Más Cerca. Parte. – 2.

La mañana siguiente.

Joan llega más temprano de lo habitual y se encuentra con Estefanía sentada en su banco, una sonrisa se hace presente ante la figura de ella, Nicol y Nicolás llegan y se llevaron una gran sorpresa al verla, su humor cambio radicalmente, Nicol se acerca y comienza a interrogarla, Nicolás les cuenta lo que estaba planeado en el fin de semana largo que se aproximaba y todos presente aceptan sin dudar.

El recreo había llegado, con la presencia de Estefanía las horas habian pasado demasiado rápido, ella y Nicol salen del curso hacía el patio, en el camino se topan con Camila de frente.

—Hola Camila.

Estefanía la saluda de cortesía en forma automática, era su costumbre, pero ella quería escuchar su saludo, Camila solo la mira por encima de su hombro mientras deja el silencio.

Llegan afuera y se sientan a almorzar bajo un árbol, llega Abril y Karen a los cortos minutos, el ambiente era genial, ella tenía tres amigas sin darse cuenta, estaba en un sueño, no queria despertar.

—¿Alguien me puede ayudar para que sea novia de Nicolás?.

—¿De que Hablas Abril?.

—Le voy a pagar a la que me ayude.

—No necesitas pagarnos, te vamos ayudar igual.

—Gracias chicas, así no tengo que recurrir al plan b.

Abril comenzaba a sonreir de forma automática al pensar sin querer en Nicolás.

—Es tan lindo, me encanta como habla.

—Es mi hermano, no sé que le ves de interesante.

—¿Karen, hay alguien que te guste?.

—No me ignores.

—E-Es Joan quien me gusta.

Estefanía se queda palida, su mente se queda en blanco, un escalofrío recorre su cuerpo, el sentido de alerta estaba al cien por ciento, se comenzaba a sentirse incomoda, no sabía hacia donde mirar para poder distraerse y dejar de pensar en sus palabras, una presión en el pecho la molestaba.

—¡¿Que?!.

Estefanía tenía la mirada perdida, su mente estaba concentarada dandole vueltasca su corta oración, su respiración era agitada.

—Es broma, es broma, no me gusta nadie.

Esas palabras ayudaron a que su alma vuelva acomodarse y sienta un alivio enorme, como si un peso dejara de existir.

—¿Te sentiste mal cuando dije que me gustaba él, no? Eso prueba que él te atrae, aunque no lo sepas.

Le dice en voz baja a Estefanía mientras las demás se quejaban por su molesta broma, cuando se calman las cosas Nicol recuerda que iban a ir al campo y le comenta a ambas, Abril acepta de inmediato y Karen se toma su tiempo para pensar ya que tenía que preguntarle a sus padres.

Nicolás se encuentra en un parque, junto a Camila, él no dejaba que apareciera ni una milésima de segundo, maldecía el silencio, ella solo lo escuchaba sin opinar.

—¿Cami, estamos planeando ir de viaje el fin de semana largo, quieres venir con nosotros?.

—¿Va Joan?.

—Si, también Estefanía, pensé que te iba a molestar más la presencia de ella.

—Perdon, no voy a ir, no me siento cómoda cuando estoy con él.

—Esta bien, no te preocupes, entiendo cómo te sientes, aún no puedes superarlo.

—Creo que no lo puedo hacer porque nunca llegue a sacarme completamente el peso, ahora él lo sabe y no sé que va pasar conmigo, tengo miedo de que estos sentimientos desaparezcan y me quede sin nada.

—Si los sentimientos por él se van yo los voy hacer regresar, quiero ver cómo sonríes, ahora que te conozco bien no quiero verte llorar, no como esa vez.

—Gracias.

Le dice mientras mantiene su mirada hacia abajo, se ruboriza al escuchar esas palabras.

Abril se encontraba sentada sola con Estefania.

—¿Hey, te gusta Joan no?.

Estefanía se asusta al escuchar esas palabras y voltea su mirada hacia otro lado, tenía que evitar este tema a cono de lugar.

—Te delatas sola.

