Capitulo 36: Color

La sangre amorfa tomó una figura humana. Tenía características faciales de una mujer mayor y un cuerpo débil pero que todavía podía manterse de pie.

Edward miró al ser y sus ojos cobraron el brillo de alguien que volvió a la vida. Sus tics anteriores se habían dispersado y ahora parecía otra persona.

"¿Mamá?" Edward preguntó con un tono de incredulidad y anhelo.

El ser hizo un ruido bizarro, como si estuviera dando una respuesta.

A los oídos y ojos de cualquier persona normal lo que hizo no hubiera tenido algún tipo de sentido, pero para Edward fue totalmente diferente.

El joven fue corriendo como un niño pequeño con los brazos abiertos.

La figura pareció ser receptiva e hizo el mismo gesto. Antes de que ambos pudieran abrazarse, Caín tomó de la camisa a Edward y lo echó para atrás.

El ser bajó los brazos y dirigió su atención al hombre. Cuando lo hizo, unas ondas extrañas comenzaron a reaccionar en el espacio y la figura sanguilonienta empezó a cambiar.

Ahora, había tomado la imagen de un adolescente con una sonrisa radiante.

El hombre puso la misma mirada que el joven, pero rápidamente se obligó a volver a la realidad con un puñetazo fuerte a sí mismo. Su cabeza casi pareció despegarse de su cuerpo.

Al ver que su tentación anterior no había funcionad, el ser simplemente se convirtió en un charco de sangre.

Caín dio un suspiro profundo antes de sentir una patada viniendo desde atrás. Por el impacto repentino, el hombre cayó inevitablemente al suelo.

"¡¿Por qué lo hizo?! ¡¿No tiene ya suficiente con el sufrimiento que me ha dado?!" Edward gritó, sollozando.

"¿De qué carajos estás hablando? Esa cosa te quería convertir en algo igual a él."

"¡No me importa, tenía la imagen de mi mamá! ¡Yo solo... Yo solo quiero estar con ella!" Las lágrimas del joven comenzaron a rodar incontrolablemente.

"..."

El hombre se acercó y puso una palma sobre el hombro de Edward.

"Mira, yo sé que estás cansado. Sé que simplemente quieres volver con tu madre y dejar todo esto, créeme que lo entiendo. Sin embargo, ahora no podemos solamente rendirnos, hay que seguir adelante y volver con ella." El hombre cuidó el tono de su voz.

"Sí, lo siento. He perdido la compostura." Edward había cambiado completamente de actitud, ahora pareciendo un robot que simplemente seguía una programación.

Caín ladeó la cabeza de un lado a otro, cansado por algo.

"Muy bien, es hora de seguir. Tenemos que llegar cuanto antes con tu madre."

"De acuerdo." El joven simplemente empezó a caminar, con el rostro completamente inexpresivo.

...

En un alcantilado a plena luz del día, una figura con un triangulo luminoso gigante detrás de su espalda se manifestó.

Sus facciones como la boca, nariz y ojos estaban conformadas por figuras geométricas de diferentes colores disparejas en tamaño. Vestía una túnica blanca que dejaba una parte de sus pectoral descubierto; parecía una vestimenta de la época griega antigua.

Los ojos disparejos de la figura comenzaron a variar de tamaño y un círculo del ancho y largo del alcantilado apareció en el centro de este.

Luego, su nariz simétrica cambio en diferentes posiciones y un triángulo se formó en medio del círculo.

Para finalizar, sus labios asimétricos se sellaron y un hexágono se formó fuera del círculo, encerrandolo.

Al completar la nueva figura, los colores diferentes de cada una de las anteriores se mezclaron y crearon un nuevo espectro primario de color.

El espacio comenzó a deformarse, doblegandose ante la creación de una anomalía.

Un ojo con matices dorados se creó en medio del aire, observando a la figura 'humana' con rasgos geométricos.

El espacio pareció volver a la normalidad y una nueva realidad apareció: un inmenso vacío estrellado con paneles de cristal.

"Ja, ja, ja. Esto tiene que ser obra del destino, ¿No lo crees?" Una voz femenina suave resonó por todo el espacio, sin nadie más a la vista que la figura vestida con la túnica blanca.

La figura habló con una voz que se mezclaba con distintas frecuencias de sonido:

"Sí, realmente es algo asombroso. Si te soy sincero, pensé que no te mostrarías al saber que la mitad de los dignos están buscando tu cabeza."

"Bueno, la verdad es que no tenía muchas ganas pero al ver que te estabas diviertendo tanto también me quise unir. Este lugar es muy aburrido." Dijo la voz femenina con un todo divertido pero refinado.

"Dejémonos de cortesías, ¿Por cuánto tiempo planeas retenerme aquí?" La figura con túnica habló con una voz exaspareda.

"No lo sé... ¿Por la eternidad tal vez?"

"Muy graciosa. Ambos sabemos que no puedes mantener esto por tanto tiempo."

"Sí, tienes razón. Sin embargo, tú sabes que no necesito hacerlo así." En el tono de la voz femenina se podía interpretar una sonrisa intencionada.

"Está bien, dime lo que quieres."

"Hágamos un trato. Si tú me das una parte del espectro, yo te dejaré salir de aquí."

"¿Crees que soy estúpido? Ese trato no me favorece en absolutamente nada."

"Oh, parece que lo notaste... Que lástima. Bien, déjame cambiarlo." La voz femenina parecía decepcionada.

"Si tú me das una parte del espectro, yo no volveré a encerrarte aquí y podrás salir sin ninguna represalia."

"Trato hecho, muéstrame el contrato." La figura con túnica hizo un gesto de acuerdo.

Una hoja de papel ordinaria con símbolos inscritos en ella se manifestó enfrente de la figura, quien la leyó rápida y a la vez cautelosamente.

Al terminar de hacerlo, uno de sus ojos cambió dos veces de tamaño y un círculo selló el papel.

Una luz roja salió del cuerpo de la figura y se mezcló con el espacio.

Después de hacerlo, un agujero de gusano se abrió justo debajo de la figura con túnica y lo tragó, llevándolo a una dirección desconocida.

Cuando el agujero terminó por cerrarse, la madre de lo efímero apareció desde algún lugar en el espacio.

"Hmmm... Me pregunto cuál de nosotros dos ganaría en una partida de ajedrez."