Capítulo 19: Reflexión

Ya se hacía de noche y el personal de la mansión dejo de trabajar en la limpieza de la casa y simplemente se centró en la cocina, la mayoría de personal en esta eran criadas y los mayordomos personales, que proporcionalmente al personal de la cocina la mayoría eran criados, empezaron a servir a sus respectivos miembros de la familia. (Un dato curioso: En la mansión hay más personal femenino que masculino, quizás sea por un gusto o fetiche de alguno de los 2 cabecillas, pero eso ya no es asunto mío)

Yo me encontraba en la habitación de Rikka y ella estaba leyendo la Odisea de Omero y esta tarde justamente después de la merienda de las 4 ella se había terminado de leer la Ilíada. Estos 2 libros eran el castigo que le había impuesto el señor Kisaragi, o sea, aprenderse estos dos libros de memoria, de lo contrario Kisaragi Rikka no va a poder salir de su cuarto.

Lo bueno es que su hija es un prodigio y seguramente todo lo que lee se lo guarda en la mente como si esta fuera una especie de servidor personal.

—Creo que lo dejare aquí por ahora-Lanzo en libro a su cama luego de decir eso- Riochiro.

—Dígame usted, Rikka Ojou-sama.

—Prepárame té de tila, estoy un poco cansada y me vendría bien relajarme.

“Oh, por fin una orden que no suena tan rara, como mayordomo, me resulta hasta satisfactorio.”

—Enseguida voy, señorita Rikka.

—Ah y otra cosa más…

—Si, dígame lo que desea.

—Cuando estemos solos deja de ser tan formal conmigo, se me hace raro, además, extraño cuando hablábamos de nuestras cosas como simples amigos.

Le mire a los ojos, iba en serio, la forma en que me miraba quizás se podría expresar como triste, pero puede decir que mirando a sus ojos, esas palabras eran tan importantes al igual de intimas que nuestra relación. Era de esas cosas en que si los 2 estábamos de acuerdo así se definiría nuestra relación de ahora en adelante.

—Está bien, Rikka, déjame traerte el té y luego si quieres nos ponemos a hablar-le sonreí para que se diera cuenta de que mi forma de actuar era la misma de siempre y no mi faceta de sirviente. –

—Me encantaría hablar, pero necesito madrugar para terminar de leerme este libro. Aunque, quizás mañana tenga algo que hablar contigo.

—Está bien, entonces mañana hablaremos.

Salí de su cuarto y cerré la puerta en silencio para que nadie que estuviera durmiendo en los cuartos de al lado se alarmase.

Continué caminando por los, ahora oscuros pasillos de la mansión, la luz de la luna se filtraba por las ventanas, haciendo que algunas zonas del pasillo se vieran alumbradas tenuemente por una estela de luz plateada.

Mi habitación se encuentra en el corredor de al fondo del segundo y ultimo piso de la mansión, por lo que a veces es complicado llegar a ese lugar como tal, los pasillos laterales de la mansión son largos y hasta parecen kilométricos.

No obstante, disfruto del silencio que brindan estos pasillos por la noche y en lo que camino a mi habitación, me gusta reflexionar de vez en cuando y de cuando en vez, también me gustaría pensar detenidamente en lo que hizo Rikka esta mañana.

O sea, me dijo que mientras estoy semidesnudo quería hacerme algo “malo”, aunque no entiendo del todo la frase, creo que piensa que tengo mal cuerpo, pero eso es mentira, también me dijo que se sentía “tentada” por el.

Creo que leí la descripción de esa palabra en el diccionario, también la Biblia menciona que Eva fue “tentada” a morder la manzana del árbol, cuando eso pasó sus deseos estaban a rebosar.

¿Acaso Rikka también desea comerme? ¡¿Acaso es caníbal?! ¡¡¿¿Me ve como su comida??!! Mientras mas voy pensando en esto mas confuso se va volviendo todo esto, no entiendo nada de nada.

