En un lugar rodeado de miles de imágenes que estaban superpuestas unas sobre otras, Caín y Edward aparecieron.
El joven se tambaleó y cayó al suelo, el cual estaba compuesto por paneles fragmentados que reflejaban las imágenes de su alrededor.
Edward repentinamente abrió los ojos, con la visión distorsionada y su mundo dando vueltas.
Intentó recomponerse pero falló estrepitosamente. En ese momento, Caín hablo:
"Ni siquiera lo intentes. Este lugar no está hecho para que los mortales siquiera puedan estar aquí. La única razón por la que pudimos entrar es porque algo antes abrió una brecha."
"Quédate allí mientras yo resuelvo esto."
El hombre miró los paneles de cristal y se agachó, tocando uno de ellos cuidadosamente.
Hmm. Parece que alguno de ellos fragmentó la lógica impuesta por ella, utilizando algún vestigio divino. Me preguntó cual regla rompió... El hombre pensó, contemplando seriamente las posibilidades.
Ahh... Mierda. Me siento como el día en el que esos bastardos me golpearon una y otra vez con esa vara de metal. Edward tuvo este pensamiento, mientras intentaba enfocar su atención a organizar sus ideas y enfocar su visión.
Mientras tanto, Caín seguía analizando toda la situación.
Veamos. El general no pudo haber sido ya que prestó el poder del farsante para hacer sonar la primera trompeta. Por lo tanto, en estos momentos, debe estar pagando dicho préstamo.
El caído tampoco pudo haber sido, ya que él está pagando su condena. A menos que haya recibido ayuda... Pero, ¿quién lo podría ayudar y para qué?
El eco está del lado de la madre, así que no tendría sentido que fuera él. Hmm... ¿Quién más podría ser? Caín buscaba una respuesta para sus propias dudas.
El fantasma, el fantasma... sí, definitivamente lo pudo haber hecho. Desde hace un tiempo, debido a su división, él está buscando la manera de arruinar los planeas de ella. Además, sumado a su ocultamiento para viajar entre la cortina de conocimiento, tendría sentido que pudiera haber llegado hasta este lugar.
Esto no soluciona mucho. Todavía sigue estando la brecha... No hay remedio, tendré que llamarla, aunque esto me perjudique.
Caín sacó un pequeño ojo reluciente dorado de la nada y lo rompió, apretandolo con una fuerza sobrehumana.
Una luz dorada brillante emanó del objeto fragmenteado y se disipó rápidamente. Cuando esto pasó, un ojo se manifestó en el espacio.
El ojo era en su mayoría blanco, con solo algunos matices dorados girando en el medio en forma circular. Tenía un aire divino y opresivo.
Dentro de esos matices, unos símbolos extraños que parecían ser de un lenguaje olvidado en los confines de los tiempos estaban grabados. Algunos se entrelazaban, formando cosas similares a palabras. Otros se dividían y unían, representando conceptos parecidos a números.
El círculo que formaban los matices se dividió, volviéndose ahora esferas más pequeñas, que escanearon todo el lugar al mismo tiempo.
Después de esto, las esferas se unificaron en un iris ocular que observó directamente a Caín.
Joder... aquí vamos de nuevo. El hombre tuvo este pensamiento, irritado.
El ojo desapareció, y la misma luz dorada del objeto que antes había sacado Caín se manifestó, ahora emanando directamente de él.
Los ojos del hombre se tornaron como el anterior, exudando la misma divinidad y opresión.
Su mirada se posó en uno de los paneles fragmentados, para que justo después aparecieran unos símbolos abstractos ilusorios enfrente suyo.
El hombre se acercó al panel, ahora mirándolo más cerca.
Los símbolos temblaron y se mezclaron con la realidad. El panel de cristal pareció volver atrás en el tiempo y se restauró a un estado en el que todavía no estaba fragmentado.
Las imágenes superpuestas se dispersaron y se acomodaron en un orden fijo.
Caín pareció expulsar algo de su cuerpo y el ojo se volvió a manifestar en el espacio.
Edward finalmente pudo recomponer su mente y giró su cabeza para mirar al hombre, satisfecho. En ese momento, su mirada se cruzó con el ojo y los síntomas reaparecieron, ahora agravandose.
"Idiota. Te dije que te quedarás co-" El hombre no pudo terminar la oración antes de comenzar a vómitar apresuradamente, manchando los paneles de cristal.
...
En un espacio rodeado por una luz completamente cegadora, una figura estaba aprisionada por una cadena, sujeta por un brazo translúcido.
El ser que estaba extendiendo el brazo habló:
"Debido al préstamo que has solicitado y usado, es hora de que des el pago prometido. Dada las condiciones exigidas por ti, puedes dar lo que desees pero que tenga un valor equivalente a lo prestado. Ahora dime, ¿qué será lo que darás, corrupto?"
"Daré parte de lo que soy. Eso incluye lo que sé que deseas." La figura respondió, calmado.
Una risa burlona resonó en el lugar.
"Vaya, parece que al fin aceptas lo que serás."
"Cállate, solo toma lo acordado."
Las cadenas se azotaron bruscamente y un trozo de algo ilusorio pareció despegarse de la figura.
Los ojos grises que antes tenía ahora se volvieron totalmente negros, vislumbrandose en ellos un vacío de total locura.
El brazo ilusorio soltó la cadena y extendió las palmas, agarrando el objeto ilusorio que se había despegado de la figura.
"Muy bien, ahora puedes irte. Aunque claro, puedes regresar si es que requieres algún otro favor más." Dijo la voz que antes resonó en el espacio.
"No, ya tengo todo lo que necesito de ti. Ahora si me disculpas, me iré con tu permiso, estafador."
"Maldito cabrón."
Una risa burlona y molesta quedó haciendo eco en el lugar, mientras la figura de ojos grises se desvanecía.