I
Ross iba caminando por uno de los pasillos de la mansión, en un atardecer bastante intenso y rojizo, cuando vio que estaban Hazard y Naomi juntos esperándolo, ya que él mismo los había llamado.
—Amo Ross, hace varios días que no lo vemos ¿cómo ha estado? —dijo Hazard inclinándose junto con Naomi.
—Bastantes días la verdad, estuve un tanto ocupado, pero estoy bien y volví enseguida después de lo sucedido… —dijo Ross con una mirada tan intensa como su voz, lo que dejó clara la seriedad de sus palabras.
—Bueno amo, como podrá imaginarse, a pesar de que su hermana no se vio involucrada en el incidente, igualmente, se vio afectada emocionalmente. Ahora mismo se encuentra encerrada en su habitación —Comentó Naomi.
—¿Está Clara junto a ella? —preguntó Ross.
—Sí, ahora mismo se encuentra cuidándola y aunque no la deja entrar a su cuarto, Clara está atenta a cualquier cosa que pueda pasar.
—Mi hermana es difícil de manejar, y yo no puedo verla muy seguido, así que no le quiten el ojo —dijo Ross con un tono algo desinteresado.
—No tiene por qué hacerse el frío Amo Ross, bastaba con pedir que la cuidemos —declaró Naomi con una sonrisa algo burlona.
—No digas tonterías Naomi… Bueno volviendo a lo importante.
La tarde presentaba un viento fuerte, que movía las hojas con tanta intensidad, que se podía ver como pasaban volando a través de los ventanales del pasillo. Durante un instante una débil luz atravesó el cristal, haciendo que Hazard se tapara con la mano la mirada para no quedar cegado.
—¿Cómo ejecutaron la situación?
—Como ni usted ni el amo Henry estaban presentes, la mejor idea que tuvimos fue que yo me quedase protegiendo la residencia, mientras Naomi se dirigió hacia la ruta de los carruajes de comercio, de acuerdo con lo que Rin indicó en el mensaje —explicó Hazard.
—El informe de Rin dice… Haber visto a un joven usuario de magia de hielo de nombre Zachari Bell…
Ross miró el suelo del pasillo y posó su mentón sobre sus dedos.
—"El Joven de hielo que posee un corazón" … O eso dicen —dijo Ross como si lo estuviera citando— Así que realmente era un usuario de hielo…
—¿Ya estaba enterado? —preguntó el criado.
—Sí… Otro informe de la sede de caballeros dice haber avistado un hechicero con magia extraña, aparentemente hielo, protegiendo la ciudad de un ataque.
—¿Hubo un ataque en otro sector de la ciudad? —preguntó la criada escarlata.
—Sí, uno mínimo, pero que logró hacer que gran parte de las unidades se moviera de un sector a otro… Sin la presencia de los generales, los Caballeros no se mueven a conciencia.
El día de ayer, aunque Kaito no lo sabía, la ciudad ya estaba siendo atacada minutos antes de su encuentro con el Demonio de hierro.
En el informe el atacante fue categorizado como: "Desconocido" "Nivel de peligro: Mago Avanzado". —Por otro lado, el hechicero de escarcha no se ha vuelto a avistar… —comentó Ross.
—Por último… —dijo Naomi con un poco de suspenso— el aparente asesino al que me enfrenté, haciéndose llamar a sí mismo como "Destino" según Rin, no parecía poseer maná, probablemente tampoco una bendición, pero sí tenía una fuerza física destacable.
—¿Logró huir?
—No… La destroce…
—¿Segura?
Ross quería asegurarse de que Kaito, como mínimo, pudiera librarse de la mayor cantidad de peligros posibles, no porque le preocupase realmente, sino porque podría involucrar a su hermana.
—Sí… esa persona, solo poseía fuerza física, y aunque era destacable, fue fácil destrozar su cuerpo, me aseguré hasta el final.
La criada sacó un zapato, el cual parecía ser de los que ella usaba y lo mostró, estaba cubierto de sangre seca.
Ross observó a la criada, no parecía estar lastimada ni de lejos ni de cerca, se veía fresca como una lechuga.
—Buen trabajo Naomi… Como siempre, tú también Hazard.
—Solo cumplimos con nuestro trabajo —dijo Hazard posando su mano sobre su pecho e inclinándose en forma de reverencia.
Naomi hizo lo mismo.
—Por ahora, mantengan los siguientes roles. Naomi protege y vigila a Kaito, Hazard mantén todo en orden, gestiona todo y cuida de mi hermana y a Elisa, también a Clara y Rin.
—¿Usted que hará?
—Estaré un par de días aquí…
Naomi suspiró y cerró los ojos, relajando su cuerpo.
—Rin, aunque está atada a un pasado oscuro, se sabe defender. Estoy segura de que este incidente le habrá ayudado…
Esa repentina intervención de Naomi captó la atención de los dos presentes ahí, ella aun con los parpados abajo y con un tono de corrección siguió hablando.
