El Reino de los Reyes

El aura de Leonel era como un tigre enfurecido liberado de sus cadenas. Comandaba absoluto respeto dentro de su territorio.

—Dominio de Cadenas.

CLANG! CLANG! CLANG! CLANG! CLANG!

En el instante que las palabras salieron de los labios de Leonel, el dominio desmoronándose a su alrededor de repente resucitó, regresando con toda su fuerza. No, decir toda su fuerza sería asumir que regresó igual de fuerte. Pero, la realidad era muy diferente.

En el pasado, las Cadenas eran ilusorias y su traqueteo resonaba hueco. Pero ahora, parecía como si verdaderas cadenas se hubieran manifestado en el aire, sus cuerpos exudando una niebla negra que asfixiaba su entorno.

Sin embargo, justo cuando parecía que estos cambios ya eran suficientemente impactantes, el Dominio comenzó a cambiar de nuevo.