—¿Todavía no ha contestado? —preguntó Griffin, su voz cortando la neblina.
—No exactamente. —Alaric suspiró, levantando su teléfono—. Me envió un mensaje.
—Disculpas. Te veré en la fiesta. Haciendo unos billetes rápido. —Griffin se inclinó para leerlo en voz alta.
—¿Qué demonios significa eso? ¿Qué está haciendo ahora? ¿Está vendiendo algo? ¿Apostando en peleas? Tienes bastante con esa —añadió con una risa.
—¿Crees que necesita dinero? ¿Es por eso que me está evitando? Si necesitara ayuda, ¿por qué no me lo diría? Tengo más que suficiente dinero para durar dos vidas. —Alaric suspiró, rascándose la parte trasera de la cabeza.