Capitulo 27: Repercusiones

En un sótano polvoriento, con el olor de químicos y metal cortado llenando el aire, dos figuras estaban presentes.

Una chica con partes roboticas estaba recostada sobre un sillón, con el brazo arrancado y los ojos desenfocados. Un hombre con ojos azules y una cabellera plateada, desgastada por la vejez, estaba sentado en una pequeña silla metálica, sosteniendo algo parecido a una esfera con patrones hexagonales cambiando de posiciones intermitentemente.

"Estúpida. ¿Cuándo será que dejarás lastimarte a ti misma por ese deseo vacío?" Dijo el hombre decepcionado, moviendo la cabeza de un lado a otro.

"No vengas con lo mismo. Solo inyecta el nano receptor para que pueda reanudar mis planes." La voz de la chica parecía la de alguien sensata, aunque eso contrastaba con la mirada y expresión que tenía.

"¿Has visto lo qué está pasando afuera? Las calles están incendiadas y los demonios al fin regresaron de vuelta a su hogar."

"¿Aún así quieres regresar a ese infierno? Te lo digo en serio, en cualquier error que cometas, terminarás tan herida que ni siquiera la nano-tecnología podrá salvarte."

"No importa. Incluso si muero, encontraré una forma de regresar desde las profundidades del abismo. Además, en este punto, tú sabes que es prácticamente imposible que yo cometa errores."

"Parece que ya no puedes ni reconocer la situación en la que te encuentras." Dijo el hombre, con una voz que reflejaba ironía.

"Basta." Respondió la chica, con una voz molesta que entonaba cansancio.

El hombre mayor suspiró y acercó la esfera que tenía en la mano al lugar en donde antes estaba el brazo de la chica.

La esfera pareció reaccionar y comenzó a cambiar de forma violentamente. Unos hilos finos negros salieron de ella y se empezaron a entrelazar con el brazo incompleto de la chica, desgarrando tejido y huesos dañados para sustituirlos por nuevos.

La chica apretó fuertemente los dientes, resistiendo el dolor incesante y negando el impulso de gritar.

El hombre observó toda la escena con una expresión sombría y triste.

Después de un tiempo, los hilos terminaron de hacer su trabajo y se retrajeron de nuevo hacia la esfera.

La chica finalmente recuperó aliento y lentamente fue cerrando los ojos, quedándose dormida.

El hombre la tapó con una manta vieja que estaba colgada y agarró un expediente de la mesa, para después leer una parte.

Motivo de visita: daño al arrancarse un brazo, en un intento de escape de una prisión tecnológicamente avanzada. Sucedido en una pelea contra un hombre de cabello negro y ojos cafés.

La mirada del hombre repasó la última parte escrita.

Esa descripción me suena de alguna parte... El hombre intentó recordar en donde lo había visto, pero cada vez que se acercaba, algo le impedía hacerlo, rechazandolo.

Bueno, en todo caso, doy gracias a Dios que ella salió relativamente bien. Oh, niña tonta. Espero que algún abras los ojos y te des cuenta de lo sin sentido que ha sido todo. Aunque tal vez ya sea muy tarde...

El hombre apagó el único foco que alumbraba el ambiente y dejó descansar a la chica exhausta.

...

En un mar rojo ilusorio, un joven estaba flotando en medio del agua. De repente, abrió los ojos.

Miró a su alrededor y vio cadáveres flotando a la deriva, con una expresión de horror y sufrimiento grabada en su rostro.

El joven lentamente comenzó a desesperarse y a gritar, implorando por ayuda.

Una mano se extendió por encima de él. Al ver esto, el joven recuperó la esperanza e intentó alcanzarla; sin embargo, justo cuando logró agarrarla, la palma soltó su agarre y lo dejó hundirse.

Una sola pregunta pasaba por la cabeza del joven mientras presenciaba la escena.

¿Por qué?

"¡Edward, Edward! ¡despierta!"

Una voz masculina lo sacó de su pesadilla y Edward abrió abruptamente los ojos, con la respiración agitada y los ojos completamente abiertos por el shock.

"¿Estás bien?" Preguntó Caín, con una expresión de genuina preocupación.

El joven lo miró fijamente por unos segundos y algo pareció hacer clic en él, recuperando lentamente la compostura.

"¿Qué pasó? ¿Me quedé dormido?" Preguntó Edward, todavía agitado por lo que acababa de soñar.

"Ah, sí, te quedaste dormido. Después de ir a la zona de concentración negativa, convulsionaste por presenciar algo que no debías, fue bastante peligroso. Tuve que volver a pedirle un favor a esa divinidad para que no murieras.

"Luego de eso, también le pedí que nos trajera aquí. Estamos en un refugio temporal para la gente que está siendo azotada por la guerra y no está en condiciones de servir en ella." Respondió el hombre, examinando al joven en busca de algo extraño.

Edward lo ignoró y examinó su alrededor, percatandose de todo el caos que procedía.

Por un lado, había gente gritando desesperada, en busca de ayuda para los familiares que estaban heridos debido a toda la destrucción que antes sucedió. Niños, ancianos, mujeres, hombres.

Por otro sitio, había gente lamentándose sobre los cuerpos de los que no se pudieron salvar.

Algunos maldecían a Dios. Otros se resignaron, esperando a que el mismo destino llegase igual para ellos. La mayoría se quedó en silencio, con la mirada perdida entre la confusión y el dolor.

La guerra no distinguía a nadie.