Nuevamente estaba atrapado en este maldito lugar donde moverse o descansar en paz era prácticamente imposible. Donde solo podía ver un sol blanco y pilar que se alzaba hasta el cielo.
Donde sin importar cuánto, jamás lograba acercarse ni alejarse.
"Mierda", gruñó con los dientes apretados.
Noah se tumbó sobre la superficie acuosa del lugar y miró fijamente el cielo blanco y lleno de nubes, donde además de ese extraño sol, habitaban una gran cantidad de estrellas titilaban en el cielo diurno.
"¿Hmh?"
Noah frunció los labios.
"¿Qué fue eso?"
Sin darse cuenta, comenzó a buscar con la mirada a la fuente de aquel extraño murmullo.
Pero no había nadie más que él.
Finalmente se dejó caer nuevamente de espaldas con una expresión confusa en sus rasgos.
El murmullo de repente se volvió más suave, pero también más persistente.
Como si estuviera tratando de llamar desesperadamente su atención.
Su gélida mirada se volvió a fijar en el sol, que ahora parecía brillar con nueva blancura medida que le picaban los oídos.
"¿Qué habrá ahí?", murmuró curioso. "¿Qué hay dentro de un sol real? ¿Por qué el mío no es naranja?"
Noah recordó haber leído que en realidad el sol emite luz en todo el espectro de colores, pero cuando su luz pasaba a través de la atmósfera, las moléculas del aire dispersaban los fotones de ondas más cortas, dispersando los colores azules y violetas.
"¿Eso quiere decir que aquí no hay atmósfera y que todos los colores llegan a mis ojos al mismo tiempo? Genial... entonces, ¿cómo diablos respiro?"
Suspirando, se llevó las manos al rostro.
"¿Y por qué le busco lógica a esta mierda?"
Noah no pudo evitar reírse suavemente ante la ridiculez de la situación, estaba atrapado dentro de su propia mente y aun así buscaba darle una explicación a un sol que era tan imposible como él mismo.
Cerró los ojos intentando ignorar todo pensamiento, no había nada que pudiera hacer en este lugar aparte de esperar, lo único que podía hacer era tratar de relajarse y no perder la cabeza.
El murmullo volvió a sonar, ahora un poco más fuerte, pero aún no lograba entender la palabra.
La curiosidad hizo que se incorporará y mirará un poco más arriba, hasta el sol que brillaba frente suyo y... oh, mierda.
El maldito sol está frente suyo.
Presa del pánico, Noah intentó levantarse y retroceder, solo para darse cuenta de que estaba flotando en el cielo.
Noah agitó los brazos como un ave qué está aprendiendo a volar, temeroso de caer al suelo desde esta altura.
Pero sea por lo que sea, se mantuvo flotando en su lugar.
El sol era tan grande como una mansión, pero Noah no se quemó, ni siquiera sintió calor, pero aún se sintió incómodo con un maldito sol brillando a escasos centímetros de su cara.
"¿E-Espe...?"
Pero algo lo hizo olvidarse momentáneamente de eso.
Sus ojos se abrieron como platos al ver la inmensa figura que dormía enrollada dentro del sol como si de un nido se tratara.
"¡Allen!", gritó, poniendo sus manos sobre la superficie blanca y translucida. "Cabronazo, ¿¡qué haces ahí!?"
Pero el inmenso dragón permaneció con los ojos cerrados, inmerso en su sueño mientras blancos fragmentos era absorbidos por él.
Solo ahora lo notaba, pero delgados y brillantes canales de energía surcaban el cielo y todos parecían conectar con el sol, y por ende, con Allen.
Con cada fragmento blanco que era absorbido, Noah sentía como se debilitaba.
"Culebra hija de puta... ¿qué diablos haces ahí adentro?"
"...Vacío..."
"¿Eh?"
Nuevamente, alguien, o algo, seguía susurrando en su oído, lo cual era completamente imposible, pues ni siquiera había un alma cerca.
Tampoco era la magnífica y poderosa voz que anunciaba sus cien años, esta sonaba más distante y humana, como un coro.
"...cha y Vac..."
Se giró nuevamente hacia Allen.
"¿Esa es tu voz?"
No parecía ser el caso.
"Esc.r... ... cío."
La figura de Allen comenzó a difuminarse, como tinta regada sobre agua antes de cambiar a una escena totalmente distinta.