—Clara, no tiene mucho maná y no es muy hábil, pero es inteligente y sabe mantener la calma, incluso en las peores situaciones y Elisa, obviamente le falta confianza, a pesar de tener una absurda cantidad de maná —declaró Naomi— No se preocupe por ellas, estarán bien.
La única intención de Naomi era que Ross no olvidase que ese lugar no estaba en malas manos, cada persona que residía en la mansión estaba ahí por algo.
—Sí, tienes razón, gracias, Naomi…
La doncella escarlata finalmente abrió los ojos, mostrando un rostro aliviado.
—No se preocupe, señor… —dijo y luego cambió su expresión añadiéndole una ligera sonrisa— Aunque admito que aún les falta madurar…
—Me gustaría saber ¿Qué piensan de Kaito?
—Nosotros no hemos tenido mucha interacción con el supuesto héroe, sin embargo, hemos podido notar que tiene buena relación con Alisse. Por otro lado, creo que hay que seguir ocultando todo lo que está detrás de él —dijo Naomi, calmada y añadió— Esa es mi opinión y lo que he notado.
—Comparto la opinión de Naomi —comentó Hazard.
—¿Ocultar todo lo que está detrás de él? —pensó Ross como si estuviese reflexionando.
El mellizo ya no podía más con la tensión e intentó relajarse.
—Bueno ya se pueden retirar, descasen… Yo también iré a reposar.
Hazard y Naomi se miraron, durante un pequeño instante…
—¡Como ordene amo! —dijeron al unisonó y se retiraron dejando solo a Ross en el lugar.
—Madre… ¿Qué debería hacer? —se preguntó el mellizo así mismo, mientras miraba el atardecer.
La luz del día de apoco se iba desvaneciendo y quitaba el brillo del reluciente piso y de paredes bien cuidadas por las sirvientas.
—Qué triste se te ve hablar solo, ciertamente te vez patético y derrotado más que de costumbre —comentó Alisse apareciendo de la nada con ambas manos en su espalda.
—Alisse… ¿Acaso estás molesta conmigo? —preguntó.
—No, para nada, ¿Por qué habría de estarlo? —preguntó la chica a pesar del saludo poco amistoso que le dio.
—Me han comentado que te llevas muy bien con Kaito.
—¿Que ridiculez es esa?, él no me importa en lo más mínimo, es más, no lo soporto —Afirmó Alisse.
—¿Segura? Porque te vez bastante preocupada por él…
—Solo vigilo ¡Nada más…! —exclamó y continuó— Deja Vu es una bendición extraña y creo que no debería indagar en ella…
—Lo siento Alisse, pero él tiene que aprender a usar sus poderes, sobre todo su bendición… "Deja Vu", es importante para que él cumpla su propósito.
—¿Cuál propósito? —preguntó Alisse un tanto molesta—. Él no tiene idea de cuál es ese "propósito" del que estás hablando., ni siquiera tú lo sabes…
Ross entrecerró los ojos y no le respondió.
—Veo que vas a seguir imponiendo tu pasado en la vida de alguien más… ¿Ni siquiera te has cuestionado la posibilidad de que él no sea el "héroe" de la profecía? Peor aún ¿No has pensado si esa profecía es solo un mal chiste? —preguntó Alisse con las cejas erguidas y una expresión de real molestia.
La tensión se apoderó entre ambos, pero lo que le dio el saber amargo fue el comentario que Ross no pensó dos veces:
—¿No es lo mismo que estás haciendo tú?
Ambos se miraron con muy mala cara. La pequeña Alisse tenía que levantar el cuello, para mirar al joven, pero le daba igual.
—Casi se me olvida que nuestras familias se odian desde hace… Cientos de años —declaró Ross, intentando dominar la situación con una mirada llena de frialdad.
—Ahhh… Cuando eres solo tú a veces llegas a ser un poco agradable, pero cuando se trata de tu familia eres insoportable —dijo la joven decepcionada— Ese odio solo viene de un lado…
La chica recuperó levemente la postura, y comenzó a caminar por el pasillo a un ritmo suave, pero no sin antes quedarse con las últimas palabras…
—Tu egoísmo nos va a poner a todos en peligro—comentó Alisse— espero que no tengas que combatir, porque puede que no cumpla nuestra promesa…
Alisse se alejó finalmente.
Ross caminó en dirección hacia el pasillo principal, para luego dirigirse a su habitación. Durante el recorrido pensó varias cosas, entre ellas: "Tal vez no debí haberle dicho eso".
—El secreto que le ocultamos a Kaito… Es que estaba prohibido iniciar cualquiera de las profecías. Perdón Kaito, pero me da igual que esto ponga en riesgo tu vida, todo sea por el sueño de nuestra madre…
"Una de las leyes más importantes de la magia, acordada por "Los doce asientos" y "El consejo de sabios" era "No provocar cualquiera de las cuatro profecías", a cualquiera que lleve a cabo el quebrantamiento, se le asignará un verdugo de los doce asientos, así también, a todos los involucrados".