Noah sentía como si fuera a romperse si intentaba levantarse, pero también sabía que tenía que salir de allí. No podía quedarse en el baño para siempre. Ya había sido una bendición que nadie entrara al baño durante su pequeño ataque y no podía perder más tiempo.
Con esfuerzo, intentó ponerse de pie, apoyándose en el fregadero para estabilizarse.
Parecía borracho y tambaleante, y sentía un ligero mareo cuando volvía a estar de pie, pero estaba de pie, al menos. Solo tenía que salir del baño y llegar a su próxima clase, luego podría sentarse y recuperarse para finalmente ir a casa y dormir el resto del día.
Noah miró su reflejo con ironía.
"No te ves muy angelical ahora mismo..." con una risa áspera, Noah puso sus manos debajo del grifo antes de salpicar agua en su rostro.
Con el rostro goteado agua, Noah estudio fijamente su reflejo.
Estaba pálido, no la palidez nívea a la que estaba acostumbrado y que le gustaba a las chicas, sino de un tono enfermizo y fantasmal, con gotas de sudor mezclándose con el agua en su rostro. Sus ojos estaban hinchados, sus pupilas estaban ligeramente dilatadas y tenía profundas ojeras debajo de ellos. Su cabello estaba desordenado y algunos mechones se pegaban a su frente con el agua... o sudor, Noah ya no tenía ganas de pensarlo.
Miró su apariencia con un toque de autodesprecio mientras una pálida sonrisa se formaba en sus delicados, casi femeninos labios.
"No, no lo hago..."
Con un suspiro, se llevó la mano a la cara y se frotó los ojos con frustración, pasando sus manos por su pálido rostro y secándose con el dorso de la manga. Aún podía sentir un cierto malestar en sus entrañas y un leve aturdimiento en su cabeza, pero al menos ya no sentía que fuera a vomitar.
"... ¿Y tú por qué sigues aquí?", preguntó al ver entrar a la anguila acorazada en su campo de visión, con sus brillantes ojos observando, lo que le llevó a recordar el incidente extraño de hace unos pocos minutos.
"No digas nada… no quiero saberlo", masculló y se volvió para agarrar su mochila del suelo.
¿En qué momento sus cosas habían sido guardadas? Noah tampoco quería saberlo.
No quería pensar sobre la anguila acorazada, ni lo que significaba. No quería pensar en lo raro que era que siempre estuviera allí.
No necesitaba más problemas de los que ya tenía.
Dándose un último vistazo en el espejo, arregló su corbata y enderezó su postura antes de sonreír de manera agradable.
"Tu cabello necesita un corte, ya empieza a cubrirte las orejas", dijo con una risa.
Aunque su cabeza seguía palpitando y sentía que le costaba cierto esfuerzo mantener la sonrisa, Noah siguió el consejo de su reflejo y se pasó la mano por el cabello.
Le caía desordenado y tenía razón, ya empezaba a cubrirle las orejas.
Asintió hacia su reflejo con falso entusiasmo, aún con las comisuras de la boca estiradas hacia arriba.
"Tienes razón. Se está volviendo un poco indomable..."
Incluso a sus propios oídos, su voz se sentía tensa y vacía. Sonaba más como una grabación que como él mismo hablando.
"Rebelde, sexy, genial... ah, ah." Noah se aclaró la garganta antes de asentir satisfecho.
"Sí, así estás mejor", murmuró en un tono algo más normal, tratando de sonar más como él mismo.
Noah se tomó un momento para estudiar su imagen reflejada, moviéndose ligeramente a izquierda y derecha para evaluar su apariencia.
Habría considerado hacer otra pequeña mejora si tuviera tiempo, pero el timbre sonó de inmediato. Como sea veía tan guapo que incluso él, aun en ese estado, sentía como se calentaban ligeramente sus mejillas a su propia imagen, además, a algunas de las chicas les gustaba su cabello largo.
Con otra carcajada seca, Noah despegó su mirada del espejo y salió del baño con una sonrisa.
Mientras caminaba por los pasillos, sintió la familiar sensación de miradas acaloradas hacia él, algunas contenían anhelo, otros envidia y algo de odio.