"¡Allen!"
"... Escarcha y Vacío..."
La luz del sol se reflejó en su rostro, resaltando las pequeñas sombras bajo sus cejas y en las comisuras de sus ojos.
Cuando la nueva escena se acentuó frente a sus ojos, solo había una palabra para describir lo que vio.
Fanáticos.
Los fanáticos cantaban, gritaban y coreaban la misma frase mientras lloraban y se abrazaban.
Más que miedo, Noah solo sintió estupor y una ola de vergüenza brotar de su pecho.
"Raritos", murmuró, sin molestarse en ocultar el disgusto en su voz.
"¡Por el Gran Kryos!"
"¡Por la Escarcha y Vacío!"
Ese parecía ser el nombre de la deidad que adoraba el fanático grupo.
Noah buscó en su mente, pero no encontró ni recordó ningún dios con ese nombre.
El líder del grupo, una figura nebulosa pareció darse cuenta de su presencia y se giró rápidamente hacia el resto del grupo con expresión extasiada y lágrimas de emoción.
"¡Oh! ¡Es Él!"
"¿Él?", repitió mentalmente con una sonrisa tensa. "Mierda, esto sigue sin ser real, ¿cierto?"
"¡Su voz ha llegada a través del Emblema Divino!", exclamó mientras señalaba en dirección a Noah.
La muchedumbre se giró hacia el mismo lugar que señalaba el hombre.
Antes de que Noah pudiera confundirse más, el líder de los fanáticos bramó tanto que lastimó sus oídos.
"¡Recen, hermanos! ¡Sean piadosos!"
"¡Aquel que nació dos veces, cuyo nombre se susurra entre el hielo y la penumbra!"
El cántico del líder fue rápidamente seguido por el resto del grupo, lo que solo sirvió para disgustar más a Noah.
"¡Aquel cuya alma errante fue arrancada y devuelta, titilando entre lo Divino y lo mundano!"
Algunos se unieron a los que estaban arrodillados, otros incluso comenzaron a convulsionar.
"¡Oh, Niebla de la Noche Helada, escucha mi voz aunque la nieve la entierre!"
Ante tal espectáculo Noah soltó un suspiro cansado... y de alguna forma, molesto.
Sus ojos volvieron nuevamente hacia el fanático líder, quien, con mirada extasiada, se dejó caer con la frente pegada al suelo, mientras sus brazos estaban frente suyo con las palmas hacia arriba.
"¡El Gran Kryos!"
Ese último grito fue suficiente para despertar a Noah de su sueño.
Cuando sus ojos se abrieron, un destello dorado brilló en los profundo de sus pupilas azules que rápidamente se extinguió.
"Qué asco..."
Por un momento, las náuseas de haber experimentado tal escena amenazaron con superarlo y vaciar el contenido de su estómago.
Hundió la cabeza en las suaves almohadas y cerró los ojos nuevamente, al menos ya se sentía mejor.
"Así que es verdad que los sueños se vuelven extraños cuando tienes fiebre..."
Un suave tirón de su brazo llamó su atención y lentamente se giró para ver a Clara dormir a su lado.
"¿Y tú qué haces aquí?", preguntó con una sonrisa divertida.
Sin pensarlo mucho, Noah estiró una mano para alcanzar una de las mejillas de Clara y pellizcarla.
Clara se despertó con un quejido antes su apartar con un manotazo.
Mientras la veía volver de entre los muertos, Noah se acomodó de manera que le fuera más fácil verla.
"Buenos días, cariño, ¿dormiste bien?"
Su tono alegre tenía un toque de burla mezclado, pues la expresión de Clara le recordaba a un oso saliendo de su madriguera.
"No estaba planeando dormir..." respondió a la defensiva, sin molestarse en recordarle a Noah que no debía llamarla así.
"¿Estás mejor?" Clara parpadeó un par de veces antes de mirar a Noah con confusión.
Noah soltó una risa y asintió, sus expresiones tan vividas y divertidas le provocaban ganar de morderla.
"... ¿Cómo?"
"¿Cómo?", repitió sin dejar de sonreír.
Sus brillantes y gélidos ojos adquirieron cierto brillo travieso y juguetón.
Titilando entre lo Divino y mundano.
"Bueno, porque soy mitad Dios."