—Yo... Yo no sé cómo se siente, nunca guste de nadie.

—Es verdad, nunca tuviste amigos así que era obvio que no te interesaba nadie.

—¿Como se siente que gustes de Nicolás?.

—Pienso en cosas pervertidas.

—¡¿Que?!.

—Él me gusta por su forma de ser, me trató indiferente.

—¿Como lo conociste? ¿Cómo te llegó a gustar?.

—Me habían mandado a dejar los libros a la biblioteca, eran muy pesados, nadie quiso ayudarme, eran realmente pesados, estaba subiendo las escaleras y unos chicos me empujaron haciéndome caer todos los libros, enojada me puse a juntarlos, me levanto y trato de irme rápido, en ese momento pise mal el escalón y me caí de espalda, pero Nicolás me agarró de la mano antes, me sonroje de inmediato, lo vi y sentí como si el tiempo se congelara, lo veía con brillo y todo alrededor desapareció.

Se reia de su historia, tal vez por la forma melosa en que la narro o simplemente incomodidad por lo cursi que se convirtio su relato.

—Cuando me acomodo, él me ayuda a juntar los libros y se ofreció a llevarlos por mi, caminamos y hablábamos, fue tan bonito ese día, yo lo conocía porque me parecía super lindo y ahora que lo tenía cerca lo era aun más, hacer lo que hizo me llegó a mover el corazón, se fue cerca del higado.

Su risa se hace presente nuevamente para aliviar su vergüenza al contarlo, deja un silencio para dar libre albedrío a su imaginación, llevándola a revivir con imágenes sueltas aquel momento donde conoció un nuevo sentimiento, que había más firmas de hacer latir al corazón.

—Desde ahí solo lo saludaba y hablábamos de vez en cuando de casualidad, no me animé a llegar más lejos de lo que se me permitía, nunca llego a estar ni cerca de pensar que me muero por él.

—Que linda historia.

—¿Como conociste a Joan?.

—No es una historia tan linda como la tuya, estaba jugando con un perrito y él se me quedo viendo, pensé que me iba a secuestrar.

—Enserio? Pensé que iba ser algo más emotivo, más lindo, casi como una escena de una película.

—Puede ser un musical, estaba cantándole al perrito y me quiso secuestrar.

Karen comenzaba a reirse a grandes carcajas.

—¿Joan te parece lindo Estefi?

—¿Por que esa pregunta?.

—Quiero saber si él te gusta, y bien, respóndeme.

—Si, es lindo, pero no se a que viene eso.

Lo dice forzando su mente, se sentía incómoda de hablar de ese tema con alguien, aún que no lo comprendía debidamente.

—¿Bien un punto, piensas mucho en él?.

—Si. Creo, nunca se me dio por contar, ¿Debo hacerlo?

—No. ¿Lo extrañas muchas veces?.

—Si.

—¿Te preocupas por él?.

—Si.

—¿Te molesta verla con otras chicas?.

—Me molestaba que estuviera contigo, así que si.

—¿Quieres abrazarlo cuando lo tienes cerca?.

—Ya basta, me canse de decir si. Juguemos a otra cosa.

—No. Creo que es suficiente preguntas, tengo mi conclusión.

—Enserio? ¿Cual es mi resultado en el test?.

—Estefania, él te gusta.

—¡¿Que?! ¿M-m-me gusta? ¿Cuánto puntos hice?.

—No cambies de tema, es raro decirlo con palabras porque nunca llegaste a sentir nada por nadie, es tu primera vez.

Ella queda con esa idea en su cabeza rondando, no sabía si estaba confundiendo las cosas, talvez esa forma de gustar era confundida por su admiración y aprecio que le tenía por ser el primer amigo que tuvo y el primero quien la ayudó, se sentía confundida, llena de emociones incomprendidas, su imaginación era libre de hacer lo que quisiera, este era el principio de todo, aunque aún no había aceptado lo que sentía, había sido aconsejada y dio un paso enorme empujada por su corazón, ella no quería confundir las cosas y perderlo solo por un puñado de emociones.

Alex M. Martínez.