Escuchó las risas contenidas y los suspiros ahogados de sus compañeros mientras pasaba, y podía sentir sus miradas persistentes y el leve susurro de conversaciones acaloradas que susurraba desde cada rincón.
Los chicos lo odiaban por ser el favorito de las chicas y deseaban desesperadamente ser él, pero era algo a lo que Noah se había acostumbrado, y lo entendía, después de todo, si Noah no fuera Noah también odiaría a Noah.
Sonriendo y saludando como una celebridad, Noah respondiendo cumplidamente los cumplidos y las risitas nerviosas que venía recibiendo.
Los chicos bufaban y fruncían el ceño, mientras que las chicas suspiraban y se reían entre sí, mirando a Noah con ojos amorosos incluso cuando se aleja.
Los susurros y murmullos se intensificaron cuando se acercó, y las conversaciones de las chicas se llenaron con palabras como "guapo" y "dios" entre risitas sofocadas.
Noah recibió una combinación de empujones y susurros de excusa de los chicos mientras pasaban, acompañados de miradas de envidia y desprecio, maldiciendo su buen su atractivo de ensueño. Al menos hoy no tenía marcas de manos en la ropa.
Noah los ignoró a todos, sin querer desperdiciar su atención en esos simios, en cambio, sonrió a las bellas señoritas que pasaban prácticamente babeando y susurrando entre ellas mientras pasaba cerca, lanzándole sonrisas dulces, algunas más audaces le dedicaban leves y sutiles guiños.
Era agradable sentir que tenía ese efecto en los demás, era agradable saber que estaba por encima de ellos.
Estaba por bajar las escaleras cuando-
"Oh" Noah fue sacado de su complacida ensoñación por una cabeza de ondas dorados que se detuvo de golpe frente a él, prácticamente chocando. "Te encontré."
"Lo hiciste", dijo Noah con una sonrisa. "Pero, ¿quién eres?"
"Me duele que no me reconozcas~" dijo con un pequeño suspiro.
Noah ladeó la cabeza con confusión mientras estudiaba a la muchacha frente a él, no era de su salón, eso era más que claro, pero le resultaba extrañamente familiar, especialmente la forma en que su cuerpo maduro no encajaba del todo con el uniforme escolar.
"¿Nada?", preguntó con una ceja levantada.
"Nah, ni idea, perdón."
La chica suspiró de manera dramática, rodando los ojos de manera que le sacó a Noah.
"Ayer tú y tu novia me encontraron en una situación bastante comprometedora."
"Ahhh."
Solo entonces fue que Noah recordó a la extraña pervertida y al chico gritón que habían estado intentado intimar en su salón vacío.
"Ya me acordé", dijo con una sonrisa. "Pero creo que te equivocas en algo, Miss Lee y yo no somos pareja."
La expresión de la chica se volvió ligeramente incomoda cuando Noah le sonrió, sus mejillas se colorearon ligeramente y ella desvió la vista a un lado.
"Oh, uhm, lo siento, solo asumí que ustedes dos tenían una idea similar a la nuestra-"
"Para nada", se apuró Noah a interrumpirla.
"Supongo que no te di una primera impresión muy buena, ¿eh...?"
"Lo que hagas y donde lo hagas no es mi problema, solo tuvimos la mala suerte de coincidir."
La chica levantó las cejas con sorpresa y curiosidad, cruzando los brazos por delante de su pecho. Su sonrisa se ensanchó mientras estudiaba a Noah, sus ojos se movían por él, pasando de arriba abajo como si estuviera revisando un producto.
"Ya veo..." dijo, mordiéndose el labio mientras lo miraba como si fuera una obra de arte.
Noah soltó un suspiro y se recostó contra la barandilla de las escaleras.
"Entonces, ¿qué quieres?"
"Malo, ¿no preguntaras por mi nombre?", preguntó mientras inflaba las mejillas y se cruzaba de brazos de forma infantil.
"Qué asco", pensó Noah al ver su comportamiento infantil.
"No me interesa tu nombre, solo dime que quieres para que pueda irme, ya voy atrasado a mis clases."
"Vaya~" la joven se inclinó hacia adelante, apoyando sus brazos en la barandilla cerca de Noah y su sonrisa se volvió traviesa y coqueta.
