Abandonado

Leonel colocó a Zilar sobre una cama dentro de su Morada de los Sueños. Su mirada brilló con una luz fría. Si no hubiera sido por el hermano mayor de Syl, probablemente habría tenido que encontrar la manera de salir de ese cerco. Si hubiera sido por sus propias palabras, a Leonel no le importaría. Además, ya que se atrevió a salir de esta Morada, también tenía preparativos adecuados listos. Sin embargo, Leonel sabía que no era tan simple.

Durante todo el camino, la hermana Luna dirigía a la multitud con sus palabras. Era una mujer bastante peligrosa, de hecho.