Bueno, en lo que pensaba todo esto he llegado a la puerta de mi habitación, lo mas optimo sera descansar hasta el otro día, creo que debería consultarlo con Rikka por si las moscas, después de todo, ella se entiende mejor que a nadie mas.

Al otro día

-¡¡¿¿QUEEEEE??!!

-Calmate Rikka, solo quería saber que es lo que piensas de mi.

-¡¿Pero tu estas consciente de lo que estas preguntando?!

-Solo te pregunte el porque dices quererme tanto.

-Nononononono. ¡Tu no lo preguntaste así! Me dijiste: “¿Por que me deseas tanto?” ¡Tu, idiota! ¡¿Acaso estas intentando seducirme aun sabiendo lo que pasó ayer?!

-Primeramente, ni siquiera se a lo que te refieres, segundo, según el señor Rikudo, lo que pasó ayer fue explícitamente tu culpa.

De repente, sentí un aura un tanto amenazante viniendo de la propia Rikka, algo así como una mirada con sed de sangre

-¿Osas desafiar a tu maestra?

-Espera Rikka... Era solo una aclaración. No quería-

-¡Ataque Loliiii!

-¡¡¡¡NOOOOOoooOOO!!!

Rikka se abalanzó contra mi con su cuerpo ya electrocutado y me sujeto fuertemente con los dos brazos mientras yo caía al suelo con ella encima de mi, una vez en el piso, empezó a electrocutarme.

-¡#32E-E-Espera”#”#!!!

-¿Que? ¿Ya vas a suplicar por piedad?

-$%&/(YoOO-o Solo Q%&uiero E-e-ENTenderTe

De repente, Rikka dejó de electrocutarme y me soltó, poniéndose encima de mi, mientras me miraba fijamente a los ojos.

-Repite eso, Riochiro.

-Solo quiero entenderte.

-Mmmm... ¿Y a que te refieres con eso, mi querido mayordomo?

-Quiero aclarar las cosas entre los dos, quiero sabes porque estas rara últimamente.

-¿Como que “rara”?

-Es la única palabra que puedo describir, ayer por la mañana, ya sabes “lo que pasó” nunca te vi comportarte así durante nuestro entrenamiento...

-Riochiro, hay cosas que debes de entender por ti mismo antes de que pueda explicártelas yo misma, eso que me estas preguntando es una de ellas.

-Rikka, he estudiado años, lo sabes muy bien, tu me enseñaste a leer y a escribir, tu me enseñaste a calcular, me enseñaste psicología, pero ni aún sabiendo todo lo que sé te puedo entender.

-Es verdad, solo haz leído libros educacionales y de estudios, tesis y demás ¿Pero alguna vez haz leído Romeo y Julieta, Riochiro?

-Recuerda que no he tenido mucho tiempo de leer novelas ni nada parecido, apenas son 2 días desde que salí de ese laberinto.

-Es verdad, pero tranquilo, pronto la solución a todo eso estará en nuestras manos.

-¿Solución?

-Es una sorpresa.

-Vamos! Cuéntamela, sabes lo susceptible que soy ante eso.

-Lastimosamente tendrás que esperar. Anda ve y hazme un té.

-Tch. ¿Que té desea, Señorita Rikka?-Dije de una manera brusca y sin deseo.-

-Mmmm, es temprano en la mañana, asi que hazme un Early Gray.

-Como deseé.

-Y deja ese tono tan desganado conmigo, se me olvida mencionar que te olvidaste traerme mi té de tila ayer.

-Perdóneme “Señorita Rikka”.

-No me gustó como enfatizaste eso ultimo ¿Acaso quieres otra descarga de corriente?

-¡No! ¡No! ¡No! ¡Tranquila! ¡Enseguida te traigo el té, Rikka!

-Tienes 20 minutos.

-¡Ahora voy!

Rápidamente salí de la habitación de Rikka, y corrí por todo el pasillo hasta llegar a las escaleras, las cuales descendían hasta el lobby de la mansión, donde hay muebles lujosos de color rojo, los cuales hacen juego con la alfombra, mientras que las mesitas para cafe eran de una manera oscura y exquisitamente barnizada.

