Capítulo 18: Empezar Desde El Inicio

--Desde el punto de vista de Riochiro—

1 día después de terminar el entrenamiento

Todo estaba en silencio, no había nadie alrededor para hablar y mientras tanto yo no había podido evitar ensimismarme con unos pensamientos tan negativos como lo son los recuerdos de mi hermana, ya había pasado unas semanas desde que me notificaron de su partida, pero yo seguía sin superar su abandono.

No podía evitar pensar en algún tipo de razón para darle sentido a todo que me había pasado en estos últimos años, parecía tan irreal, pero de un momento a otro pensé que esta era mi nueva realidad y yo tenía que aceptarla por el bien de mi familia, bueno, lo que quedaba de mi familia.

Pero ahora sin ella, sin mi hermana, sin esa jodida bastarda llorica… ¿Cuál era el sentido de mi sufrimiento? ¿Por qué pase por un entrenamiento tan infernal?

¡¿Para protegerme a mí mismo?! ¡No me jodan!

Me arrebataron a mi madre por la fuerza, me apalizaron y golpearon, me secuestró una de las 13 grandes familias y me separo de mi único anclaje de cordura mientras me tenían encerrado dentro de un laberinto, como si fuera un tipo de monstruo y tampoco se me ha olvidado que antes de todo eso me hicieron pasar por un tipo de silla eléctrica hasta que perdí la conciencia.

¡Hurra por mí! El estúpido malnacido que se tragó todo este cuento de "Hacerse más fuerte para proteger a tu familia".

¿Y ahora que gane yo?

Conocimientos, destreza con un tipo de esgrima raro y un nuevo trabajo como sirviente de mis captores. Vamos, apláudanme, merezco un premio por ser el gilipollas del año. 

¿No crees oso de peluche el cual Rikka me compro como regalo?

¿En qué estoy pensando? Es estúpido, incluso más estúpido que un callado el cual se quiere hacer pasar por una especie de paria.

Bueno, se preguntará que cual es la conclusión de esta prolongada reflexión.

Pues es simple, solo se puede llegar a una conclusión: Mi queridísima hermana es una gata malagradecida y claramente tengo que servirle a los Kisaragi si no quiero quedarme en la mismísima calle. 

Lo cual tiene algunas ventajas, por cierto, no he mencionado nada al respecto de mi nueva habitación, la cual se me dio por ser sirviente de una de las 13 grandes familias, es muy cómoda y lujosa sin duda.

Por cierto, durante todo este tiempo que he estado reflexionando he estado acurrucado en la cama en posición fetal cubierto con una colcha la cual me tapa todo el cuerpo, de pies a cabeza.

Fuera de la cómoda cama que recubre casi ¼ de la habitación, están dos mesas de noche con 2 gavetas para guardar cualquier cosa que se me ocurra, supongo que la mayoría de espacio lo consumiré en poner notas o cosas de utilería como tijeras o agujas de coser.

Me convendría también poner una lampara de noche, "Luz a la mano es como un hermano" eso dicen.

...

A mierda, acabo de recordar a mi hermana de nuevo, maldita sea. Ojalá pudiera arrancarme el cerebro y preguntarle "¿En que coño estas pensando?" pero creo que moriría en el proceso... creo.

Fijando la vista en el frente esta la puerta de la habitación, al lado de esta esta el armario, no pienso que ustedes necesiten explicación de lo que voy a hacer con el armario, tampoco es que sea un misterio, y al lado del armario en la pared del costado esta una ventana, con vistas al jardín, no creo que sean muy relevantes, debido a que el gigantesco laberinto tapa casi toda la vista que puede haber desde mi habitación.

—Rioooooooooooooooooooooooooooooooochiro.

Mis oídos sienten una voz a la lejanía que al llegar a mis tímpanos estos transmiten una seria sensación de alerta a mi cerebro, el causante del eco se venía acercando cada vez más y más, hasta que por fin pude tener una vista de la criatura cuando esta hizo que la puerta de mi habitación azotara el armario agresivamente y una vez que tuve en visualización al peligroso animal llamado Rikka, sentí mi sangre correr por mis venas más rápido de lo normal.