"Eres un poco grosero, ¿eh?" Se inclinó aún más hacia él, quedando a solo unos centímetros de él y lo miró de arriba abajo. "Y directo..."
Noah se limitó a mirarla con una sonrisa simple, sus ojos azules tan serenos e impasibles como el hielo.
La joven hizo un ruido de desagrado ante la mirada poco impresionada de Noah, pero su sonrisa aún no se borró de su rostro.
"¿Cómo es que no tienes una novia?"
"No quiero", dijo Noah, poco impresionado con el avance.
"Vamos, no puedes pretender que todas las chicas que te rodean no están desesperadas por salir contigo."
Noah suspiró y negó con la cabeza, dejando de apoyarse en la barandilla de la escalera.
"No~ aún estamos habland-"
"Ah, Bella, te encontré", dijo una voz proveniente de la parte de abajo de las escaleras.
Bella se sobresaltó ante la repentina voz y se giró para mirar a la persona que la había llamado.
"Así que su nombre era Bella", pensó Noah mientras observaba al dueño de la voz.
Una sonrisa divertida se formó en sus labios al reconocerlo.
Era el chico con la voz de niña que salió corriendo con los pantalones abajo, aunque Noah no pudo identificar al otro tipo junto a él.
"Joder", Bella murmuró un reclamo.
El chico con voz de niña dejó de subir las escaleras a la mitad cuando reconoció a Noah, recordando los eventos del día anterior.
Al mismo tiempo, frunció las cejas y le dirigió a Bella una mirada de molestia mezclada con resentimiento.
"White..." dijo con los dientes apretados.
"¿Oh?" Noah levantó una ceja. "¿Nos conocemos, amigo?"
"... ¿Qué? Tú, enserió..." El chico luchó por mantener la compostura. "Tomamos Álgebra juntos."
"¿De verdad? Nunca te había notado."
El chico se tensó aún más ante las palabras de Noah y sus hombros se agitaron ligeramente mientras hacía todo lo posible para controlar su ira.
"Sí, bueno, probablemente no me notaste porque siempre estás rodeado de zorras y acaparando toda la atención de los profesores", chasqueó con veneno en el tono.
"Qué lindo, ¿están esas zorras aquí o solo tú, pequeño?"
Las palabras de Noah hicieron que el rostro del chico se pusiera ligeramente pálido y un pequeño escalofríos recorrió su cuerpo, pero mantuvo la cabeza en alto.
"¡Era- era por el frio!", protestó. "¡Yo no soy-!"
"¡Oye!" Bella hizo sonar su tacón contra el suelo. "Noah y yo estábamos hablando."
La mirada de Noah se desplazó del chico que decía ser su compañero a su acompañante, que parecía expectante y cauteloso al mismo tiempo.
La expresión de ambos jóvenes se agrió al instante y le dirigieron miradas de odio a Noah.
Noah también se sorprendió mientras miraba a Bella.
"Estábamos. De todas formas, ya me iba."
Con estás palabras, Noah giró sobre sus talones y siguió su camino, ignorando las llamadas de Bella.
"Oye- Espera, no-"
Cuando fue obvio que Noah no planeaba seguir conversando, los jóvenes que habían detenido sus pasos antes se apuraron a subir.
Al ver que Noah seguía a unos metros de distancia, el chico con voz de niña habló en voz baja: "Bella, ¿podemos continuar lo de ayer?"
"¿Qué?"
"Esta vez prometo pagar una habitación", dudó un poco, pero la mirada insistente de su amigo lo presionó con fuerza. "Bueno... él la pagará, pero dice que se quiere unir."
Bella palideció ante la sugerencia, sin saber cómo responder ante la cruda petición.
"¿Q-qué? Espera, espera, espera, espera, ¿¡tú quieres que él también se una!?"
Bella no pudo evitar sentirse sorprendida y asustada.
"¿Quieres hacer un trío...?"
A la distancia, y para su disgusto, el agudo oído de Noah captó débilmente las palabras.
Su mente se llenó de todo tipo de pensamientos, algunos divertidos y algunos más oscuros.
Sin ser capaz de controlar su curiosidad, se giró para ver a las tres personas que había dejado atrás.
