La Mejor Noche

Tan pronto como Violeta estuvo de pie, agarró su cara y hundió su lengua en su boca, dejándole saborear su esencia en la de ella.

Después, se apartó y le susurró al oído, bajo y seductor, —Entonces dime Asher, ¿vas a dejar que tu padre te detenga, o vas a follarme hasta que no pueda distinguir mi derecha de mi izquierda?

Violeta se acercó más hasta que sus cuerpos quedaron pegados, sus pechos presionando contra su pecho. —... ¿Te ahogarías en mi calor apretado y húmedo...? —susurró, puntualizando la pregunta al tomar su mano y guiarla entre sus muslos.

Sostuvo su mirada, observando el destello de sorpresa en sus ojos cuando sus dedos se sumergieron en ella y descubrieron lo mojada que estaba para él. Luego soltó su mano, dejándola ahí. La pelota ahora estaba en su cancha, y dependía de él decidir qué hacer con ella.

Y entonces hizo su movimiento, comenzando a acariciarla. La respiración de Violeta se detuvo en su garganta.