-Suplex Matasanos en distintas posiciones, sección de ataque, levanta piedras.

Rápidamente me quité la arrugada colcha y di un brinquito con mis nalgas para hacer acto de mi presencia.

—Espera Rikka no lo ha- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!!!!!

Ya era muy tarde como para detener este homicidio, Rikka me había tocado por el costado y empezó a transmitir el amperaje de su cuerpo hacia el mío a través de este simple contacto de piel y después de un momento dejo de electrocutarme y simplemente deje caer mi inmóvil torso en la suave y reconfortante cama, mientras mi cuerpo emanaba cierto humo causado por mis chamuscados vellos los cuales estaban en el antebrazo en mi pecho y en otras zonas que no merece la pena mencionar a los niños.

—Conque todavía no te vas a levantar -dijo mientras extendía su mano lentamente hacia mi piel-

—¡Espera, Espera! -Me levante del tirón de mi cama- Tu ganas ¿ves? Ya estoy de pie, no volveré a tocar la cama… ¡En lo que queda de día!

—Esto es un castigo por incumplir tu deber, se supone que los mayordomos deben levantarse primero que sus amos y despertarlos a ellos, así que cada vez que yo me despierte primero que tu… Te haré sentir lo que es la 2.20v por todo tu cuerpo ¿Entendido?

—Entendido, alto y claro Madam.

—Pero por el momento… -Miro hacia la cama mientras sus mejillas se sonrojaban y el tono de su voz se volvía cada vez mas chirriante y débil- Que tal si te sientas un momento en el costado de la cama.

—¿Eh? ¿Por qué o para qué?

—Solo hazme caso si no quieres que te electrocute de nuevo.

—Pero Mi Lady, déjeme, aunque sea vestirme apropiadamente, estoy en paños menores ahora mismo.

Verdaderamente es un infortunio que una chica tan agresiva como ella te pille recién levantado, sobre todas las cosas hay algo que me da vergüenza, mi amigo de abajo, mejor conocido como "Bruno", bueno simplemente esta como alzando una bandera, suerte que me he puesto las manos delante de el y he podido ocultar mi vergüenza, pero creo que lo idílico para esta situación seria vestirme, aunque sea con otra pieza de ropa que pueda cubrir al motivado Bruno.

Rikka me miro atentamente de arriba a abajo mientras entrecerraba los ojos para fijarse atentamente en mi cuerpo casi desnudo. Simplemente sin palabras.

—Creo que así estas bien, de todas formas, mírame -Alzó los brazos por sus costados para que me fijara en su ropa- yo también estoy en pijamas y a mí no me está dando vergüenza en lo absoluto.

"Habla la que no está desnuda".

 Lo que Rikka llevaba puesto era una especie de pijama que se componía mayormente de una especie de suéter de mangas largas el cual le cubría todos los brazos, pero a la misma vez le dejaba expuesto todo el cuello, desde la manzana de adán hasta sus clavículas, haciendo que casi casi, sus pechos fueran visibles.

—Tengo 3 argumentos convincentes explicando las razones de porque me debes dejar vestirme.

—A ver, explícame cada uno de ellos.

Tragué saliva mientras pensaba rápidamente en alguna escusa que la convenciera y resulto en que "Hey, ¿adivinen quien tiene nuevo trabajo? Aprovechémoslo al máximo"

—Primeramente, me tardare en servirle a usted ya que no estoy en uniforme.

—Ya llevo dos horas despierta y tu estabas roncando como un oso así que ya vas tarde.

"Uy"

—Segundo, según el contrato, yo, mayordomo personal de la señorita Kisaragi, debería estar vestido apropiadamente frente a mi ama para así darle mis servicios.

—Creo que mientras yo permita que estés así, no creo que haya problemas con tu trabajo.

"Uy"

Me quede un momento en silencio para pensar en mi 3era escusa, mientras tanto Rikka me miraba con indiferencia.

—¿Y bien? La tercera.