Noah pensaba que Bella tendría una expresión coqueta o divertida ante la audaz propuesta, pero la sonrisa divertida de Noah desapareció al ver la incomodidad de la joven.
Realmente se veía incomoda y sin saber cómo responder ante la presión de ambos jóvenes.
"No..." Los ojos de Noah se abrieron ligeramente al notar que, más que incomodidad, Bella sentía pánico.
Noah pudo reconocer ese pánico en sus ojos, era el mismo pánico que se reflejaba en los suyos cuando no podía luchar contra sus alucinaciones, un pánico aterrador y la cruda resignación que no podrá hacer más que aceptarlo y esperar a que pase.
Pánico, asco, miedo. Todos los sentimientos que se arremolinaban dentro de su alma estaban atrapados en su lengua mientras se sentía acorralada por las demandas de los chicos.
Sintiendo la mirada de Noah sobre, Bella se giró para encontrarse con sus ojos.
Sus miradas de conectaron y mil pensamientos fueron transmitidos.
El miedo casi era visible en los ojos de Bella. Entre tantos pensamientos, uno destacaba.
Ayúdame.
Bella quería que la ayuden a salir de esto, pero Noah era un ser humano mucho más curioso que benevolente.
Ella se metió en esta situación, y Noah tenía curiosidad por ver como saldría.
"¿Qué dices, Bella? Te aseguro que ambos te llevaremos al cielo, solo danos la oportunidad."
Un nuevo escalofrió recorrió el cuerpo de Bella ante la insistencia de los chicos. Bella se encontró sin salida, simples palabras como un No se atascaron en su garganta y se negaron a salir.
"Yo, uhm..." Bella intentó encontrar las palabras, intentando desesperadamente pensar en una manera de salir de esta situación, pero sus ojos estaban tan llenos de terror e inhabilidad para pensar que simplemente no sabía cómo responder adecuadamente.
Su pánico se mezcló con indignación al ver como Noah simplemente observaba sin intervenir.
"¿No piensas ayudarme? ¿No ves que soy una dama en aprietos?"
Al darse cuenta que no les prestaban atención, ambos jóvenes se pusieron a impacientar, especialmente el que se había ofrecido a pagar una habitación.
"¡Vamos, Bella!", gritó mientras ponía su pesada mano sobre el hombro de Bella.
La mano se sentía como una araña gigante contra ella y su toque le provocaba nauseas. Apenas pudo esconder el estremecimiento de asco que la recorría, pero se obligó a mantener la calma para no parecer más débil de lo que ya se sentía.
Al mismo tiempo, el chico con la voz de niña comenzó a insistir con más fuerza.
Los ojos de Bella iban de un lado al otro y su cuerpo se retorcía como si estuviera a punto de huir.
"No, chicos, no pienso hacerlo..." dijo de manera nerviosa.
El chico con voz de niña frunció las cejas, irritado.
"Vamos, Bella, dijiste que estaba bien ayer."
"Que idiotez", pensó Noah mientras se daba la vuelta. "Pero más idiota soy yo por quedarme a ver esto."
Mientras sus calmados pasos resonaban por encima de las voces de los insistentes jóvenes, uno de ellos se tambaleó y cayó.
"Mier- ¡Mierd!", maldijo mientras rodaba por las escaleras.
"O-Oye, ¿estás bien...? ¡Ahg!"
El chico con la voz de chica se apresuró a intentar bajar las escaleras para ayudar a sus amigos, pero terminó resbalando de la misma manera.
Bella observó con los ojos abiertos como ambos caían dolorosamente el uno sobre el otro. Se quedó quieta en su lugar, temerosa de también resbalar por un mal paso.
"¿Eh?" Bella se inclinó con confusión al ver el suelo brillar bajo la luz de las bombillas.
Bella pasó la punta de sus dedos por la fría y resbaladiza superficie del suelo con creciente confusión en sus rasgos.
"... ¿Por qué hay escharcha en el suelo?"
Bella siguió con sus dedos las frías vetas plateadas que recorrían el suelo, una mirada de creciente confusión y pavor se formó en su rostro. Sus ojos se desplazaron de vuelta ante la espalda de Noah, que ya había avanzado bastante por el pasillo.