Su Orgullo y Alegría

Li Hua estuvo de acuerdo. También sintió que el recordatorio de Gu Zi tenía sentido. Se hizo un nota mental para decirles a sus padres más tarde.

Tras descender de los campos, comentó —Con este ritmo, terminaremos de cosechar hoy, gracias a la ayuda de mi cuñado.

Justo entonces, una brisa sopló, haciendo que las espigas sin cosechar se balancearan suavemente.

Las doradas espigas, asemejándose a llamas, chocaban entre sí, produciendo un sonido crujiente y suave que recordaba a una orquesta sinfónica, acompañado de una fragancia embriagadora que invitaba a uno a olvidar todas las trivialidades y complejidades, regresando a su verdadero ser.

Esto naturalmente desvió los pensamientos de Gu Zi de cualquier persona o evento que entristeciera el ánimo, brindándole un momento de tranquilidad.

Le dijo a Li Hua —No olvides llamar a Su Shen para el trabajo agrícola en el futuro. Él está más que dispuesto a ayudar.