A la mierda, si lo pensaba tan detenidamente ella se daría cuenta de mis intenciones, así que aposté todo a mi ultima carta, mi movimiento definitivo, tan enrevesado que ni siquiera el hombre mas inteligente de la familia podría darme una respuesta tan concreta como para refutármelo, este era un movimiento de la labia que podía matar hasta los mismísimos dioses del olimpo, a esto le llamo…

—¿Por favor…?

"Suplicar"

No se si esto estaba de mas decirlo, pero la joven ama me miro con una cara indiscutidamente de sorpresa y confusión, pero, ¿Qué puedo decir? No se me ocurrió nada más, ni siquiera me quedaba de otra.

—Bueno…-menciono aun mirándome despechadamente- Como las dos primeras justificaciones se pueden aceptar creo que al menos te pediré que te pongas unos pantalones.

"¡LO CONSEGUI!"

Rápidamente tome rumbo hacia el armario, camine lo más rápido que pude y abrí las puertas de par en par, saque de un tirón los pantalones de tela fina que venían incorporados a mi uniforme de mayordomos como la parte baja y salte dentro de ellos como si yo hubiese sido una pelota y mis pantalones el aro, luego de todo este proceso me abroche los botones y me puse el cinto de cuero para luego reincorporarme a mi anterior posición frente a la joven señorita.

—Bien ¿Qué me habías pedido antes de nuestra pequeña riña, Ojou-sama? -dije mientras me inclinaba levemente hacia delante.

—Siéntate en el borde de la cama. -Esta vez no encontré nerviosismo o tartamudeo en su tono, su petición fue recta e imponente, actuó como una verdadera chica de clase alta, aunque su vestimenta arruinaba mucho la imagen, creo que la verdadera intensidad se escondía en el aura que desprendía. –

-Bueno, si me permite.

Hice justamente lo que ella me pidió, aun sin saber a qué venía la petición, simplemente me limite a escuchar so orden y a ejecutarla sin pensarlo.

—Bien, entonces comencemos.

Se acerco a mi y alzo sus brazos por encima de mi cabeza y los bajo, apoyo sus manos en mis trapecios y con la punta de sus dedos tocaba mi espalda, luego se sentó frente a mí, en mi regazo, mi cara y su cara estaban tan cerca que incluso las puntas de nuestras narices se tocaban, como último detalle, envolvió sus piernas en mi cintura, como si quisiera aferrarse de mí y no soltarme.

—Señorita Rikka ¿A qué viene esto?

Rápidamente puso su dedo índice delicadamente sobre mis labios mientras me mandaba a callar.

—Silencio Riochiro- agarro mi cara con sus dos manos, haciéndome centrar mi mirada en ella- Esto lo que voy a hacer es… Una renovación de contrato.

"Una renovación de contrato" pensé

Hace unas semanas.

Mientras estaba entrenando en el laberinto, Rikka vino a verme después de ausentarse durante unos meses. Su visita me hizo cuanto menos feliz.

El verdadero problema fue cuando ella me habló sobre la partida de mi hermana. Claramente, la noticia me dejó en shock, casi sentí como si mi mundo se hubiera derrumbado. Tanto asi, que mis ganas de luchar se fueron al isntante.

En ese momento, me daba lo mismo si me quedaba dentro del laberinto por toda mi vida. Ya no tenía razones para seguir haciéndome fuerte, ni siquiera seguir el camino que había elegido, mi razón de ser se había ido.

Por suerte, Rikka estaba ahí para consolarme, a pesar de mi rudeza hacia ella, no se alejó de mi. Me abrazó y me transmitió su calidez mediante sus palabras y sus suaves gestos.

Me sentí reconfortado por ella, así que también extendí mi brazos y la envolví.

Su olor, el calor de su cuerpo, la manera en que me abrazaba, me recordó inevitablemente a mi madre. Por un momento me sentí renovado después de tanto sufrimiento.

Una vez salí de mi niebla mental, tenia algo en claro. Debía dirigirme a The Third, pero para ello me esperaba un largo camino.

Mi objetivo era simple: Salir de la mansión, matricularme en una escuela y despues aplicar para ir a The Third ¿Pero como hacia eso?

A pesar de todo, una vez que saliera de aquí nadie me iba a ayudar, iba a estar abandonado a mi suerte, al menos tenía un lugar al cual regresar. La casa donde solía vivir.

