La persecución de Navidad de Estelle

—¿Conoces esas películas románticas navideñas donde la chica termina mágicamente con el chico que le gusta, con copos de nieve cayendo en cámara lenta y luces titilando de fondo? Pues bien, mi Navidad no fue exactamente así.

En cambio, mi Navidad consistió en correr por media ciudad detrás de Damien, el único chico que actuaba como si no existiera la mitad del tiempo, pero que tampoco parecía importarle cuando estaba cerca.

Era como un juego extraño en el que me ignoraba lo suficiente como para ser frustrante, pero nunca me dijo realmente que me fuera. Y como no tengo ninguna vergüenza cuando se trata de conseguir lo que quiero, pasé todo el día decidida a pegármele como si fuera pegamento.

Comenzó temprano en la mañana cuando lo vi cerca de la plaza del pueblo. Tenía esa mirada sombría de siempre: abrigo oscuro, manos en los bolsillos y el cabello desordenado que de alguna manera lo hacía ver irritantemente atractivo en lugar de desaliñado.