Capitulo 29: Reflexión

¿Sabes lo que estás diciendo? Era una niña, Edward. No puedes simplemente rechazarle su petición y ahuyentarla como un perro. Ni siquiera pensaste en alguna solución para su problema."

"¿Por qué no? ¿No acaso su problema fue ocasionado por sus padres? Ella dijo que ellos fueron lo que se acabaron toda la comida, ¿no? Yo no tengo porque hacerme responsable de sus necesidades."

"Sabes que yo puedo sacar cualquier cosa prácticamente cuando quiera, ¿verdad? Solamente estás siendo cruel por ser cruel." El hombre habló, con un tono decepcionado.

"No lo entiendo. Primero usted me dice que no me compadezca de quiénes no puedo ayudar y ahora me dice que es cruel ignorarlos solamente porque sus problemas son suyos y no míos. Ya tengo suficiente lidiando con el asunto de mi madre, que por cierto, aún queda por resolver mientras nosotros estamos aquí perdiendo el tiempo." El joven respondió, confundido y molesto.

"Está bien, lo entiendo. Iremos con tu madre, Edward."

"Gracias."

Ambos se levantaron de las bancas metálicas en las que estaban sentados, preparándose para partir.

En ese momento, el suelo tembló y la tierra se partió en dos. Una criatura con un cuerpo escamoso como una serpiente, cabeza triangular como un toro y alas majestuosas como las de un águila, salió del sub-suelo, con una fuerza que hizo temblar una cortina ilusoria que rodeaba el espacio.

"¡Mierda! Esperaba que su autoridad pudiera ocultarnos de ellos."

"Escúchame Edward, te enviaré al territorio de la deidad que conozco. Si te quedas aquí, lo más probable es que solamente estorbes, así que te necesito fuera." Dijo Caín apresuradamente.

El joven no tuvo tiempo de responder cuando vio como el hombre realizaba el familiar gesto de rezar, recitando una oración ininteligible.

Su cuerpo comenzó a brillar, irradiando una luz pura y divina. Después de eso, el cuerpo de Edward se deformó en diferente formas, navegando por una corriente ilusoria que mostraba diferentes momentos.

Todo parecía moverse lento y a la vez rápido; casi al cero absoluto y más rápido que la velocidad de la luz.

Entre medio del caos temporal en el que se encontraba, el joven logró distinguir algunas de las escenas que se mostraban en esa corriente confusa.

En una mostraba a un hombre firmando un contrato y volviendo a un estado que ya había dejado de existir hace mucho tiempo.

En otra se veía a un joven entrando en un trance eterno y fugaz, dilatando el tiempo de maneras incomprensibles. Se desconocía que veía en dicho trance.

Y en la última escena, una rueda conformada por gusanos translúcidos que estaban dispuestos uno delante del otro formando un círculo, comenzaba a girar, aparentemente dando inicio y fin a algo.

El cerebro de Edward estaba en un limbo, atrapado entre la cordura y la insanidad; nuevamente estaba viendo cosas que no debía.

Finalmente, el joven llegó hasta el espacio similar al cosmos.

La figura encapuchada se acercó a él y susurró unas palabras en su oído, haciendo que las cosas que había visto se guardarán en el fondo de su inconsciente, olvidandolas temporalmente.

El joven inmediatamente recuperó la compostura, observando el espacio en el que se encontraba y a la figura.

"Hola." La madre de lo efímero lo saludó amistosamente.

"Hola..." Edward no sabía como sentirse con eso.

"Por lo que veo, él nuevamente me trata como su niñera. ¿Cómo fue tu viaje hasta aquí?"

"Yo... no lo recuerdo. Aparte de eso, ¿niñera?" Edward estaba confundido, puesto que no sabía a lo que se refería.

"Sí, niñera. Siempre que necesita ayuda con alguien en especial, me pide que lo cuide o lo salve. Soy una divinidad, ¿sabes? No debería estar cuidando de mortales por ahí."

"Ya veo... entonces no es la primera vez que hace algo así, ¿no?"

"No. ¿Acaso no recuerdas a la muchacha esa que mató por accidente?"

"Espere, ¿eso fue un accidente? Pensé que realmente lo había hecho porque era algo necesario de sus habilidades." El joven contuvo una pequeña risa.

"Jajaja, no. En esa ocasión, él no supo controlar la fuerza de su oración y terminó matando a la pobre chica." La madre de lo efímero reía mientras lo contaba.

"Wow. ¿Qué más gente ha matado así?"

"Bastante más de la que te puedes imaginar, aunque no siempre es así. A veces, él se compadece de gente que ha sido dañada en sus vidas y las trae aquí para que intente salvarlas."

"Una vez, hubo una niña que murió a causa de un abuso por parte de unos hombres degenerados. Su pequeño cuerpo apenas se estaba desarrollando y no pudo soportar todo lo que le hicieron."

"Él me imploró que la salvara. Curiosamente, era la primera vez que pasaba algo así y yo no estaba acostumbrada a que me pidiera ese tipo de cosas, por eso le pregunté cual era el motivo por el que lo hacía, ya que después de todo, no era su obligación. ¿Sabes cuál fue su respuesta?"

"¿Cuál?"

"La niña le había pedido ayuda antes, ya que notaba que esas bestias la miraban raro desde el principio. Al final, la niña se pudo salvar; sin embargo, no pude deshacer los traumas que vivió debido a ese momento."

"Lo único que pude hacer fue que dejara esos recuerdos en lo más profundo de su memoria. Lastimosamente, sucedió algo que detonó su trauma y tuvo que vivir con esas cadenas por el resto de su vida."

"Caín se lamentaba por no haber podido ayudar antes a la niña, pese a que realmente no fue su culpa. Estoy segura que hasta el día de hoy carga con eso en su mente."

"..." Edward se quedó mudo, sumergido en sus pensamientos.

Así que a eso se refería, ¿eh?