Pequeña Princesa

Leonel se dio cuenta de que este nacimiento debía ser el evento principal de este mundo. Entonces, se enfocó en el castillo.

Leonel se sorprendió al descubrir que, en el instante en que lo hizo, el tiempo se aceleró a su alrededor.

«Esto es algo bueno», Leonel concluyó. «Debe significar que estoy en el camino correcto».

Aunque el tiempo se aceleró, Leonel captó todo lo que ocurría. Todo lo que no estaba relacionado con el nacimiento fue eliminado, pero Leonel pudo captar todo sobre el nacimiento en sí.

Vio la felicidad del Rey y la Reina. Vio la dificultad del parto. Vio cómo la Reina Ginebra casi perdió la vida al dar a luz a esta niña. Y finalmente vio nacer a la niña…

Un hermoso bebé con grandes ojos negros.

Desafortunadamente, este bebé estaba enfermo. Tenía una piel exageradamente pálida y una respiración débil. A menudo dormía largas horas del día, dejando que el mundo viera sus grandes y parpadeantes ojos solo unos pocos minutos al día.