—Como era de esperar, esos bastardos aprovecharon mi ausencia para poner sus manos sobre mi gremio.
Varios archivos y papeles se proyectaron en la proyección holográfica frente a Eduardo, cuya voz profunda resonó por todo el apartamento.
Cuanto más los miraba, más se fruncía el ceño en su rostro.
—No tienes que preocuparte demasiado.
De pie a su lado, Natasha lo consoló.
—Tu hija es mucho más capaz de lo que piensas. Puede que no haya manejado todo perfectamente, pero aún fue capaz de dar un golpe bastante severo a todos los gremios que intentaron poner sus manos sobre el gremio del Cazador de Demonios.
—Yo diría que lo ha hecho de manera fantástica.
—... Realmente lo hizo.
La noticia de los logros de su hija hizo que el rostro de Eduardo se suavizara un poco.
Mientras contemplaba todas las cosas que ella había logrado durante su carrera, sintió un gran orgullo llenarlo.