Bajé rápidamente por las escaleras y corrí hacia los dentro de los pasillos, abrí una de las puertas de la derecha, cualquiera estaba bien, todas las puertas del corredor izquierdo del primer piso de la habitación llevaban hacia la cocina.

Abrí la puerta de la cocina jadeando y me encontré con la sorpresa de que ahí ya estaba el cocinero, afilando sus cuchillos, con su gorro de chef y su delantal blanco ya puestos.

Era un hombre fornido, como una cabeza mas alto que yo, un poco gordo y parecía tener entre 50 y 60 años, tenia un gran bigote de cachete a cachete y su nariz estaba completamente roja, como la de un marinero.

-Oh, usted es el mayordomo de la señorita Rikka, hasta que por fin nos vemos.

-Buenos días, yo soy...-

-Takanashi Riochiro, creo que en esta mansión no necesitas presentación.

.¿Y eso por qué?

-El señor Ryugamine, cuando estaba en vida, venia todos los días a prepararte el desayuno, de manera religiosa, y siempre nos hablaba de ti y de tu padre, mientras nos contaba todo eso, nos preparaba café al personal de la mansión y con el tiempo todos fueron conociéndote.

-¿El Señor Ryugamine?

-Si, era muy inusual viéndolo hacer cosas en la cocina debido a su apretada agenda, pero gracias a ti, todo el personal de la mansión pudo hablar con el cada mañana, incluso yo estoy muy agradecido, pude hablar muchas cosas con el, aunque fuera por una ultima vez.

-Ya veo...

-¿Estas bien hijo? Se te ve pálido...

-No es nada, a lo mejor es porque hoy me levante muy temprano y no he desayunado...

-Oh, justamente estaba preprando algo de comer para practicar, parece que estas de suerte hoy.

El cocinero sacó un sándwich de debajo de la meseta en la que estaba posicionado y lo puso delante de mí.

-Toma, es de Jamón de Res con tomate y cebollas, un platillo fuerte, para un hombre fuerte.

-Gracias...

-No hay de que hijo, por cierto mi nombre es Katsuro Uemi-Se presentó mientras sonreía de oreja a oreja-

Tome el sándwich en silencio y lo puse encima de la mesa, me senté en una de las sillas de madera que estaban al rededor de la cocina y me quede mirando en duda al sándwich, eso era porque en realidad, no tenia apetito.

Fijándome en las palabras que me dijo el cocinero Uemi, el viejo Ryugamine esta... ¿Muerto? Eso hace que muchas cosas tengas sentido y otras dejen de tenerlo. O sea ¿Por qué Rikka no me dijo nada?

A ver, es verdad que yo no pregunté por el viejo, pero eso es algo tan importante como lo de cuando mi hermana se fue, o sea, es el viejo... Maldición, a estas alturas recuerdo su cara y vagamente.

Pero a pesar de todo lo que a pasado y todo lo que estoy pasando ahora, no dejaba de deberle mucho al señor Ryugamine, y ahora, esta muerto...

Por alguna razón, yo también me siento triste al respecto.

Por eso Rikka actuó así ese día, el ultimo día del entrenamiento, estaba melancólica por que ella también había perdido a alguien. En ese caso, yo soy un idiota. Me centré en el problema de mi hermana y no la escuche atentamente.

“Dame la mitad de tu vida, yo te daré la mitad de la mía”

Esa frase era porque al igual que yo, ella vio que había perdido a alguien importante, por eso todo lo que dijo en ese entonces...

“Yo tomaré el lugar de tu hermana” “Deseo que seamos mas que una maestra o una prima.”

Al igual que yo, ella solo quería encontrar un refugio, y entonces yo solamente empecé a decir barbaridades, en vez de tratar de entenderla, todos los malos sentimientos que se me acumularon en ese momento me jugaron en contra...

Ella, solo estaba tratando de ayudarme y yo la desprecié, esta tratando de consolidar la conexión que tenia con el viejo Ryugamine conmigo, por eso forzó una conexión entre nosotros dos.

