—La Navidad no era precisamente mi festividad favorita. Al menos, ya no. Cuando era pequeña, me encantaba —las luces cálidas, las risas, la sensación de pertenencia. Pero este año, las cosas se sentían diferentes.
—Cole estaba celebrando con Eve, y mis padres tenían su cena privada habitual, dejándome atrapada en el medio de la nada.
—Podría haber ido a alguna fiesta glamurosa o haber inventado una excusa para salir de la ciudad, pero no quería nada de eso. Lo que quería era algo simple —una celebración tranquila, tal vez con Dylan, si alguna vez dejara de tratarme como si no existiera fuera de su 'deber de guardaespaldas'.
—Pero, como de costumbre, Dylan estaba más interesado en levantar pesas o en pasar innumerables rondas de entrenamiento que en pasar siquiera un segundo celebrando conmigo. Quiero decir, ¿por qué celebrar la Navidad cuando puedes golpear cosas, verdad?