Nunca Más

Las piernas de Leonel colgaban débilmente en el aire, su rostro se tornaba lentamente rojo mientras la mano de Lamorak apretaba su garganta.

Se sentía como si todo su cuerpo estuviera sumido en el dolor. Era un torrente interminable que embestía sus sentidos como un tsunami, aplastando su mente en un ciclo repetitivo e infinito.

En su estado actual, sobrevivir sin oxígeno durante decenas de minutos, aunque difícil, no sería imposible. Sin embargo, tener la garganta apretada no era solo una cuestión de oxígeno, también afectaba el flujo sanguíneo.

Leonel sintió su cabeza volverse ligera, el dolor de cabeza pulsante que había ganado después de agotar su Fuerza del Alma solo se hacía peor. Sin embargo, tal vez en un extraño giro del destino, apenas podía ignorarlo porque su nivel de dolor no se comparaba con lo que le sucedía al resto de su cuerpo.

Lamorak se enfureció irracionalmente, mirando hacia la mirada inquebrantable de Leonel.