“Mayordomo y Maestra”

Porque al igual que yo, ella también perdió a alguien...

Creo que por fin comprendo las acciones de Rikka, aunque sea un poquito mas. Sea lo que halla sido, este sándwich me ayudo a esclarecerme un poquito mas, como agradecimiento, lo comeré de manera voraz.

También tengo que ir a preguntarle a Rikka sobre el viejo Ryugamine después.

Una vez que termine el sándwich le devolví el plato sucio al cocinero para que lo pusiera en el fregadero, en efecto, Uemi fregó el plato con una habilidad increíble, así que estuvo limpio en cuestión de segundos.

-Por cierto joven ¿Para que viniste aqui? Puede que se te esté olvidando algo.

En ese momento, recordé rápidamente el té que me había pedido Rikka hace 40 MINUTOS.

-¡¡¡Mierda!!!

Uemi al ver que puse el grito en el cielo se altero un poco y tras un brinco de sorpresa empezó a preguntarme gritando “¿Pero que pasa?” “¿Que pasó?”

-Estoy frito Uemi-san...

-A ver hijo, cuéntame despacio cual es tu situación y el porque parece tan desesperada.

-Mire maestro, lo que pasó fue que la señorita me pidió un Early Gray hace unos 40 minutos y me dijo que se lo llevara en 20 minutos a reloj, y ahora debe de estar en la habitación esperándome para electrocutarme.

-Aaaaaaaahhhhh, eso suele pasarle a todos los nuevos, tranquilo. Ven, te enseñaré como hacer un Early Gray de la manera mas optima y que quede rico.

-Señor...

No se porque, pero en ese momento, vi a ese viejo bigotón y probablemente de aspecto lúgubre, como un ángel celestial el cual descendía de las nubes para ayudarme como si fuese algo divino.

Pase unos 5 minutos preparándole el té a Rikka, todo gracias a los consejos de Don Uemi, el me enseñó como preparar el Early Gray de manera que conservara el frescor de las hojas y tiñera el agua de su respectivo color gris, en menos de 7 minutos ya estaba de vuelta en la habitación de Rikka, aunque esta parecía concentrada en los libros, así que simplemente, avancé en silencio por la habitación y le deje la taza de té encima de su mesa, y luego me senté en la cama, a esperar a que se tomara otro descanso de su lectura.

Otra vez comenzaba el día, el sol nuevamente se asomaba sutilmente por las ventanas de mi habitación, la luz de la madrugada me levanta al instante que atraviesa mi ventana y toca mi rostro, nuevamente otro día comienza.

Me visto, tomó mi uniforme del armario y me visto. Luego voy rápidamente al baño de mayordomos que está en el primer piso y rápidamente me cepillo los dientes antes de desvestirme y meterme en la bañera para un baño rapi-

Y ahora esto eta lleno de hombres desnudos bañándose.

A ver, les explico, el baño de mayordomos es una sala común para que todos los mayordomos puedan prepararse para asistir a sus amos, normalmente, como me levantaba a las 7 de la mañana, el baño estaba vacío, ya que era el ultimo en bañarme.

Pero como ahora tengo el horario común, todo esto ahora es un hervidero de huevos, ya que el baño esta la sala común que es donde están los cagodromos y los lavamanos y después esta la parte de bañarse, que es una gran bañera, valga la redundancia, aquí todos los mayordomos se bañan en conjunto. 

Diablos, hasta hay dos tipos en el fondo restregándose la espalda el uno al otro, que mas incomodo que eso.

Aún así, para salir rápido de esa situación, tengo que bañarme de todas formas, así que me metí en la bañera con la esponja y el jabón y empece a tallarme el cuerpo de manera rápida y eficiente.

-Ustedes todavía son jóvenes, no tendrán estos músculos de la nada, claramente.

De el fondo del baño se escuchó una voz con su asentó característico, era la voz del señor Uemi, solo por pura curiosidad drigí la mirada hacia el lugar donde provenia la voz y a pesar de estar semi nublado por el vapor, pude identificar a un gran grupo reunido.

