Alguien Moriría

—Dios no. No él.

—Justo cuando Violeta pensaba que su día no podía empeorar más, ahí estaba él, sonriéndole como si no solo poseyera el universo, sino a ella también. La pura arrogancia que irradiaba de él era suficiente para revolverle el estómago.

—Desafortunadamente, después del encuentro emocionalmente agotador con Micah, Violeta no tenía la energía para lidiar con las payasadas de Asher. Inmediatamente intentó cerrarle la puerta en la cara, pero Asher, siempre rápido, deslizó su mano en el camino. Su mera fuerza la sobrepasó, y la puerta se le escapó de las manos, golpeando la pared.

—Asher entró como si el lugar le perteneciera, cerrando la puerta detrás de él. Violeta instintivamente retrocedió, su pecho se apretó al darse cuenta de que estaba atrapada.

—Sal ahora mismo —le ordenó, aunque su voz titubeó ligeramente bajo la intensidad de su mirada indescifrable.