No obsatante a eso, Rikka me pidió que me quedase con ella. Su mirada se mezclaba en tristeza y preocupación. Claro, al principio pensé en que esto intervendría con el resto de mi plan.

Pero la idea de quedarme con ella, no parecía tan mala Al fin y al cabo, ella era como mi segunda familia, una de las pocas personas que me había acompañado todos estos años de mis aislamiento.

No solo eso. También estaba la posibilidad de poder quedarme aquí con ellos y esperar el regreso de mi hermana, si es que algún día ella se dignaba a regresar.

No obstante, para poder quedarme con los Kisaragi, necesitaba ser un miembro de su familia, Rikka me contó que había una manera de hacer esto posible y entonces, pegó sus labios a los mios y los empezó a mover suavemente.

Confundido, le pregunté a Rikka sobre el significado de tal acción. Avergonzada simplemente me electrocuto, por alguna razón y después me explico sobre el significado de tal acción.

Era un contrato. Así es como contrataban los Kisaragi a los miembros de su personal. Entonces, desde eso momento, me volví mayordomo personal de Kisaragi Rikka.

Entonces le pregunte una duda que me surgió en ese momento.

¿El viejo Ryuugamine había contratado al señor Kawashima de la misma manera?

No me podía imaginar a los dos viejos bigotónes haciendo tal acción entre ellos.

Nerviosa, Rikka me contestó que así era como "contrataban" las mujeres y que solo ellas lo podías hacer así. Los hombres de la familia lo hacían de la manera mas convencional.

Entonces también me explicó que el contrato había que renovarlo cada "cierto tiempo". Ella acudiría a mi cuando eso fuese necesario.

Regresando al presente.

De una forma muy veloz pego sus labios a los míos y empezó a acariciarlos suavemente, mientras sus dedos se desplazaban suavemente por mi espalda y su cuerpo se presionaba contra el mío por algunos instantes.

Mis ojos se volvieron locos y sentí como se me calentaban las mejillas casi como si tuviera una antorcha pegada en la cara, mi corazón se disparó y por ende me quede tieso, más bien todo mi cuerpo se quedó tieso y me sentía tan raro, como si yo no tuviese el control de mi propio cuerpo.

Pero por si no fuera poco esa descarga emocional tan repentina, sentí como si algo acariciara suavemente el interior de mi boca, era una caricia tan inusual y a la vez tan relajante, que mi cabeza entera se quedaba en blanco de a por momentos.

Esa parte tan divina que se envolvía en mi era… era su lengua.

Rápidamente la tomé por los hombros y la aparte de mí, quizás fue ilusión mía, pero cuando la toqué sentí como sus hombros se tensaban, levemente.

—¡¿Qué diablos Ri…?!

Pero cuando vi su cara, esta era otra cosa aparte. No sabría cómo describirla, me resultaba rara si me lo preguntaba en ese momento, pero si tuviera que describirla con algo mas especifico, su rostro era un destrozo.

Sus ojos, se posaban sobre mi, más brillantes que nunca. Dos hermosos zafiros que me miraban un tanto agitados, pero se notaba en el fondo algo de deseo en ellos, sus mejillas estaban tan rojas como las mías, mientras que de su boca salía un hilo de saliva que brillaba con la luz de la mañana que entraba en mi cuarto, ella no apartaba su vista de mis labios mientras respiraba agitadamente.

Trate de calmarme y volver a pensar en claro, poner mis pies sobre la tierra, no entendía porque me sentía así, ni siquiera comprendía la reacción de Rikka, se suponía que esto era el inicio de un contrato, algo frívolo, un trabajo que le dio una señorita a un desamparado como yo. Pero si te fijas en nuestras reacciones, esto parece de todo menos profesional.

—Creo que con esto ya estaría "renovado" el contrato.

Ella solo se quedó mirando mientras jadeaba, la sostuve firmemente de los hombros nuevamente y la sacudí un poco para ver si reaccionaba, pero esto solo tuvo el efecto contrario de lo deseado.

