Momentos Frágiles

En el momento en que miré hacia la puerta, mi corazón se hundió.

Cole Fay estaba allí, imponente como una figura celestial junto a su hermana, Lina. Parecían haber descendido ellos mismos del cielo, tan etéreos ángeles como eran conocidos.

El rostro perfectamente esculpido de Cole estaba enmarcado por elegante cabello gris, sus ojos brillaban con esa luz fría y calculadora que había aprendido a conocer y amar en el pasado.

Llevaba puesta una camisa negra de manga larga que se ajustaba a su tonificado cuerpo, combinada con pantalones negros a medida que exudaban un estilo sin esfuerzo. El único accesorio que necesitaba era el brillo sutil de un reloj Patek Philippe en su muñeca, discreto pero indiscutiblemente imponente.

La simplicidad de su aspecto lo hacía aún más impactante—refinado, seguro y peligroso en su elegancia.

Los gemelos Fay siempre exudaban un aura sobrenatural, como algo intocable, prístino y mortal.