 

Salí de la bañera y me acerque al lugar, solo para saber de lo que estaban hablando, pero mientras mas me acercaba mas barbaridades iba escuchando.

-He estado entrenando por 2 años seguidos y estos fueron los resultados de todo el esfuerzo, aún así me siento frustrado señor ¿Como es que puedo alcanzar el excelente nivel muscular de usted?

-Yo también quiero saber señor Uemi, he estado entrenando desde que tengo 15 años, pero aunque pase el tiempo no consigo aumentar nada, le tengo que confesar que he estado tentado a irme por el lado oscuro y sucumbir a la trembo...

Aunque cuando la neblina de vapor se despejo de mi visión, la sospechas se disiparon y me pesadilla se volvió realidad. Un grupo de hombres, casi desnudos con solo una toalla blanca tapándoles la cintura, posando y moviendo los músculos de formas repugnantes.

-¡Imbeciles!-Exclamó el señor Uemi- Yo fui marinero durante 34 años de mi vida, yo era un muchacho escuálido y débil, apenas podía con un ancla a pesar de ser un usuario de super fuerza.

-¿Entonces, que fue lo que lo hizo crecer así, señor?

Uemi alzó una mano con 4 dedos levantados y empezó a prorrogar

-Un buen entrenamiento que haga temblar tus músculos, una buena dieta, un buen descanso y sobre todo ¡Nunca rendirse! . Esa es la receta secreta para el crecimiento de mis musculos.

-¡¡¡Señor Uemi!!! -Gritarón todos los hombres que estaban al rededor de Uemi, al parecer el discurso fue muy esclarecedor y motivante para ellos, incluso para mi, que solo escuchaba desde el exterior-.

De repente todos hicieron una pose, como si fueran los Power Rangers y empezarón a flexear sus músculos alrededor de ellos mismos. Yo solo podía mirar exasperado tal escena sacada de mis peores pesadillas.

Para empeorar la situación, el señor Uemi se hizo consciente de mi presencia en los alrededores y dirigió la mirada hacia mi con un “Ummm”. Por consecuente, todos los miembros del grupo miraron hacia donde yo estaba.

Impactado por el empeoramiento de la situación, procedí a petrificarme.

-Oh, pero si es Riochiro.

-¡¿El señorito Riochiro?!-Dijeron todos los muchachos del grupo en coro-

-Si, es el, del que nos contaba el señor Ryugamine-Dijo Uemi, afirmando la respuesta anterior-.

Intente tratar de parecer educado, pero de mi boca solo salio un ahogado “Hola...”

-¡OHHHHH!-Aun así, la respuesta de ellos fue bastante animada- El viejo nos contó bastante de ti, nos dijo que estabas entrenando en el laberinto y que algún día te conoceríamos.

-Hablando de todo un poco-dijo el señor Uemi- El es una de nuestras jóvenes promesas. ¡Miren no mas! Con 15 años y un tamaño un tanto reducido, el muchacho reluce por su estética.

Todos empezaron a mirarme el cuerpo de arriba abajo, aunque para ser sinceros, me sentí medio acosado, pero algo estaba despertando dentro de mi en esos momentos, cuando todos empezaron a alabarme.

-Es verdad, esa masa muscular...

-Esa definición...

-Sus hombros son anchos, sus brazos fuertes y duros.

-Y es de esas personas que tienen un abdomen largo y marcado.

-¡Vieron!-Gritó confiado el señor Uemi- El fue entrenado por la mismísima señorita Rikka, para que sepan lo que hace un buen entrenamiento. Su cuerpo fue moldeado bajo presión y se le trabajo para llegar al limite, y sus desayunos eran hechos por el mismísimo señor Ryugamine.

Un hombre calvo y alto con mirada ruda me puso una mano en el hombro, y me miró fijamente.

-Mi nombre es Fujimoto, desde ahora tu eres nuestro bro, bienvenido al grupo.

-¡Bienvenido al grupo!-Dijeron todos los que estaban detrás de él-.

-¿Eh?