Rikka se abalanzo nuevamente encima de mí y me tumbo en la cama, una vez ella estuvo encima de mí, me vi superado simplemente por nuestra posición en general, pues me agarro de los brazos y me los presiono contra la cama, acerco su cara a mi pecho y la apoyo allí, mientras me acariciaba con la mejilla.

—¿Qué te pasa Rikka?

—¿Te sientes bien? -Mencionó mientras bajaba su tono de voz, por alguna razón la situación empezó a sentirse más personal-

—No sabría decirte si se siente bien o no, más bien me siento raro.

La conversación en este punto tomo una pausa, un momento de silencio impregno la habitación y solo se escuchaba el canto mañanero de las aves, hasta que Rikka dio un gran suspiro.

—Sabes Riochiro, eso que te hice hace unos momentos se llama "beso".

—¿Beso? ¿Eso no se daba en la cara?

O sea, mi hermana me los daba en la cara, ni idea de lo que estaba hablando ella.

—Si, pero ese que te acabo de dar yo se hace entre personas que tienen una relación más… intima.

—Bueno, hemos sido alumno y maestro, amigo y amiga y ahora somos amo y sirviente. En mi parecer, no nos falta intimidad.

Dio un pequeño brinco para despegarse de mi pecho y puso su rostro encima del mío, me miro fijamente y solo con ver su rostro me transmitía una sensación de serenidad.

—Creo que a veces lo haces a propósito ¿sabes?

—Ni idea de lo que estás hablando.

—¿Cómo puedes ser tan tonto?

—Durante mi entrenamiento dijiste que era inteligente, es demasiado contradictorio decirme "Tonto" ahora.

Nuevamente dio un suspiro muy profundo mientras cerraba los ojos.

—Bueno…-dijo mientras pasaba su mirada por encima de mi cuerpo- Tener a alguien, así como tú en esta situación y no hacer nada sería un crimen.

—¿A qué te refieres?

—Esa cara tan calmada que pones incluso en una situación como esta, ese cuerpo, cada vez que lo veo me siento ardiente por dentro, esa actitud tan obediente y sumisa- acerco su boca hacia mi oído, pude sentir su respiración agitándose cada vez más- Me dan ganas de acerté algo malo.

En ese momento sentí como si fuese a ser atacado por un animal salvaje. Sentía una especie de hambre en el comportamiento de Rikka, quería acapárame por completo, sentía que debía parar esto aquí, pero mi movilidad, estaba limitada a mi torso, puesto que Rikka me tenía presionado contra la cama y a pesar de su aspecto, ella es super fuerte.

Trataba de agitarme para ver si podía zafarme de sus garras, pero era inútil, ella ya me tenía acorralado, acercando su cara a la mía poco a poco, ella era una araña y yo había sido la pobre mosca que había caído en sus redes.

Pero de repente se abrió la puerta y al sentir el portazo Rikka dejo de emprender la acción que estaba realizando para ver quién era el visitante que había interrumpido su comida y este no era cualquier persona, sino su hermana Anna, que yacía en la puerta boquiabierta.

—¡¿Uh?!- Dijo sorprendida mientras su expresión cambiaba drásticamente a una de desesperación. –

Su hermana trataba de decir algo, pero al parecer le faltaba el aire, por lo que de su boca no salió nada más que un rotundo y ahogado "Aaaaaaaaaaaaaaah".

Así pasaron como 10 segundos mirándose entre ellas, yo me sentía como si hubiese sido responsable de de algo, pero no sabía de qué, solo era una extraña sensación de culpa, pero así y todo las miraba asombrado a las dos.

—¡Papa, ya la encontré! -Exclamo Anna- ¡SE ESTA TRATANDO DE CLAVAR AL NUEVO MAYORDOMO!

—¡¿COMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO?! -Se sintió un grito tan potente, que sonó como si fuese un rugido-

—¡ESPERATE ANNA-NEE, NO ES LO QUE CREES!

—¿A qué se refiere con "clavarse"?

—¡RIOCHIRO ERES IMBECIL!

