Caminando por el filo de la navaja

—Deberías haber llamado cuando llegaste —agregó Jason, su tono tenía una mezcla extraña de autoridad y molestia.

—Pensé que ustedes dos estaban... ocupados con algo más —dije, mi voz teñida de una insinuación sutil.

—Jason habló con sus amigos y yo estaba en el baño —explicó Kylie.

—Espera... ¿dónde está nuestra parte, Iraya? —La mirada de Jason bajó a mi escritorio, su ceño se frunció al notar los restos de mi comida.

—¿Tu parte? ¿De qué hablas? —Fingí confusión, frunciendo el ceño.

—El bento. ¿No compraste uno para nosotros también? —Su tono se agudizó.

—Oh —dije, como si recién me diera cuenta—. Pensé que ustedes ya habían comido, así que lo terminé yo misma —Hice un gesto hacia el recipiente medio vacío con un encogimiento de hombros, manteniendo una fachada de despreocupación inocente.