Solo Sonríe (2)

"Bueno, eso pudo haber sido peor", dijo Noah mientras se encogía de hombros y hundía su cuchara en su copa de helado antes de llevárselo a los boca, saboreando la fría y cremosa textura.

"Puede que mi reacción no haya sido la más sofisticada, pero si lo vemos bien, fue tu culpa por mencionar a Clarise de la nada", suspiró antes de llevarse otra cucharada de helado a los labios con una suave sonrisa. "Mary, tú deberías saber mejor que nadie lo molesto que fue para mí tener que lidiar con todo eso. Los padres de esa muchacha lanzando toda clase de insultos y maldiciones contra mí, las repetidas investigaciones policiales, las declaraciones que tuve que hacer en distintos lugares, tener que sacar todas las cartas que me enviaba del basurero para presentarlas como evidencia de su acoso..."

La Dra. Mary mantuvo una expresión tranquila, pero su estómago se retorció un poco cuando oyó las palabras de Noah y se dio cuenta de a dónde se estaba encaminando todo esto. Luego de pasar varios minutos intentando calmar a Noah y de enviar a alguien para que le consiga un dulce, este volvió a su habitual conducta despreocupada.

Pero al mismo tiempo, la Dra. Mary podía sentir su paciencia agotarse con cada palabra que salía de boca de Noah. Su actitud despreocupada no le gustaba nada y sabía que era sólo una fachada que intentaba proteger su mente. Después de todo, el hecho de que él había provocado indirectamente el suicidio de una persona no cambiaba, incluso si nunca salió a la luz de los medios.

Pero nuevamente, el joven frente a ella era un ignorante.

Ignorante del don que corre por sus venas, ignorante del hecho que sus palabras y acciones son mucho más letales que el aleteo de una mariposa. 

No sabía nada de sí mismo, ¿qué iba a saber del mundo cuando su mundo estaba tejido en una red de mentiras y verdades ocultas, en un mundo donde gente que no conoce sabe la verdad sobre él menos él? 

Que risible y lamentable.

"Noah, necesito preguntarte algo..."

Noah asintió, llevándose otra cucharada de helado a la boca.

La Dra. Mary lo observó comer su helado por un momento, analizando con cuidado cada gesto y expresión facial suya antes de formular su siguiente pregunta.

"Noah, quiero que seas totalmente sincero conmigo, incluso si la pregunta podría parecerte un poco... invasiva."

"Seguro, Mary."

La Dra. Mary se ajustó ligeramente en su asiento y mantuvo un tono serio pero gentil.

"¿Te has sentido atraído, en un aspecto amoroso, por otra persona? Y seré clara; no me refiero a sentir atracción sexual, sino más bien lo que llamamos 'enamoramiento' o 'amor'."

Noah ladeó ligeramente la cabeza, manteniendo la cucharilla entre sus labios mientras pensaba y recordaba haber sentido eso alguna vez.

"Enamoramiento, ¿eh?"

Finalmente no pudo.

Aún con la cucharilla entre sus labios, Noah negó con la cabeza.

"¿En serio? Es decir, ¿no sientes nada por nadie? Ningún tipo de atracción romántica hacia nadie. ¿Ni siquiera una pequeña atracción?"

Noah se quitó la cucharilla de los labios y golpeo ligeramente su barbilla con la parte trasera de esta mientras pensaba en las personas que conocía... la cuales no eran muchas realmente, ninguna realmente.

Sus relaciones consistían en su madre y Clara, además de ellas, no había nadie a quien Noah considere importante en su vida.

Incluso cuando había estado rodeado de chicas hermosas en las distintas escuelas a las que ha ido, nunca sintió atracción emocional o física por ninguna de ellas.

"No, nadie."

La Dra. Mary escuchó la respuesta de Noah y luchó contra el impulso de fruncir el ceño. Su falta de interés por el romance no la llenó de preocupación, pero le resultaba desconcertante de todos modos.

"Ya veo, ahora quiero saber cómo te sientes con respecto a las personas. No a tus amigos y familiares, sino a los desconocidos. ¿Sientes la necesidad de controlarlos de alguna manera, en el mejor de los casos? ¿Te resulta difícil relacionarte con personas que no conoces sin usar algún tipo de influencia o manipulación?"

Noah frunció ligeramente el ceño antes de terminar con la primera bola de helado en su copa.

"¿Otra vez con eso? No..." Noah se encontró dudando ligeramente. "...No, ¿verdad?"