Después de ese incidente se convocó a los Kisaragi a una reunión familiar en el gran salón de la mansión, el punto de reunión era parecido a una sala de conferencias de una empresa chiquita, cuatro sofás rodeando una mesita de café bastante amplia, 2 metros o más.

Rikka se sentó junto a la hermana y yo me posicione detrás de ellas, de pie, ya que los sirvientes no se les permitía sentarse durante las reuniones familiares, delante de nosotros estaba el señor Rikudo, el padre de Rikka, el cual miraba fijamente a su hija menor, con el ceño ligeramente fruncido.

—Y bien jovencita ¿Algo que quieras decirnos? - pregunto con un tono claramente aplastante-

Rikka se quedó callada, sus hombros temblaban, se veía horrorizada, como si hubiera sido atormentada por solo unas cuantas palabras del señor Kisaragi.

No sabía siquiera la razón de porque este evento estaba ocurriendo, pero la sensación de culpa que había sentido anteriormente todavía seguía en mi conciencia.

"Por ende…"

—Disculpe amo Rikudo- Esto lo mencione con el tono más respetuoso y suave que pude hacer- Creo que parte de la culpa la tengo yo.

El señor Kisaragi me miro con los mismos ojos que a Rikka, pero tuve la impresión de que parte de su expresión se suavizo levemente al dirigirse a mí.

—Ah, el chico Takanashi, parece que mi hija te enseño correctamente a ser educado y a tener etiqueta, pero la verdad es que no tienes ni siquiera el 1% de la culpa de este acto.

Incliné levemente la cabeza y puse la palma de mi mano en mi pecho con el dedo índice y corazón apretando un poco cerca de mi corbata. Cada vez que un mayordomo hace esto es signo de negación o duda hacia la afirmación o ideas de las personas a quien sirve.

—¿Es así?

—Sin duda, chico.

—Déjame contarte algo, mayordomo plateado- Dijo Anna para dirigirse hacia mi-

Anna Brawntorn Kisaragi, la hermana mayor de Rikka, una mujer de 26 años ya casada, su esposo es Jenmes Jr. Brawntorn, y si mis fuentes de conocimiento no se equivocan, cada vez que alguien de occidente se casa, la mujer debe llevar el primer apellido del hombre, por eso el "Brawntorn" en su nombre.

Una mujer hermosa sin duda, creo que cuando Rikka tenga su edad va a ser así de preciosa. Pelo largo con puntas enroladas el cual le llega hasta un poco más debajo de la cintura, su cuerpo tiene estilo, más bien, es como el de una modelo y sus ojos son iguales a los de Rikka, grandes zafiros, tan brillantes y preciosos adornados con unas pestañas largas y unas cejas finas y largas.

—¿Qué desea decirme, Mi lady?

—Es algo sobre tu madre y es algo muy malo.

"Mierda."

Normalmente estaría ansioso por escuchar información sobre mi madre, pero cada vez que alguien menciona su nombre, es para darme malas noticias. Me siento temeroso, no quiero escucharlo, pero si así puedo saber quién era mi familia y todo ese misticismo que detrás de mi propia sangre se esconde, escuchar las malas nuevas solo es un pequeño precio a pagar.

A decir verdad, normalmente perdería la compostura en una situación así, pero estoy delante de personas y unas muy importantes, no creo que sea sensato mostrarme débil y mucho menos delante de Rikka, se vería fatal que un mayordomo sea más débil de mente que su amo.

—Estoy ansioso por escuchar, mi lady

"Aun así, debo continuar, tengo que saber quién era mi madre, así poder tener pistas sobre su pasado."

—¿Es verdad que a ti y a tu hermana no se les permitía dejar la casa hasta que cumplieran los 9 años?

—Si, eso es correcto.

—Me lo suponía-Dijo Anna mientras se rascaba suavemente su mentón-

Sorprendido mire a Anna. Es como si yo hubiese dicho algo raro, como si algo fuera inusual. Mi madre un día me dijo que normalmente los niños no se les dejaba salir de la puerta de la casa para afuera hasta que tuvieran edad para cuidarse ellos solos, también me menciono que este límite era hasta que cumpliera los 9 años.

