confundido.

Luego se tapó la boca al recordar que Rin estaba dormida, pero era muy tarde…

—Lo siento… —dijo Rin que ya estaba detrás de él, con la cabeza gacha, triste y con las manos juntas— Siento mi incompetencia… Al final todo es mi culpa, estoy consciente de ello. Le dije cosas horrible, todo por esos idiotas que destruyeron mi corazón, haciéndome creer que todos son iguales, aunque sabía que no era es cierto… Mi débil voluntad me impide reconstruir mi vida, siendo incapaz de decidir, por mí misma, lo que es mejor para mí… Al fin y al cabo, soy una niña llorona.

Kaito pensó y pensó, sin éxito alguno…

—No… No soy bueno con las palabras, así que no sé qué decir para animarte…

Rin agachó más la cabeza.

—No tiene que hacerlo… Solo le pido que… ¡Que no renuncie a su brazo!

En ese momento el muchacho reaccionó asustado… Se le había olvidado ese detalle. Se quedó callado unos segundos.

—Siendo honesto en ese momento me deje llevar… Así que me alegra que me digas eso—dijo y luego—Yo igual tengo un pasado que a veces deseo cambiar.

Ella levantó la mirada… Tal vez creyendo que había alguien que la comprendía, pero Kaito sabía que eso era imposible… Aunque hace lo posible por no desvalorizar su pasado ¿Cómo podría comparar sus pasados? Cosas así pensaba él y luego se preguntó: "¿Qué haría ella?".

Luego recordó un día… En el que estaba desanimado, el rostro de Scarlett que él no lograba recordar, pero sí lo que le dijo. Mientras caminaban por la calle y los autos pasaban.

"¡Que desanimado estás! ¡No te logro entender!"

"Déjame… No eres buena con las palabras…"

Scarlett Reflexionaba, mientras observaba las tiendas y miraba carteles que decían "Próximamente".

"Anunciaron la película de "Los gusanos espaciales" Para el 2016… ¡Vamos a verla!"

"¿Te refieres al Videojuego? ¿Sacaran una película? Pero falta mucho… ¿no?"

"¿Y qué importa?"

"¿Y la restricción de edad?"

"Lo repetiré ¿Qué importa? Si tiene restricción nos colamos"

"Que sepas que no pienso seguirte el juego…"

"Eres realmente aburrido"

"Y tu irremediable"

Ese día frente a un semáforo, el muchacho se animó con la mayor tontería del mundo, y en su corazón creyó que tal vez…

—Vamos a ver la película de los gusanos espaciales… —dijo Kaito.

—¿Cómo dijo? —preguntó Rin, confundida.

El muchacho tomó aire y se llenó de energía y exclamó.

—¡La película de los gusanos espaciales! ¡Va a salir el 4 de mayo del 2016!

—¿Qué dice? ¿Qué es una película? ¿Gusanos espaciales? —preguntaba Rin, confundida, pensado en que tal vez se refería a algún tipo de posada…

—¡Una película, es como una obra de teatro!

—¡Ah…! Eso sí lo conozco…

Las cortinas se movían con el viento… Dejando entrar una relajante luz, que podría aliviar el corazón de cualquiera.

—¡Y…! ¡Los gusanos espaciales son grandes monstruos que intentan invadir la tierra!

—¡Oh…! —exclamó Rin asombrada.

El reflejo de ambos se podía ver a través del único espejo de la habitación…

—Y por alguna razón… ¡Que nunca entendí! Su debilidad eran los ositos de goma…

El muchacho cambió el aura de la situación.

—¡Te advierto que la película es mala! ¡Y las reseñas aún peores…! ¡Pero es gracioso ver lo bizarra que es!

Empezó a contarle toda la película sin darse cuenta, además de comentarle sobre efectos especiales que eran horribles y pantallas verdes, al final, ya no tenía sentido llevarla al cine… Bueno en realidad nunca tuvo sentido, pero, aun así, aun sabiéndolo.

—¡Por eso cuando podamos…! Vayamos a verla… Compraré palomitas Caramelizadas, probablemente, pero ¡Nunca! hay que decirle que no a unas saladas o con mantequilla y bebida… Aunque creo que me lo gasté todo en chucherías la última vez…

El muchacho levantó el dedo, para señalar algo de suma importancia.

—Tiene que ser en 2D y sobre todo tiene que ser en los asientos de en medio, muy adelante me duele el cuello y atrás siempre huele mal… ¿En la fila F estará bien? Y…

Rin de la nada, de a poco empezó a reír y reír, hasta que no pudo contener más la risa, de lo ridícula que era la situación.

—S-suena, s-suena… Jaja… Jaja… Jem… ¡Que tontería!

No podía parar de desternillarse, le impedía hablar.

Luego se calmó, tomó aire posando su palma derecha sobre su pecho.

—Suena bien…Vayamos a verla.

Y así con una sonrisa de la chica conorando la escena, terminó esa fatídica desgracia. Con una promesa que jamás podría cumplir.

"Si no me equivoco… Esa fue la primera vez que pude reír… Me alegro de que no haya sido…".

 

"LA ÚLTIMA"