Puerta del Desafío [4]

La vicisitud del tiempo, la expansión del espacio, el trauma de la guerra, el peso del pecado. Cuando uno experimentaba tanto, ¿era extraño cambiar?

La vida se volvió insensible. Todas las cosas se volvieron sin sentido. La Muerte parecía inconsecuente.

Un universo infinito lleno de mundos infinitos, infinitas personas viviendo dentro. En esta vasta y sin fin existencia, ¿qué peso tenía una sola persona?

Era difícil no desesperarse frente a tal grandiosidad. La realización de cuán diminuta era realmente la existencia de uno podía ser abrumadora.

Pero incluso aquellos que se rendían ante esta realidad vivían sus vidas diarias sin pensar en ello. Era inútil hacerlo.

Pero si uno miraba más profundo, se daría cuenta de la correspondencia entre el universo y el hombre; entre microcosmos y macrocosmos.