—Ahora que lo mencionas, parece raro. -menciono Rikka- A mí no se me permitía salir de la mansión debido a mi entrenamiento, pero Riochiro nunca tuvo entrenamiento alguno.

—Claramente hermana mía, pero lo más raro aquí no es eso, sino más bien, el porqué de eso.

—No las entiendo a ninguna de las dos.

—Normalmente los padres sacan a jugar a los niños para que estos conozcan a otros y hagan amigos y eso que normalmente esto pasa cuanto estos tienen 4 años. Pero a ti ni a tu hermana los dejaban salir hasta que cumplierais 9 años.

—Si, mi madre dijo que no podríamos salir hasta que cumplieras esa edad para que fuéramos lo suficientemente fuertes como para cuidarnos nosotros mismo.

—Pero eso no tiene sentido-Dijo Rikka-

—Riochiro-kun ¿Recuerdas a tu madre actuando raro alguna vez?

—¿Raro? ¿A qué te refieres con "raro"?

—Por ejemplo, mirando mucho por las ventanas, despierta en medio de la noche o recibiendo muchas llamadas de alguna persona.

Mis ojos se abrieron de par en par, sorprendido, recordé varias ocasiones en que mi madre fue llamada muy seguido, ella decía que era un tal Dr. Takeda, también recordé que un día me levante para ir al baño y ella estaba en la cocina, nuevamente recibiendo una llamada de Dr. Takeda, pero era muy tarde como las 3 de la mañana. Y entonces recordé dos ocasiones en que la vi mirando seguidamente las ventanas de la casa. Cuando se fue mi padre y cuando murió mi padre.

Sin mucha escusa que darle asentí suavemente a la pregunta que me había hecho Anna, ni siquiera se me podría ocurrir decirle algo falso, estaba tratando de ayudarme con lo de mi madre, pero aun no tengo la certeza de que la familia Kisaragi en realidad es mi aliada.

Pero se que puedo confiar en Rikka, Rikudo y Anna como confiaría en el viejo Ryugamine.

—Entonces tu madre os tenia a ti y a tu hermana encerrados en la casa, quizás la razón era por vuestra propia protección o por algo más, lo que tienes que saber- fijo su vista en mis ojos- es que tu no eres alguien normal y que tampoco vas a estar a salvo, aunque estés bajo nuestra protección.

Tomo una pausa para tomar un poco de té que le había servido antes que esta charla comenzara. Trago suavemente y luego prosiguió.

—Al menos puedes tener el alivio de que tu hermana si está totalmente segura en The Third, lastimosamente no te podemos mandar con ella hasta que comiences la escuela, puesto que no tienes antecedentes escolares.

—Bien, eso es todo lo que hay que decir de Riochiro-dijo Rikudo- Ahora en lo que estábamos.

Rikka trago saliva y se puso nuevamente en estado de defensa, el amo Rikudo la miraba con severidad nuevamente, me miro como si estuviese diciendo por dentro "ayúdame", al contrario de su petición simplemente le levante el pulgar y con una sonrisa refrescante en mi cara interiormente le desee buena suerte.

Como respuesta sus ojos se pusieron llorosos e hizo un puchero de descontento absoluto. Pero de todas formas no la ayude, no estaba de humor para eso, simplemente le di la espalda y me dirigí a hacer cualquier cosa que parezca una tarea, limpiar la casa, fregar y lavar la ropa de la señorita Rikka. Nadie me dijo nada cuando me fui, todos comprendían que mi reacción era natural.

Me dirigí al ala oeste de la mansión, agarre una escoba y entre en el cuarto de Rikka, me quede mirando al suelo un momento, con la mente en blanco y luego, cuando mis pensamientos se empezaron a mover, también se empezó a mover la escoba.

Mi cabeza era un embrollo.

¿Por qué mi madre nunca me conto nada? ¿Por qué fue raptada? ¿Quién era el Dr. Takeda? ¿Todo esto está relacionado con la muerte de mi padre? O quizás…

No encontraba forma de enlazarlo todo, tengo poca información y pocos contactos de los que me pueda apoyar. Simplemente es dejarlo ir y pensarlo en otro momento más especifico, de lo contrario hoy no podré dormir bien.