—Antes, la visión de Eve—perfecta, serena, y tan cerca de Cole—había encendido un fuego temerario dentro de Sophie. No pudo resistirse.
—Por impulso, Sophie se rozó contra Eve, su mano rápida y experimentada, y administró una pequeña dosis de la droga. El momento fue fugaz, casi imperceptible, mientras Sophie acompañaba a Eve con una expresión fingida de preocupación.
—Ahora, la duda roía los bordes de su excitación. ¿Había sido suficiente? El momento había sido muy breve. Demasiado breve.
—Quería que Eve se humillase una vez que la droga hiciera efecto. Pero ahora, la duda la devoraba —¿había logrado siquiera inyectarle una pequeña cantidad?
—Sin embargo, la preocupación se disolvió casi tan rápido como apareció, barrida por su creciente anticipación.
—Se apresuró hacia la habitación designada, sus pasos rápidos y ansiosos, casi saltando en cada zancada. Su mente pintaba imágenes vívidas de lo que le esperaba dentro—Cole, solo, esperándola sólo a ella.