La Dra. Mary observó con creciente estrés al joven frente a ella, esta iba a ser una larga sesión.

***

Noah se estiró con pereza cuando finalmente estuvo en casa, detrás de él, su madre cerró la puerta.

Cassia lo llamó al ver que se dirigía directamente a las escaleras.

"Noah, ¿quieres hablar de tu sesión de hoy?"

Noah miró a su madre por encima de su hombro antes de seguir su camino.

"No, no quiero."

Cassia vio cómo su hijo empezaba a subir las escaleras y sintió su corazón pesar en su pecho. Sabía que la Dra. Mary tendía a ir más allá para sacar a relucir las verdaderas emociones de Noah, pero verlo tan apático, incluso hostigante, le dolía.

"Noah, espera un momento", exclamó, siguiendo a su hijo escaleras arriba.

"¿Sí?" Noah se detuvo y miró nuevamente a su madre.

Cassia se acercó a su hijo y apoyó ligeramente su mano sobre su hombro, sin perderse el tono en su voz.

"Vamos, Noah, no me dejes así", dijo suavemente. "Solo quiero asegurarme de que todo salió bien con tu sesión, nada más."

Noah sonrió ligeramente, divertido por las palabras de su madre.

"¿Aunque ya sabes todo de lo que hablamos?"

"... ¿Qué?"

La expresión de Cassia cayó.

"Así como le cuentas todo sobre mí a Mary antes de que yo pueda hacerlo, no dudo que ella te cuente todo lo que pasa en las sesiones antes de que yo lo haga", Noah suspiró y negó con la cabeza. "¿Cuál es el punto entrar solo si se van a estar contando todo... no, cuál si quiera es el punto de yo vaya?"

"Solo porque la Dra. Mary y yo mantenemos una comunicación profesional no significa que ella me cuente todo lo que hablas en tus sesiones. Ella mantiene un secreto profesional, al igual que yo", dijo Cassia, manteniendo su voz firme y calmada.

Noah permaneció en silencio, incluso cuando tenía tantas cosas por decir, tantas palabras contenidas en su pecho.

No seas caprichoso.

No le des problemas a tu madre.

Ella trabaja mucho por ti, lo menos que puedes hacer es ser un buen hijo y no causarle molestias.

"Seguro", respondió con una sonrisa calmada, ninguna de sus verdaderas emociones se dejó ver en esa perfecta mascara suya. "Me preguntó si me he sentido atraído por alguien, respondí que no."

Cassia exhaló ligeramente ante la calma y sonrisa de su hijo, se permitió una pequeña sonrisa y dejó que su brazo envolviera el hombro de su hijo.

"Eso es bueno", dijo con suavidad mientras comenzaban a subir juntos. "Estoy contenta de que no estés saliendo con nadie. Eres todavía muy joven para preocuparte por eso."

"¿Pero por qué?", preguntó con curiosidad.

"Por tu culpa." Noah se tragó esas palabras.

"No tengo tiempo para enamorarme, literalmente", respondió con una risa. "Tengo una montaña de cosas con las que ponerme al día en la nueva escuela, además, al final, no mudaremos en unos meses."

Cassia sintió nuevamente que su pecho se apretaba.

"Te dije que ya no habrá más mudanzas..."

"Eso dijiste las últimas cuatro veces."

Cassia mantuvo la calma, sin embargo, su mente luchó por reprimir los recuerdos de sus múltiples promesas rotas y los errores de su pasado.

"Noah, ya hemos hablado de esto", dijo con voz ligeramente tensa. "Esta es la última mudanza, te lo prometo. Me aseguraré de que estemos establecidos en Londres por el próximo año y medio, como mínimo."

Mientras la sonrisa de Cassia se desvanecía, la de Noah se volvía más amplia.

No seas una molestia.

"Eso dijiste las tres últimas veces, mamá."

El comentario de su hijo golpeó un nervio sensible dentro de Cassia, y apretó inconscientemente su agarre en el hombro de Noah. Luchó por mantener la calma y controlar su creciente frustración.

"Noah... esto no es un juego", dijo entre dientes. "Sé que las promesas que he hecho antes se han roto, y lo siento. Pero te estoy diciendo la verdad en serio esta vez. Esta mudanza es realmente la última, y no nos vamos a mover otra vez."

Noah permaneció tranquilo, sin mostrarse molesto o alterado, con una sonrisa tan amplia que transmitía tantas emociones pero ninguna a su vez.

"Te creo."

Incluso si no te gusta, mantén tus quejas al mínimo... no, mejor, no te quejes.