—Lentamente, Cole presionó un paño fresco sobre su piel caliente, secando el sudor con una ternura que no sabía que tenía.
—Pero al deslizar su mano sobre su piel, sus dedos rozaron el borde de su escote, suave y cálido bajo su toque. Su pulso se disparó al sentir el suave ascenso contra su mano. Cada nervio de su cuerpo se tensó, el calor creciendo dentro de él una vez más.
—Se obligó a concentrarse, luchando por reprimir el deseo que surgía en su interior. La limpió y cuidadosamente le pasó una camisa limpia, haciendo lo mejor que podía por no mirarla por demasiado tiempo, aunque su corazón latía tan fuerte que apenas podía pensar.
—Antes de que una marca permanente de cremallera apareciera en su miembro, terminó, y Cole casi salió corriendo de la habitación, dirigiéndose directamente al baño.