Los ojos de Isaac se abrieron lentamente, y una escena familiar pero extraña apareció frente a él.
Unas 20 mesas estaban puestas en 4 filas diferentes, y cada fila tenía 5 mesas.
Cada mesa tenía un asiento con jóvenes hombres y mujeres sentados con el mismo uniforme escolar.
El uniforme consistía en pantalones blancos y una chaqueta con una corbata azul. Las chicas tenían un uniforme ligeramente diferente, en lugar de pantalones, tenían faldas con calcetines largos hasta la rodilla.
Isaac miró su uniforme, y él estaba vistiendo el mismo uniforme. Tragó saliva, y recordó dónde estaba...
«Estoy de vuelta en la escuela...», pensó, y su rostro empezó a palidecer.
—¡Isaac Whitelock! —un fuerte grito vino desde el frente del salón de clases.
Isaac se estremeció y se sentó derecho. Su mirada se bloqueó con la del profesor, quien lo miraba con una expresión severa.