En algún lugar en el Universo.
Garmagello flotaba sin rumbo mientras las partes destruidas del mundo se desmoronaban a millones de kilómetros de él.
Su anterior emoción había desaparecido, y lucía completamente aburrido. No hace mucho, sus venas estaban llenas de emoción, pero no duró mucho, como miles de veces antes.
Entonces, Garmagello se cansó de flotar en el espacio y apretó su mano en un puño.
Reunió su puño y golpeó, lo que hizo que el espacio se agrietara a su alrededor. Pronto, otro agujero apareció frente a él, y entró sin ninguna preocupación.
Apareció en un mundo hermoso lleno de parches de flores verdes, hermosos bosques y un cielo azul claro. Los pájaros trinaban y batían sus alas en el cielo, y una brisa calmada de viento lo acarició.
El mundo parecía hermoso, no mancillado por manos mortales, y santo.
Garmagello hizo una mueca—. Repugnante.