Quién

La Iglesia estaba ubicada en el núcleo de Camelot, a cierta distancia del Castillo. Estaban en dos lados opuestos de la ciudad como dos pilares sosteniendo el mundo. Independientemente de cuál fuera, Leonel podía sentir un aura opresiva pesando sobre él, como si ninguno estaría satisfecho a menos que él inclinara la cabeza.

Era cierto que Leonel no creció en un mundo que enfatizara la importancia de inclinarse, pero lo que no le gustaba era ser forzado a hacer cualquier cosa. Instintivamente enderezó su espalda bajo esta presión, sus hombros firmes y anchos.

Lionus parpadeó ligeramente al ver las reacciones de Leonel. Pero, aparte de una pequeña sonrisa, no dijo nada más.

Debido a la opresión que sintió en las puertas, Leonel había esperado instintivamente entrar a una especie de zona de guerra, pero lo que nunca había esperado era que incluso después de una hora, nadie hubiera venido a recibirlo a él y a Lionus.