En el espacio estrellado, Edward estaba con una expresión seria, después de presenciar toda la batalla de Caín contra la bestia.
"Sé que no eres de las personas que simplemente hacen la vista a un lado cuando suceden cosas como esta, pero tienes que entender el motivo por el cual lo hizo." Dijo la figura encapuchada, con una voz compasiva pero firme.
"Sí, sí, lo entiendo... Sé que lo hizo para librarlos de su sufrimiento, tal vez como un acto de piedad... Pero, aún así no puedo evitar sentir repulsión por ello." El joven parecía confuso con sus emociones.
"No lo había visto antes, pero algunas de esas personas las conocía. Me ayudaron cuando yo estaba en el punto más bajo de mi vida, cuando yo no tenía más que tierra entre mis manos... Sé que dije que no me importaba nadie más que mi madre, pero... La verdad es que no puedo simplemente ignorarlo."
La figura encapuchada volteaba en dirección al joven, aunque no se podría decir con certeza si lo estaba mirando. Después de cierto tiempo, habló con una voz suave:
"Él tampoco quería hacerlo, sin embargo, tuvo que. No es la primera vez que sucede, y sinceramente, en este punto ya ni siquiera tiene opción."
Una luz pura apareció debajo del panel de cristal en donde estaba parado el joven, dibujando un tunel en espiral.
"Por favor, no lo odies mucho. Si lo haces, tal vez se arrepienta de la decisión que tomó, y eso es lo último que le queda."
¿Lo último que le queda?
Edward no pudo mantener sus pensamientos durante mucho tiempo antes de entrar al túnel en espiral y comenzar a experimentar síntomas alucinógenos y de demencia, ya que en esta ocasión, no vio las escenas de antes.
En su lugar, observó y sintió ondas de sonido irregulares con tonos coloridos sobreexpuestos.
Sin saber cuánto tiempo había transcurrido, Edward fue arrojado fuera del túnel.
Tomó un momento antes de que pudiera recuperar la compostura. Observó la escena a su alrededor, como alguien que acababa de despertarse.
Había escombros por todos lados, cadáveres incinerados sin cabeza y el suele lleno de cráteres negros rojizos. No se veía el cuerpo de la serpiente por ningún lado.
Enfrente suyo, estaba Caín, tirado sin consciencia y con heridas severas por todo su cuerpo.
¿Y ahora qué hago? No me dio nada para salvarlo...
Un tintineo horrible resonó en la cabeza del joven, como si quisiese avisarle de algo.
Edward pegó un grito controlado antes de revisar en el bolsillo de su pantalón.
Había una jeringa llena de un líquido azul oscuro con tintes negros.
¿Enserio? Ni siquiera me dijo que hacer con esto...
El tintineo de antes volvió a resonar en la cabeza del joven, ahora más fuerte que antes.
Escenas proyectadas como un manual de instrucciones se empezaron se implementaron en su mente.
Ahh... Estoy seguro que lo hace por molestarme.
Edward se acercó al hombre, agachándose y sacando la jeringa, dirigiendole una mirada de vacilación.
Después de un respiro profundo, el joven clavó de golpe la jeringa en el pecho izquierdo del hombre.